La ira, y quien ha visto la peli de Pixar Inside Out lo tiene ya asimilado, es una de las emociones básicas que todo ser humano debe aprender a manejar. Se tienen que gestionar de forma permanente a lo largo de toda la vida, si bien es en la primera etapa de la misma, cuando se descubren, el momento en el que está suele tomar más tiempo el “control de los mandos” en el cerebro.

Esto ocurre porque los niños no solo deben aprender la gestión de las emociones, sino que en primer lugar han de saber reconocerlas, y para ello es importante enseñarles. Cuando están enfadados, poseídos por la ira y desarrollan una conducta violenta, algo que puede ocurrir en casa pero también en el colegio, y también cuando están tranquilos, ya que es así cuando el aprendizaje será más efectivo.
Los momentos de frustración pueden darse en casa, fuera de ella y también en el cole. De hecho, es en los centros educativos en donde los niños pueden tener más posibilidades de tener situaciones de estrés y frustración, ya que comparten varias horas del día con otros niños que están pasando por la misma situación: se encuentran en pleno aprendizaje de autorregulación emocional. Ayudar a nuestros peques en casa puede ser más “simple” porque podemos ayudarlos nosotros mismos, pero ¿cómo hacer para que deje de recurrir a comportamientos agresivos en el cole?
Es sumamente importante mantener una comunicación abierta con los maestros y con el personal escolar para obtener información sobre por qué nuestro hijo se comporta de esa manera. Debemos tratar de identificar los posibles desencadenantes que están contribuyendo al comportamiento agresivo de nuestro peque. Esto puede ir desde problemas para relacionarse con sus iguales, dificultades académicas o estrés. Además, es crucial conocer cómo se está abordando el problema desde la institución. Tener esta comunicación con la escuela permitirá trabajar en equipo para mejorar la situación.
Además de ello, desde casa, podemos abordar el problema siguiendo estas recomendaciones:
Ser firme pero no agresivo

Siempre que se eduque en positivo son más importantes las soluciones que los propios problemas. Al menos están en el mismo nivel de importancia, de manera que más allá de mostrar al niño que no lo ha hecho bien, es aconsejable proponer soluciones y que el niño las procese y asimile. Para ello, son muy efectivos los ejemplos de situaciones reales, el cómo se debería hacer aquello que él ha gestionado mal.
Enseñar alternativas al comportamiento no adecuado de tu hijo, proporcionarle estrategias para resolver problemas y recursos para controlar su frustración en situaciones estresantes, lo ayudará a tener más herramientas cuando vuelva a presentarse una situación similar.
Empatía y comunicación
El niño que pega en el colegio no sabe, en general, que eso no está bien. O por lo menos no es consciente de la gravedad de su conducta. Por eso es necesario que sus padres le escuchen y, posteriormente, le ayuden a poner palabras a esa emoción, de manera que el niño aprenda a reconocerla.

Habla con tu hijo sobre la importancia de respetar a los demás y de tratarlos de la manera que le gustaría ser tratado. Darle las herramientas para desarrollar más empatía y consideración hacia los demás, lo ayudará a reforzar un comportamiento más adecuado.
Buscar alternativas
Siempre que se eduque en positivo son más importantes las soluciones que los propios problemas. Al menos están en el mismo nivel de importancia, de manera que más allá de mostrar al niño que no lo ha hecho bien, es aconsejable proponer soluciones y que el niño las procese y asimile. Para ello, son muy efectivos los ejemplos de situaciones reales, el cómo se debería hacer aquello que él ha gestionado mal.
Enseñar alternativas al comportamiento no adecuado de tu hijo, proporcionarle estrategias para resolver problemas y recursos para controlar su frustración en situaciones estresantes, lo ayudará a tener más herramientas cuando vuelva a presentarse una situación similar.
Ambiente de respeto y tolerancia en casa
Va en la línea con la no agresividad a la hora de explicarle que ha hecho muy mal en pegar en el colegio. Si en casa se cría en un ambiente de poca tolerancia y faltas de respeto, es muy probable que lo traslade a otros entornos, como es el caso de la escuela.
Para ello, es recomendable establecer límites claros en casa y educarlos en que tener comportamientos agresivos no es la mejor manera de resolver problemas. Además, es importante que muestres un buen ejemplo de comportamiento al resolver los conflictos cotidianos, tratando de manejarlos de manera pacifica y mostrando empatía y respeto hacia los demás miembros de la familia.
Ayudarte de otras herramientas efectivas

Hablamos, sobre todo, de la lectura, que es una de las herramientas más eficaces para que los niños adquieran referentes mediante los cuales puedan reconocer situaciones y emociones en su vida real. También es recomendable profundizar en la obra divulgativa de expertos en neuroeducación para entender cómo funciona el cerebro del niño y de ese modo poder gestionar mejor una crisis como la que acontece cuando es agresivo en clase.
Pedir ayuda
Hay veces en las que nada funciona pero no por ello hay que tirar la toalla porque pedir ayuda es lo más normal e inteligente del mundo cuando una situación nos sobrepasa. Para eso están los psicólogos infantiles que pueden dar pautas medidas para cada caso en concreto.