Javier es un recién nacido de dos días de vida. El embarazo ha transcurrido sin incidencias, todas las ecografías prenatales han sido normales. El parto ha sido vaginal, sin instrumentar y el pequeño nació llorando intensamente. La exploración del pediatra en la planta de maternidad no ha detectado ninguna anomalía. Sin embargo, cuando van a darle el alta, la matrona observa que el bebé está amarillo. Avisa al pediatra de guardia quien, tras valorar la coloración de Javier, decide solicitar una analítica de sangre para comprobar los niveles de bilirrubina. Con el resultado de los análisis informa a los padres que el pequeño tendrá que ingresar en la unidad de neonatos, ya que tiene ictericia.
¿Qué es la ictericia?
La ictericia es la coloración amarillenta de la piel y las escleras de los ojos. Esta pigmentación se debe al acúmulo de bilirrubina en la sangre. ¿Y qué es la bilirrubina? Los glóbulos rojos de nuestra sangre tienen una vida media de 120 días. Cuando se destruyen se produce esta sustancia llamada bilirrubina. Nuestro hígado se encarga de eliminar la bilirrubina por las heces y la orina. En los recién nacidos, debido a la inmadurez de su hígado, es común que los niveles de bilirrubina estén más altos de lo normal, coloreando la piel de un tono amarillento.

Existen unos niveles, dependiendo de las horas de vida del bebé y su edad gestacional, que nos indican cuando es necesario ingresarlo para poner tratamiento. De entrada, todos los recién nacidos van a tener unos niveles de bilirrubina más altos que los adultos, debido a su inmadurez, pero eso no significa que tengamos que ingresarlos a todos. Por eso, es esencial medir los niveles de bilirrubina haciendo un análisis de sangre cuando el pediatra lo considere. Si los niveles están en un rango normal (ictericia fisiológica), el bebé se irá a casa y hará seguimiento por su pediatra de centro de salud. Esta ictericia fisiológica mejorará en pocos días, sin dejar secuelas.
En la leche materna existe una sustancia que bloquea la degradación y eliminación de bilirrubina por lo que los bebés alimentados a pecho tendrán niveles más altos de esta sustancia los primeros días de vida. Esto no significa que la leche materna le siente mal al recién nacido y no es motivo para abandonar la lactancia materna.
Existen circunstancias que pueden desencadenar la aparición de ictericia con más frecuencia, como ocurre en aquellos casos de incompatibilidad de grupos sanguíneos, ya que entonces aumenta la destrucción de los glóbulos rojos y, por tanto, los niveles de bilirrubina.
¿Cómo se trata?
El tratamiento habitual de la ictericia neonatal es la fototerapia. Consiste en colocar unos focos de luz sobre la cuna del bebé, protegiendo previamente sus ojos. Las radiaciones lumínicas rompen la bilirrubina a nivel cutáneo, para que pueda ser eliminada. En la mayoría de ocasiones, esta medida será suficiente para normalizar los niveles de bilirrubina.

¿Tendrá secuelas?
La ictericia puede llegar a ser peligrosa si los niveles de bilirrubina son muy, muy altos, ya que se trata de una sustancia que puede llegar al cerebro del bebé. Esta situación es completamente excepcional porque el diagnóstico y tratamiento suelen hacerse mucho antes. La gran mayoría de bebés que han ingresado en una unidad neonatal por ictericia no tienen ninguna secuela ni seguimiento especial y hacen vida completamente normal.
¿Puede aparecer ictericia en un niño mayor?
En población infantil lo más común es que la ictericia aparezca en recién nacidos, pero también podríamos encontrarnos con un niño que se ponga amarillo. En estos casos es fundamental acudir al pediatra para descartar infección o enfermedad del hígado. Sin embargo, conviene resalta que hay una situación muy frecuente en la que la piel del niño se torna anaranjada, sobre todo en palmas de las manos y plantas de los pies, por una excesiva ingesta de carotenos en la dieta. Este pigmento se encuentra en frutas y hortalizas naranjas y rojas, como tomate, calabaza o zanahoria. Simplemente limitando la ingesta de estos alimentos se corregirá la pigmentación anaranjada en pocos días.