En una pieza reciente profundizamos en los motivos por los cuáles es mejor evitar el “no” rotundo en la comunicación con nuestros hijos e hijas. Te hablamos de la disciplina positiva y de que esta se apoya, entre otros detalles, en las alternativas, en ofrecer a los peques la oportunidad de ser parte del proceso.
Puede ser de la decoración de su habitación de una nueva casa, de la ropa que se ponen cada mañana o de elegir plan familiar el fin de semana. Da igual. Es un hábito el de involucrarles que tiene un impacto global y multidisciplinar, por eso insistimos cuando tenemos ocasión en que se trata de un cambio de mentalidad. Como padres, una vez se educa así, saldrá solo hacerlo en cuestiones donde antes la relación estaba más jerarquizada.
Dar voz y voto a los peques tiene múltiples aspectos positivos vinculados. La capacidad de decisión y elección es algo a lo que nos enfrentamos a diario en varias ocasiones y es justo y beneficioso para los peques que puedan hacerlo desde edades tempranas. Evidentemente, su capacidad de juicio no es la de un adulto, pero por eso mismo es importante empezar este proceso de aprendizaje de la capacidad para la toma de decisiones.
Mejora del autoestima y la autonomía
No se trata de pasar a imponer a dar libertad absoluta de elección. Entre otras cosas, porque se puede atorar si las opciones son múltiples. La clave en la que inciden todos los especialistas en educación y psicología infantil son las opciones limitadas. El objetivo es darle algo de control, que sepa el niño o niña que lo tiene, pero manejando vosotros la situación. Con darles dos opciones basta, al menos a los más pequeños.
Esto significa, por ejemplo, que si mañana toca ir al cole y hay que elegir ropa, les deis dos opciones diferentes y puedan elegir la que prefieran. Una vez lo hagan, la responsabilidad de la decisión será suya y así lo sentirán. Esto es positivo para su autoestima y autonomía, y también lo es para vosotros porque tendréis oportunidades magníficas para mostrar a vuestros hijos e hijas que las decisiones conllevan consecuencias. Por ejemplo, si entráis al cine y se arrepienten de su elección, entenderán que ya no tiene remedio ese día y que tendrán que esperar a una nueva ocasión para la peli que descartaron.
A vosotros, como padres, darles dos opciones os descargará mucho. En primer lugar, porque no tendréis que afrontar tantas situaciones de tensión y estrés por no querer ceder a los deseos de los peques, y en segundo lugar, porque os resultará mucho más sencillo de gestionar si hay algún amago de reacción negativa que tenga que ver con la elección.
Eso sí, este hábito tan recomendable es necesario acompañarlo de una dosis extra de responsabilidad, ya que obliga a los adultos a elegir bien las dos opciones que van a proponer a los peques de la casa. Y por elegir bien nos referimos sobre todo a que las opciones sean adecuadas para su edad si estamos hablando, por seguir con el mismo ejemplo, de cuestiones como una película.