Cuál es la función del orientador en el colegio
Todavía no podemos afirmar que los departamentos de orientación ocupen el espacio clave que merecen en los centros docentes, pero su impacto en clave positiva en el bienestar de todos los agentes educativos, estudiantes a la cabeza, está más que demostrado.
Uno de los pilares desconocidos de la educación contemporánea en España es el departamento de orientación de los centros educativos. De un tiempo a esta parte, el papel del orientador -otrora “el psicólogo” del cole, que decían los millenials-, ha tomado el protagonismo que merece su figura, especialmente en aquellos centros docentes que son conscientes de que en la vida académica de un menor de edad sus circunstancias personales son tan importantes como sus aptitudes para el estudio.
Son modelos educativos como el de la Fundación FUHEM, con tres colegios concertados en la Comunidad de Madrid -dos en la capital, el Lourdes y el Montserrat, y uno en Rivas Vaciamadrid, CEM Hipatia- los que están poniendo de manifiesto la trascendencia de invertir tiempo y presupuesto en el departamento de orientación en los resultados académicos y, sobre todo, en el bienestar de los alumnos. “En el centro de nuestro trabajo están los alumnos y alumnas, no solo aquellos y aquellas que atraviesan dificultades en su aprendizaje, sus emociones, su convivencia,… sino en el conjunto del alumnado con toda su diversidad”, explica Jesús Menes, coordinador del departamento de orientación de CEM Hipatia, que cuenta con un orientadores especializados en cada etapa educativa.
Función clave
La labor de un orientador en un centro docente no es, efectivamente, tratar de mejorar la situación de aquellos alumnos que estén en dificultades, sino que su mirada incluye a todos y cada uno de los estudiantes y demás agentes educativas. En esta publicación del Instituto Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado del Ministerio de Educación, se deja muy claro este aspecto fundamental desde la introducción al texto: “La orientación tiene como finalidad contribuir al desarrollo del alumnado en todos sus aspectos: cognitivo, profesional, académico, social, emocional, moral, etc. A esto se le denomina, también, el desarrollo de la personalidad integral del alumnado”. De todos los estudiantes. Sin distinción. Y en el caso de proyectos educativos como el de la Fundación FUHEM, esta mirada se amplía a todos los agentes educativos: "Nuestras funciones se dirigen al conjunto de la Comunidad Educativa de la que formamos parte: Equipo Directivo, Equipos Docentes, Equipos de Tutorías, al Alumnado y a las Familias”, explica Jesís Menes.
En cuanto a las funciones específicas del orientador, la lista es amplísima: desde identificar necesidades educativas hasta ofrecer asesoramiento a profesores y familias a nivel psicopedagógico, pasando por la coordinación de muchos recursos tanto internos como externos de los centros docentes.
Hay tanto que abarcar, que los centros suelen priorizar dentro de sus estrategias, de ahí que sea conveniente prestarle atención a este aspecto antes de elegir colegio. “Dentro del modelo de asesoramiento por el que optamos en los Departamentos de Orientación de FUHEM nos centramos como ámbitos de trabajo en la Acción Tutorial, la Orientación Académica y Profesional, la Atención a la Diversidad y la Convivencia”, añade Menes“, indica Menes, que hace referencia al término “asesoramiento”, que ya es una forma efectiva de poner tierra de por medio con la labor de los psicólogos, figura con la que a menudo se sigue confundiendo a los orientadores.
“No hacemos diagnósticos clínicos, lo que hacemos es detectar necesidades educativas en general, y específicas de apoyo y especiales en particular”, añaden en este sentido desde el centro alicantino de ESO y Formación Profesional, E.F.A El Campico.
Trabajo en equipo con los docentes
Pero las labores de un orientador educativo enumeradas parecen inconexas; no hacen justicia al impacto de la función de los orientadores en la comunidad educativa que conforman los centros docentes, ni tampoco ofrecen una visión real de su trabajo diario, sobre todo en aquellos centros donde el departamento de orientación forma parte de la columna vertebral del proyecto educativo.
En estos casos, que ojalá pronto sean la mayoría de los centros docentes de nuestro país, el trabajo multidisciplinar de los orientadores se define de la manera más concisa posible con esta reflexión final de Jesús Menes, coordinador de orientación en el colegio Hipatia de Rivas Vaciamadrid: “Si tuviera que resumir en una sola función las tareas múltiples del Departamento de Orientación diría que tratamos de atender a la diversidad desde una perspectiva inclusiva en la que nadie se quede atrás por culpa de barreras u obstáculos pero en la que todo nuestro alumnado desarrolle al máximo sus potencialidades".
Para que esto sea posible, el departamento de orientación debe tener acceso directo a las aulas a través de profesores de apoyo y también ha de trabajar en permanente contacto y coordinación con el personal docente del centro, sobre todo con los tutores de los alumnos. Esto, como decíamos, no siempre sucede así, pero se están dando pasos de gigante en la dirección correcta para que los departamentos de orientación tengan en la educación el espacio clave que realmente deberían ocupar desde hace muchas décadas.