Aprender a montar en bici sin ruedines ¡como los mayores!
¿Cuándo y cómo quitarle los ruedines? ¿Para aprender son mejores las bicis que no llevan pedales?
Elena, de cinco años y medio, cogió un día la bicicleta de su primo y dejó a todos boquiabiertos pedaleando sobre dos ruedas con perfecto equilibrio. Román, de la misma edad, se queda atrás en todas las carreras pero se niega a que le quiten los ruedines.
Cada caso es diferente y hay que respetar sus tiempos, pero no podemos perdernos ese momento en el que, por arte de magia, nuestro hijo empieza a pedalear a toda velocidad y solo nos queda gritar: "¡Enhorabuena! ¡Lo estás haciendo solo!".
¿Y si usa ruedines?
Los ruedines, del propio uso, se van cediendo. Si observamos a nuestro hijo desde atrás, nos daremos cuenta de que llega un momento en el que los ruedines casi no tocan el suelo. El niño ha adquirido la verticalidad: está preparado para montar sobre dos ruedas.
¿Cuál es el lugar más apropiado?
Elegiremos un terreno amplio y llano, por donde no pasen coches y, a ser posible, sin tierra o gravilla en la que puedan derrapar. Y mientras el peque esté aprendiendo es mejor que nos dediquemos solo a él y dejemos el resto de las bicis en casa.
La técnica
Muchos padres se dejan los riñones empujando a sus hijos desde el sillín. Esto no es necesario. Es mejor sujetarles de los hombros y, al final, basta con apoyar una mano en la nuca. Primero corremos al lado de la bici mientras el niño pedalea durante 30-40 segundos diciéndole que mire hacia delante, no a las ruedas. Después paramos y dedicamos una gran ovación al campeón.
Repetimos la carrera cuatro o cinco veces y lo dejamos por ese día. Hay que darle tiempo a su cuerpo y a su cerebro para asimilar tanta información y emociones.
Al día siguiente repetimos la operación diez veces y así sucesivamente, hasta que un día notaremos que no le estamos sujetando, que el peque está yendo solo. En ese momento le soltamos sin decirle nada.
Las smartbikes
Son unas bicicletas que vienen sin ruedines y con los pedales de quita y pon. Primero, sin pedales, el peque se desplaza empujándose con los pies sobre dos ruedas. Así aprende primero a equilibrarse. Después se añaden los pedales.
Es un sistema de aprendizaje más gradual y muy efectivo que también puede ponerse en práctica con una bicicleta tradicional siempre que permita quitar y volver a colocar los pedales.
Consejos de uso y disfrute
- Una bici normalita es mejor opción que una muy buena. ¿La razón? Que estas son tan resistentes que los ruedines no ceden y no podremos saber si el peque está listo para quitárselos.
- El niño, sentado en el sillín, tiene que poder apoyar la planta del pie en el suelo y llegar fácilmente con las manos a los frenos.
- No olvidemos el casco, homologado, y los típicos guantes sin dedos. Y si lleva coderas y rodilleras, mucho mejor.
- Las caídas son inevitables. Los padres deben dejar a un lado sus miedos y permitir a su hijo experimentar, caerse y levantarse, en definitiva, crecer. Cuando se caiga, si no se ha hecho daño, hay que volverle a montar en la bici inmediatamente y sin mucha ceremonia.
- Si le dedicamos unos quince minutos en varios días seguidos, la mayoría aprende a montar en una semana. Sin embargo, si lo hacemos de fin de semana en fin de semana, tardará más. Por eso, como en la película, las bicicletas son para el verano (las vacaciones son el mejor momento para aprender).