¿A partir de qué momento necesitan nuestros hijos socializar?

Laia Casadevall reflexiona en su libro Maternidad consciente sobre los diferentes tiempos que experimentan en este sentido los niños desde su nacimiento y nos explica su desarrollo social por edades
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Dice Laia Casadevall, enfermera graduada por la Universidad de Vic y matrona formada en el Reino Unido por la City University of London que, culturalmente, "estamos acostumbradas a ver criaturas escolarizadas a una edad temprana. Muchas veces, esto se defiende con el argumento de que a los bebés esto les conviene para poder socializar entre iguales". 

Sin embargo, advierte que la socialización no aparece hasta los tres años. "Por tanto, es importante entender que no escolarizamos a nuestros hijos prematuramente por su bien, sino que corresponde a una necesidad de los adultos. Dejamos a nuestras criaturas pronto para volver al trabajo productivo a costa de las necesidades de la madre y el bebé", asegura.

Además, informa que la evidencia científica nos muestra que la capacidad de socializar presente y futura de nuestras criaturas no varía entre los niños escolarizados tempranamente o los que se quedaron con su familia durante la primera etapa de su vida. De hecho, sostiene en su libro Maternidad consciente que la escolarización temprana se asocia a conductas más agresivas.

"La primera persona con la que se crea una relación es la madre. Y a través de esta figura de apego primaria la criatura dependiente descubre el mundo. La socialización empieza desde el útero y continúa fuera, de forma inevitable", añade. 

Madre con su hijo, jugando - Pexels

Desarrollo social por edades

  • El primer mes: "Los bebés son perfectamente capaces de conocer y reaccionar a su figura de apego primaria".
  • De los dos a los cuatro meses: "Aparece la sonrisa con la interacción agradable con sus figuras de apego. Empiezan a comunicarse a través de los sonidos".
  • De los cinco a los siete meses: "Escuchan con atención a sus figuras de apego y responden con balbuceos. Pueden reconocer nuestras emociones y reaccionar frente a ellas. El mundo comienza a interesarles".
  • De los ocho a los doce meses: "Muestran interés por jugar con sus figuras de apego y se extrañan cuando nos separamos de ellos. Surge la angustia por separación".
  • Al año: "Son conscientes de que hay otras personas que les interesan y con quienes pueden crear relaciones de apego como, por ejemplo, los abuelos. Empiezan a imitar y a decir algunas palabras".
  • A los dos años: "Están centrados en ellos mismos y en sus necesidades. No entienden las emociones de los demás niños y por eso muerden, pegan o empujan cuando algo no les parece bien. Son más independientes y aparece el juego simbólico, que imita lo que haceos los mayores u otros niños. Su lenguaje está más desarrollado, pero aún no se expresan bien a través del habla".
  • De los tres a los cuatro años: "Juegan en paralelo con otros niños, interaccionan y cooperan con los demás iguales. Son capaces de negociar, les gusta descubrir, fantasear y pueden empatizar con las emociones de otros niños. Sus habilidades comunicativas ya son buenas y tienen la capacidad de manifestar sus emociones".

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