Las cifras son contundentes, uno de cada cien embarazos sufre desprendimiento de placenta y en el 6% de estos casos ambos fallecen, tanto la madre como el bebé. Siendo esto preocupante, lo verdaderamente alarmante, según acaba de confirmar un reciente estudio científico, es que un factor de riesgo modificable – el tabaquismo – es el que está detrás del 5.8% de estos trágicos episodios.
Ya sabíamos que fumar delante de los niños tiene consecuencias graves y también sabíamos desde hace tiempo lo que implica fumar durante la lactancia, ahora además de todo esto, ya sabemos que en el embarazo el humo del tabaco puede llegar a ser mortal, tanto para la futura madre como para el futuro bebé.
Un estudio japonés, el más extenso realizado hasta el día de hoy, revela que el tabaco activo y el ser fumadora pasiva, estar en un entorno donde se fuma de manera habitual, aumentan hasta 2,3 veces las probabilidades de sufrir desprendimiento de placenta, una complicación grave durante el embarazo que tiene en la mayoría de los casos, consecuencias mortales para madre y bebé.

Por qué es tan peligroso
La placenta actúa como un salvavidas: oxigena al feto, lo nutre y filtra toxinas. Cuando se desprende parcial o totalmente del útero antes del parto, se desencadena una emergencia médica en distintos frentes. Para el bebé, el desprendimiento de la placenta supone una interrupción del suministro de oxígeno, lo que puede desembocar en un bajo peso al nacer, un parto prematuro o incluso la muerte. Para la madre un desprendimiento de placenta se puede llegar a traducir en hemorragias masivas, un fallo renal o coagulopatías.
Tradicionalmente el desprendimiento de placenta se asociaba con traumatismos o incluso con hipertensión pero un 33% de los casi 82.000 casos analizados por los investigadores del Hospital Universitario de Tohoku, en Japón, tenían un denominador común, la exposición al humo del tabaco.
Con una novedad aún más preocupante y es que las mujeres embarazadas no fumadoras pero con parejas fumadoras, mostraron un riesgo aún mayor que el que presentaban las mujeres embarazadas que fumaban directamente. Es decir, el humo ambiental se mostró más dañino para el desarrollo saludable del embarazo que el hecho de fumar de manera más activa que también es perjudicial para la salud de la mujer y del feto porque entre otros aspectos sorprendentes por lo negativos que son está el hecho de que las 7.000 sustancias tóxicas del humo del tabaco se ha demostrado que atraviesan la barrera placentaria, incluso cuando no se fuma directamente.
El Dr. Hirotaka Hamada, coordinador del estudio, subraya un hallazgo particularmente preocupante: "Muchos compañeros piensan que fumar en otra habitación protege a la embarazada. Nuestros datos demuestran que no es así".

Un humo mortal
Otro dato de los que recogieron los investigadores japoneses para entender mejor el peligro de fumar durante el embarazo, cada calada que se da a un cigarrillo reduce el flujo sanguíneo placentario hasta en un 38% durante 15 minutos.
El monóxido de carbono compite con el oxígeno en los glóbulos rojos, reduciendo la capacidad de la sangre para transportar oxígeno al feto. Además, la nicotina provoca una vasoconstricción que reduce hasta un 25% el diámetro de las arterias uterinas, disminuyendo el flujo sanguíneo hacia la placenta.
Se ha observado necrosis en el tejido que fija la placenta al útero, así como microinfartos en los bordes placentarios. Las placentas de mujeres fumadoras muestran calcificaciones anormales y áreas de necrosis tres veces más extensas que las de no fumadoras.
El momento de dejarlo
Siempre es un buen momento para dejar de fumar, eso es así y este último estudio viene a confirmarlo. Mejor ayer que mañana pero hoy siempre es el momento perfecto para dejar de fumar.
Ante estos hallazgos, los expertos insisten en la importancia de dejar de fumar, incluso si se hace en el tercer trimestre del embarazo. Se ha comprobado que abandonar el hábito antes de la semana 32 puede reducir en un 40% las complicaciones asociadas.
Crear espacios 100% libres de humo es otra medida crucial. Contrariamente a la creencia popular, ventilar las habitaciones no es suficiente, ya que las partículas del humo pueden permanecer hasta tres semanas en muebles y ropa. Se recomienda el uso de purificadores con filtros HEPA en hogares donde haya fumadores.
La detección temprana también juega un papel fundamental. Las embarazadas deben estar atentas a síntomas de alarma como sangrado vaginal oscuro acompañado de dolor abdominal súbito. Para las fumadoras o expuestas al humo secundario, se aconseja realizar ecografías Doppler para medir el flujo umbilical con mayor frecuencia.
Los investigadores no se limitan a presentar datos, sino que proponen acciones concretas para abordar este problema de salud pública. Entre sus recomendaciones se encuentra la ampliación de zonas libres de humo, incluyendo parques infantiles y áreas cercanas a hospitales. También sugieren campañas de concienciación centradas en las parejas, dado que el 68% de las exposiciones al humo secundario provienen de la pareja de la embarazada.
Referencias
- Impact of maternal smoking and second-hand smoke exposure during singleton pregnancy on placental abruption: analysis of a prospective cohort study (the Japan Environment and Children's Study). Hikaru Karumai-Mori, Hirotaka Hamada, Noriyuki Iwama, Hasumi Tomita, Kazuma Tagami, Natsumi Kumagai, Rie Kudo, Hongxin Wang, Seiya Izumi, Zen Watanabe, Mami Ishikuro, Taku Obara, Nozomi Tatsuta, Hirohito Metoki, Chiharu Ota, Shinichi Kuriyama, Takahiro Arima, Nobuo Yaegashi, Masatoshi Saito, and The Japan Environment and Children's Study Group
Journal: BMJ open. DOI: 10.1136/bmjopen-2024-089499
