Las cifras de autolesiones en adolescentes están aumentando de forma alarmante en los últimos años. Se estima que entre el 15-45% de jóvenes se autolesiona durante su adolescencia. De hecho, el 3% de los motivos de consulta sobre la salud en adolescentes (entre 10 y 19 años) es debido a las conductas autolesivas.
Qué son las autolesiones

Las autolesiones son lesiones autolíticas no suicidas, es decir, acciones dolorosas que la persona se infringe a sí misma de forma superficial sin el objetivo de provocar la muerte. Las personas que las llevan a cabo tienen en común que suelen tener labilidad emocional o dificultades para regular sus emociones.
Entre las diferentes formas de autolesión en adolescentes, el cutting es la más frecuente. Este método consiste en realizarse a sí mismo cortes con un instrumento afilado en brazos, estómago y piernas.
También hay jóvenes que se arañan, se muerden, se pinchan, se dan tirones de piel o del pelo, se realizan quemaduras o se golpean. Para ello usan sus propias manos o sus uñas, y también instrumentos como cuchillas de afeitar, cuchillos, agujas o alfileres.
Las autolesiones son más frecuentes en mujeres que en hombres (96%) y en un 40% de los casos coincide con la existencia de un trastorno de la conducta alimentaria. En la población adulta los datos de las autolesiones según el sexo están más igualados.
¿Por qué se autolesiona mi hijo?
Las autolesiones son más frecuentes en adolescentes que presentan ansiedad, depresión, problemas de conducta, problemas familiares, abuso de sustancias o han sido víctimas de abusos sexuales.
Detrás de las conductas autolesivas hay una razón que puede explicar la neurociencia: las regiones del cerebro que se encargan de procesar el dolor físico y el emocional son las mismas.
En esta línea, las respuestas de nuestro cuerpo (a nivel neuroendocrino) para calmar el dolor físico son similares a las que calman el dolor emocional. Como consecuencia, cuando un adolescente se autolesiona, está intentando liberarse del dolor emocional a través del dolor físico.
Pero esta no es la única causa. En ocasiones es una forma de llamar nuestra atención sobre su dolor, lo que se llama en psicología “petición de auxilio”, o de rebajar las expectativas sobre ellos, por ejemplo, en entornos muy exigentes o rígidos.

Otra causa puede estar relacionada con el reconocimiento social. Por una parte, el adolescente da la imagen ante sus compañeros de encontrarse mal, con lo cual está llamando la atención en el grupo. Por otra parte, el joven es percibido como muy valiente al atreverse a hacerlo.
Por otro lado, las autolesiones han sido objeto de retos virales a través de las redes sociales, aunque este motivo no es tan frecuente como los anteriores.
¿Qué explican y sienten los adolescentes que se autolesionan?
Por lo general, los jóvenes no saben explicar con claridad lo que sienten ni el motivo de autolesionarse. No obstante, parece que en muchas ocasiones tienen pensamientos negativos y sienten emociones como enfado, ira o tristeza justo antes de lesionarse.
Lo importante es averiguar qué se esconde tras una autolesión, que sería solo el síntoma visible de algo mucho más profundo: ansiedad, depresión, baja autoestima, trastornos de personalidad u otros problemas que estén aquejando al niño o adolescente.
¿Qué puedo hacer si mi hijo se autolesiona?
Es difícil asimilar que tu hijo adolescente pueda autolesionarse, pero si en algún momento sospechas que tu hijo lo hace, es necesario que no tomes esta conducta como un juego o le restes importancia. Por el contrario, es un signo de alarma urgente que debes atender de inmediato. Las autolesiones nos indican que existe un malestar emocional significativo, problemas psicológicos o de adaptación, que deben ser explorados por un profesional.
Según algunos estudios, si un joven presenta autolesiones, en el futuro es probable que tenga pensamientos o conductas suicidas. En este sentido, la detección temprana es decisiva para prevenir problemas mayores. No siempre las autolesiones son predictoras de ideación suicida, los estudios indican porcentajes del 30%, no obstante, es suficiente para actuar. Así mismo, es muy importante que el adolescente tenga la oportunidad de trabajar en sus problemas psicológicos y también de aprender formas de regular y expresar sus emociones menos autodestructivas.
En primer lugar, es recomendable que acudas a un profesional de la salud mental infantil, para que realice una correcta evaluación de las dificultades ocultas tras estas conductas y se inicie un tratamiento adecuado con psicoterapia y de ser necesario, con farmacología.
Los padres también necesitáis pautas para manejar estas conductas en casa.
Ante esta situación es normal que te sientas preocupado o enfadado, pero debes mantener la calma. Intenta no juzgar ni hacerle sentir más culpable de lo que ya se siente. Evita tanto dramatizar, como ningunear o quitar importancia.
Por otra parte, es importante que te mantengas a su lado, siempre disponible a nivel emocional, y que fortalezcas tu relación afectiva con él. También es necesario que os comuniquéis de manera abierta, estrecha y fluida.
Trata de convertirte en su Lugar Seguro, porque sin duda si de algo no hay duda, es que un adolescente que se autolesiona tiene un gran sufrimiento emocional.