Hay formas de comunicación más allá del lenguaje que son tan universales como este. Los vínculos que las distintas culturas del mundo han ido tejiendo a lo largo de la historia ha generado puntos de encuentro evidentes, sobre todo en culturas íntimamente relacionadas entre sí, como es el caso de Latinoamérica y España por ejemplo. Es el caso de los juegos populares, esos que se llaman distinto allí que aquí pero cuando uno se pone a disfrutar con ellos se da cuenta de que es exactamente igual que lo conocido. Otros a lo mejor no son exactamente iguales, pero se parecen mucho. Vamos a hacer un repaso de los más populares en una vuelta al mundo exprés.
El juego del pañuelo
Probablemente uno de los que más hemos jugado todos alguna vez en la vida, ya sea en campamentos de verano, en clases de educación física o simplemente en alguna tarde parque, por no mencionar aquellos veranos en el pueblo, es uno de los más populares de nuestro país. Un pañuelo a medio camino, un número en alto dicho por la persona neutral que lo sujeta y dos rivales que deben saltar a por él: si lo coges, corre para que no te pillen antes de volver a “tu casa”; si dejas que lo coja tu rival, píllale antes de que llegue a la suya. Muy divertido y explosivo.
El escondite
Seguramente solo el escondite es un juego popular más conocido que el pañuelo, el juego que "pica" por igual a los adultos y a los niños. Poco se puede decir de este juego popular que tanto gusta a los más pequeños. A medida que crecen los peques les suele empezar a gustar más el escondite inglés, ese juego en el que tienes que avanzar lo máximo posible mientras la persona que se la liga cuenta con los ojos tapados, de espaldas a la acción. El escondite inglés es muy famoso también en otros países, aunque es conocido con otros nombres. En Perú, por ejemplo, se conoce como “las estatuas”.
La rayuela
Qué decir de la rayuela, el juego con el nombre más bonito del mundo. Una tiza, un dibujo de cuadrados individuales y dobles, tirar la piedra y a saltar. No hace falta nada más que eso y un grupo de niños que lo puedan disfrutar juntos. La rayuela es muy conocido en Latinoamérica, donde se le conoce como golosa en Colombia. En México es el avión. Una variante también muy popular de este juego, con más casillas y dispuesto en forma de caracol, es el ‘escargot’ francés, uno de los juegos de la cultura popular francesa más conocidos en el país galo.
La cadena

No solo con otros países de cultura compartimos juegos tradicionales. En Japón, bien lejos de España, uno de sus juegos tradicionales en el tetsuagui oni, que viene a ser lo mismo que conocemos nosotros por la cadena, o esa versión del famoso pilla pilla en el que cuando la persona que se la liga va pillando a otros, estos se unen a la cadena, complicando cada vez más la “operación de caza”.
La gallinita ciega
En Estados Unidos, donde hay un sinfín de juegos populares debido, entre otras cosas, a su enorme tamaño, se juega mucho a nuestra gallinita ciega; la llaman Blind Man's Bluff y aunque, evidentemente, no recitan nuestras canciones al jugar, el concepto del juego es muy similar: se venda los ojos quien se la liga, que debe pillar o reconocer a los demás jugadores.
El teléfono escacharrado
También en la cultura anglosajona, tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, un juego popular muy conocido es lo que nosotros conocemos como el teléfono escacharrado, que en Latinoamérica también se llama roto o descompuesto en algunos países. En Reino Unido, en cambio, se conoce como ‘chinese whispers’, mientras que en Estados Unidos es simplemente ‘the telephone game’ su nombre popular. El juego, de dinámica muy sencilla, es realmente divertido: los jugadores, en círculo o en fila, se van transmitiendo un mensaje en cadena que debe ser adivinado por el último de ellos. Las risas están aseguradas no solo en los niños, también en los adultos.
El balón prisionero
Cerca de nosotros, además del mencionado escargot francés, también tenemos otra cultura afín que tiene sus propios juegos populares, la portuguesa: uno de los más famosos es el juego conocido como jogo do mata, en el que los jugadores, dispuestos en círculos, se pasan una pelota mientras cuentan hasta cinco. El quinto en recibirla debe dar con ella a los demás, que tienen el tiempo justo para escapar desde que el cuarto la pasa. No es exactamente igual, pero también te resultará familiar a uno que tú habrás jugado en la infancia, sobre todo en las clases de educación física: el balón prisionero.
Como ves, la mezcla de culturas, aunque se haya cocinado a fuego lento en la historia, ha sido tan intensa durante tantos siglos, que también en los juegos populares queda constancia de ello.