Cómo educar bien a los hijos adolescentes, a los padres nos plantea una gran preocupación. Por supuesto no tenemos "la varita mágica" para resolver adecuadamente cada situación y posible conflicto con ellos. El estilo educativo de la familia influye, para evitar errores e intentar "educar en positivo", como algunos autores lo denominan.
Es imprescindible que sepamos transmitirles que todo el mundo es diferente, y nuestro apoyo incondicional, para que en esta etapa de cambios sientan que están junto a ellos siempre.
Errores más frecuentes en la educación adolescente
Existen errores muy comunes que, a menudo, comenten muchos padres a la hora de relacionarse con su hijo adolescente y que, incluso, se llevan inculcando desde la infancia:
- Sobreprotección. En nuestra sociedad es uno de los errores más frecuentes que cometen los padres. Aunque no nos demos cuenta desde pequeños los padres asumimos tareas y soluciones a sus problemas cotidianos y en la etapa adolescente nos puede resultar difícil no continuar "entrometiéndonos" en sus cosas. Debemos acompañarles en su maduración y autonomía personal, pero sin evitar que sean responsables de sus actuaciones.
- Comunicación. Si recordamos que la comunicación entre padres-hijos adolescentes requiere paciencia, hay que dejarles exponer su punto de vista promoviendo el diálogo, de forma que las dos partes ganen.
- Autoestima. El adolescente tiene una autoestima muy negativa y nosotros como padres tenemos una gran influencia sobre ésta. Es importante que la reforcemos, valorando positivamente su comportamiento o actuación concreta. En el ejemplo de pedirle que baje la basura a la calle, hay que evitar comentarios como "eres un hijo/a maravilloso/a", sino que le valoraremos la acción concreta como manifestarle, "gracias hijo/a, que bien que la has bajado porque estaba muy cansado/a.
Recomendaciones para mejorar la relación con nuestro hijo adolescente
Después de ver todo lo que no debemos hacer si queremos tener una relación sana con nuestro hijo adolescente, vamos a ver una serie de recomendaciones que podemos empezar a poner en práctica desde ya en casa:
- Ambos progenitores deben ponerse de acuerdo con el mismo criterio en un tema, porque si el hijo/a recibe mensajes contradictorios, aprenderá a utilizarlos para hacer lo que quiera él. Por ejemplo no comentarles "pregúntaselo a tu madre o lo que diga tu madre". Si como padres necesitamos hablarlo, le podemos informar que más adelante le daremos la respuesta.
- No aplicar castigos difíciles o imposibles de cumplir porque como padres perdemos autoridad. En el caso de castigarlo sin salir con sus amigos los fines de semana durante un mes, es mejor limitarle el tiempo de conexión, una hora por ejemplo, a las redes sociales o Internet.
- Evitar ser un colega de nuestros hijos. Para confiar en nosotros, ellos necesitan a los padres como adultos de referencia. Ojo con la frase cuando la madre dice "yo soy la mejor amiga de mi hija".
- Dar malos ejemplos. Nuestras actuaciones deben evitar la incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace.
- No ser negativos. Intentar hablarles o hacer comentarios en positivo, enfocando los problemas desde el lado más optimista, transmitiéndoles ilusión. Si ellos fracasan en algún objetivo que se han propuesto, hacerles la valoración o comentario de la forma menos negativa, sugiriéndoles otras alternativas.
Mercé Corbella es psicóloga familiar de niños y adolescentes.