Una de las preguntas que más se hacen a sí mismas las personas que han sido madres o padres recientemente y tienen el deseo de ampliar la familia a corto plazo es cuánto tiempo debe pasar, desde un punto de vista médico, entre un embarazo y otro.
Hay diferentes estudios científicos que versan acerca de esta cuestión. Algunos de ellos los citaremos más adelante, pero de todas las fuentes consultadas, la más fiable y, por tanto, la que debemos usar en primer lugar para responder a esta pregunta es la opinión de la Organización Mundial de la Salud, que allá por el año 2005 convocó a un panel de 30 expertos para revisar seis estudios distintos por la USAD (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) acerca de esta cuestión que nos planteamos.
Las conclusiones extraídas de aquel trabajo por la OMS comunicadas públicamente y vigentes hasta el día de hoy es que “Después de un nacimiento vivo, el intervalo mínimo recomendado antes de intentar el próximo embarazo es por lo menos 24 meses, a fin de disminuir el riesgo de resultados adversos para la salud materna, perinatal e infantil”.
Esto es válido tanto para las cesáreas como para los partos naturales. En caso de que se haya producido un aborto espontáneo o inducido, la OMS fija en “por lo menos seis meses, a fin de disminuir los riesgos de resultados adversos”, el tiempo prudencial para volver a quedarse embarazada.
Riesgos para la madre y el bebé
Desde el prisma de la mujer, es recomendable esperar este tiempo prudencial para dar tiempo al útero a recuperarse del primer embarazo y para asimilar la llegada de un miembro de la familia dos años antes y dedicar mínimo 24 meses a fortalecer el vínculo familiar con él.
Sin embargo, hay investigaciones que rebajan la cifra de los 24 a los 18 meses como el tiempo mínimo recomendado de espera para un segundo (o tercer) embarazo con respecto al anterior en el caso de los partos naturales -el consenso no es tal con respecto a las cesáreas-. Es el caso de la realizada por la Universidad de British Columbia, de Canadá y La Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos en la que los responsables de la investigación estudiaron los embarazos, los riesgos de mortalidad y las complicaciones gestacionales de 148.544 mujeres.
Publicados los resultados en la revista JAMA Internal Medicine en diciembre del 2018, además de establecer en 18 meses el tiempo recomendado que debe transcurrir desde el parto hasta un nuevo embarazo porque es ahí donde está situada la barrera del riesgo para la gestante, otra de las conclusiones del estudio dice que una gestación que se produce antes de cumplirse el año del parto anterior está vinculada a riesgos para la salud en féminas de cualquier edad.
Además, también es reseñable la evidencia científica, según la citada investigación, de que existen mayores riesgos para la madre y el bebé cuando los embarazos son muy separados, especialmente en mujeres mayores de 35 años.
El estudio refrenda lo que ya había anticipado en el 2015 la investigación del Cincinnati Children Hospital Medical Center de Ohio (Estados Unidos) publicada en la revista BJOG: International Journal of Obstetrics & Gynaecology. Para llevarla a cabo se analizaron los datos de 454.716 bebés nacidos vivos de mujeres con dos o más embarazos en un período de seis años. De todos los embarazos, el 11% se produjeron entre los 12 y los 18 meses de diferencia con respecto a un parto anterior y el 2% antes del año. Pues bien, en estos últimos el porcentaje de partos prematuros se fue más allá del 20% mientras que en los que tuvieron lugar en la franja de 12 a 18 meses fueron del 10%. En cambio, si tuvieron lugar más allá del mes 18, los partos prematuros descendieron hasta el 7,7%.
De todos modos, sigue siendo una cifra reseñable, lo cual indica que la referencia que mantiene vigente la OMS de dos años como el tiempo recomendado para esperar entre un parto y el siguiente embarazo es la indicada porque así se reducen todavía más los riesgos tanto para la madre, que físicamente y anímicamente (cuestión no menos importante) estará más recuperada, y para el feto.