María Zabala, autora del libro Ser padres en la era digital, fue una de las ponentes protagonistas de la jornada Primeros videojuegos en el hogar: ¿cómo gestionarlos?, evento organizado por Pantallas Amigas. En el espacio, centrado en la infancia de 6 a 9 años, también se trataron aspectos generales aplicables a la gestión de los videojuegos a lo largo de todas las etapas de la crianza. Zabala, en sus intervenciones, compartió y profundizó en los consejos para las familias que ella considera más importantes.
Teniendo en cuenta que, según datos del Anuario 2022 de la Industria del videojuego en España de AEVI, el 79% de niños y niñas entre 6 y 11 años juegan a videojuegos, porcentaje que se eleva al 84% entre los 11 y 14 años, no parece lógico pensar que prohibir los videojuegos sea una forma positiva de gestionar el acceso a los videojuegos de los niños y niñas.
Sobre esto, María Zabala tiene claro cuál es el planteamiento acertado: “crear un entorno de juego digital para tus hijos que tú compartas”, aseguró. Por compartir, la periodista especializada se refiere a que los videojuegos no sean algo estanco, aislado de la realidad cotidiana tanto del menor como de la familia, y desconectado de su entorno físico.
Para María Zabala, en definitiva, acompañar es el consejo esencial en esto de los videojuegos y la crianza. “Este acompañar y estar no puede ser un discurso, sino que debe ser una acción. Para la mayoría de cosas sí tenemos tiempo, y los videojuegos son un ocio más en el que tenemos que implicarnos, igual que cuando vamos a verles jugar el fin de semana el partido un partido”, reflexionó.

La divulgadora aboga por la “naturalización” de los videojuegos en el día a día de la vida de nuestros hijos y de la dinámica familiar. “Se trata de sumar un poquito de todo”, dice, en referencia a la combinación de las herramientas de control parental tecnológicas para favorecer la mediación y al papel directo que jugamos los adultos en la gestión de los videojuegos.
En este sentido, María Zabala recomendó estar pendientes (por ejemplo, hablando con ellos en la mesa de videojuegos igual que lo hacemos de otras realidades cotidianas), echar tiempo con ellos de vez en cuando jugando, intentar que el videojuego conecte con otros aspectos de su vida, tener conocimiento de saber con quién jugar y, también en ocasiones, “poner la oreja”.
Y ni siquiera esta suma de pequeñas grandes cosas garantiza que tu hijo o hija no vaya a meter la pata o a tener algún conflicto que solucionar en relación con los videojuegos. “El mundo no se acaba por meter la pata”, señala María Zabala. La clave, como ocurre en el entorno físico, es que también acompañemos a nuestros hijos e hijas en la realidad digital. “Se trata, en definitiva, de tratar de normalizar: ni prohibir como su fuera el fin del mundo ni barra libre”, concluyó.
Jorge Flores, fundador y director de PantallasAmigas. especialista en la aplicación de la tecnología en el ámbito educativo, reforzó la teoría de María Zabala con una reflexión muy interesante: Más colaborativos que competitivos. “Los videojuegos nos permiten ponernos por primera vez en el mismo lado de la pantalla que nuestros hijos”, asegur0ó.
Y por este motivo, añadió Flores, los videojuegos son una oportunidad para “conocer, compartir, concienciar, potenciar el pensamiento crítico en nuestros hijos y que sean conscientes de lo que están consumiendo, calificar, y confiar por encima de controlar”, apostilla Flores. En su opinión, es muy importante “estar ahí”, acompañando a nuestros hijos también en su gusto por los videojuegos, porque “son, además, la primera experiencia de socialización que tienen”.

Otros consejos
Durante la jornada Primeros videojuegos en el hogar: ¿cómo gestionarlos?, en la que además de Jorge Flores y María Zabala intervino el periodista especializado en videojuegos Salva Fernàndez, los tres expertos compartieron otros consejos.
Por ejemplo, María Zabala insistió en la importancia de acertar con los videojuegos. No tanto en referencia a la edad recomendada y su contenido (aconsejó enseñar a nuestros hijos e hijas que sean los primeros en informarse a través de las muchas fuentes de información fiables que hay para ello, como Common Sense Media), sino pensando en el gusto e intereses del menor. “Que estén alineados con lo que les gusta a los niños”, dijo, y puso como ejemplo el Minecraft para los niños y niñas que disfrutan con Lego a Minecraft.
Además, Jorge Flores recomendó que los juegos elegidos para las primeras experiencias de ocio digital fueran “más colaborativos que competitivos”, algo característico en la lista de juegos que recomendó Salva Fernàndez para este mismo fin. La mayoría, muy accesibles, para jugar en familia o con un sistema por control de movimiento.
Por último, María Zabala, algo en lo que se mostraron de acuerdo los tres ponentes, recalcó también la importancia de que las primeras experiencias de juego no sean en el móvil. “Recomiendo que los primeros contactos con los videojuegos no se produzcan a través de nuestros móviles porque luego va a ser muy difícil que pierdan esa sensación de que el móvil es ocio. Hay muchos productos tecnológicos en el mercado para que el videojuego no dependa de un smartphone”, concluyó.