La mortalidad materna, aunque sus cifras no tengan que ver en nada con las de antaño, en países desarrollados como Estados Unidos sigue teniendo su impacto. Por ejemplo, en el citado país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 688 mujeres murieron en 2024 durante el embarazo o poco después de dar a luz. Son 19 más que en 2023 aunque menos que a comienzos de la década. Los datos son mucho más alarmantes a nivel mundial, incluyendo países con menos recursos médicos: “Cada día, en 2023, murieron en todo el mundo unas 712 mujeres por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto”, destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las enfermedades cardiovasculares, especialmente las que no se diagnostican a tiempo, están entre las principales causas. Y en este contexto, un reciente estudio liderado por el centro hospitalario Mayo Clinic ha explorado una herramienta de inteligencia artificial (IA) que podría ayudar a cambiar esta realidad: un sistema capaz de detectar una disfunción cardíaca silenciosa en mujeres jóvenes incluso antes de quedar embarazadas.
En concreto, la investigación evaluó la eficacia de dos herramientas basadas en IA para detectar disfunción sistólica del ventrículo izquierdo (LVSD), una condición que puede derivar en cardiomiopatías graves durante el embarazo o el posparto. Esta detección temprana podría suponer una revolución en la atención preconcepcional, ayudando a prevenir complicaciones graves durante el embarazo y salvando vidas tanto de madres como de bebés.
El estudio se centró en mujeres de entre 18 y 49 años, la franja considerada en edad reproductiva. En muchos casos, estas mujeres no presentan síntomas evidentes ni acuden a revisiones cardiológicas, lo que hace que cualquier problema pase desapercibido hasta etapas avanzadas o hasta que el embarazo lo agrava. Y sin embargo, los datos indican que cerca del 80% de las muertes maternas podrían evitarse con una intervención temprana.

Cómo puede ayudar la IA a reducir la mortalidad materna
Publicado en Annals of Family Medicine (2025), el estudio ha sido liderado por Demilade Adedinsewo (Mayo Clinic) y se ha llevado a cabo en dos fases. En la primera, han participado 100 mujeres ya programadas para hacerse un ecocardiograma fetal. En la segunda, otras 100 fueron reclutadas directamente en consultas de atención primaria, como en un cribado general.
A todas se les realizó un electrocardiograma convencional de 12 derivaciones (ECG) y una grabación con estetoscopio digital (que combina fonocardiograma y un ECG de una sola derivación). Ambas señales fueron analizadas con algoritmos de IA previamente desarrollados y entrenados con datos de más de 98.000 pacientes.
Estos algoritmos buscan patrones invisibles al ojo humano que podrían indicar una disfunción cardíaca precoz. Posteriormente, los resultados de la inteligencia artificial se compararon con las imágenes obtenidas en los ecocardiogramas, considerados la prueba de referencia.
Los resultados del estudio han sido muy alentadores, según los investigadores. El modelo basado en el ECG convencional obtuvo un área bajo la curva (AUC) de 0,94, mientras que el del estetoscopio digital alcanzó un impresionante 0,98.
Estos valores indican una capacidad diagnóstica muy alta de esta herramienta de IA. En términos de valor predictivo negativo, ambos modelos superaron el 96%, lo que significa que en la práctica clínica podría utilizarse la inteligencia artificial desarrollada como herramienta de cribado con muy bajo riesgo de falsos negativos.

Aplicaciones para la salud de las madres y bebés
Detectar la disfunción sistólica del ventrículo izquierdo (LVSD) antes del embarazo es clave. Según el estudio, hasta el 60% de las muertes maternas tardías (entre 43 y 365 días después del parto) tienen origen cardiovascular, y muchas de estas podrían prevenirse. Pero en la actualidad, menos del 50% de las mujeres en edad fértil acude a consultas preconcepcionales, y muchas ni siquiera planifican el embarazo.
En este contexto, herramientas como la IA pueden integrarse de forma sencilla en consultas de atención primaria. No en vano, la inteligencia artificial ya es parte activa de la especialidad de pediatría. Y en el caso de este estudio, el estetoscopio digital, por ejemplo, se maneja como uno tradicional, pero recoge información valiosa para el algoritmo. En menos de cinco minutos, se puede tener una predicción fiable sobre el riesgo de disfunción cardíaca.
Para las familias, esto significa una mayor seguridad desde antes incluso de concebir. Si una mujer conoce su estado cardiovascular, puede tomar decisiones informadas, recibir tratamiento temprano y reducir el riesgo de complicaciones durante la gestación. Además, según los autores, esta tecnología podría utilizarse también en embarazos ya iniciados o en el posparto, mejorando el seguimiento.
Otro punto destacable es la facilidad de implementación en entornos con pocos recursos. El estudio sugiere que con un estetoscopio digital y un móvil con el software adecuado podría realizarse cribado en zonas rurales o países en vías de desarrollo. Esto abre una puerta a democratizar el acceso a una atención preconcepcional de calidad y, en consecuencia, podría ayudar a reducir los datos expuestos de mortalidad materna en el mundo de los que advierte la OMS.

Este no es el primer avance médico que promete la inteligencia artificial: otro estudio reciente ha desarrollado una herramienta IA que ayudará a los niños con obesidad a prevenir riesgos y otra la inteligencia artificial ya ayuda en las clínicas de reproducción asistida.
Referencias
- Demilade Adedinsewo, Andrea C. Morales-Lara, Wendy T. Garzon-Siatoya et al. Artificial Intelligence Tools for Preconception Cardiomyopathy Screening Among Women of Reproductive Age. Annals of Family Medicine, 2025. DOI: 10.1370/afm.230627