El juego y la exploración son dos actividades que van de la mano a la hora de permitir que un niño se desarrolle durante su crecimiento. Precisamente, los juegos que se engloban dentro de esta temática tienen, entre otras bondades, la ventaja de enseñar a los menores a ser creativos, así como a motivarse para ser verdaderos líderes en la vida. Pero, hay muchos más beneficios a la hora de incluir estos juegos de exploración en una rutina de ocio de lo más pequeños.
Precisamente, ahora que estamos en verano y se multiplican las actividades al aire libre es el momento perfecto para que los niños entren de lleno en la naturaleza a través de juegos donde exploren y vayan aprendiendo a base de retos. Una actividad que no solo les entretiene, sino que también les enseña.

Más allá del entretenimiento
Gracias a este tipo de juego se estimula la curiosidad y la imaginación de los niños, al tiempo que proporcionan habilidades importantes que los menores van adquiriendo como son la observación, la resolución de problemas y el trabajo en equipo ya sea en forma de una divertida búsqueda del tesoro, paseo por la naturaleza, construcciones de refugios entre árboles o bien observando aves o animales.
Beneficios físicos de los juegos de exploración
Gracias a este tipo de ocio y tiempo libre, estos niños llevan a cabo una actividad física en mitad de la naturaleza, les permite mantener una relación más cercana con el entorno, además de desarrollar habilidades críticas que podrán usar en cualquier momento de sus vidas.
Precisamente, al realizarse en el exterior y al aire libre, es una forma de evitar el sedentarismo así como todo tipo de ocio que vaya acompañado de pantallas. Con los juegos de exploración los niños corren, saltan, trepan, andan... y esto hace que se desarrolle tanto su destreza física como su coordinación y el fortalecimiento de los músculos. Como es lógico, esto viene de la mano de mejoras para su salud, así como la reducción de consecuencias negativas asociadas a la obesidad infantil.
Beneficios mentales y sociales
Además de los beneficios físicos, los juegos de exploración también tienen un impacto positivo significativo en el desarrollo mental y emocional de los niños ya que se enfrentan a desafíos, problemas, retos... Obstáculos en plena naturaleza que sortean a base de creatividad, imaginación, improvisación, pensamiento lógico y soluciones innovadoras.
Aparte, este tipo de actividades tiene un componente social clave ya que se llevan a cabo en grupo, se colabora con otros niños, se interactúa y se trabaja en equipo.
Conexión con el entorno natural
La conexión con la naturaleza es otro aspecto crucial del juego de exploración donde se deja de lado la tecnología en forma de ordenadores, tablets, videojuegos o teléfonos móviles. Los juegos de exploración permiten a los niños interactuar directamente con el medio ambiente, descubriendo plantas, animales y ecosistemas que quizás no verían en su vida diaria o a través de una pantalla.
Una enseñanza crucial para enseñarles a respetar el planeta, cuidarlo, actuar de manera ecológica y sostenible.