Por qué tu hijo tiene mocos durante todo el invierno y qué puedes hacer al respecto

Tendemos a verlos como un enemigo cuando en realidad son un mecanismo de protección que nos ayuda a expulsar el virus, que es el causante del malestar.
tos mocos

Los mocos. La tirria que dan, ¿verdad? “Cuanto más lejos, mejor”, pensamos todas las madres y padres con peques en casa. Sabemos que cuando entran por la puerta, lo normal es que se paseen por las fosas nasales de todos los miembros de la casa. Eso como mínimo. Incluso puede que lleguen, si hay complicaciones no deseadas, a los bronquios y a los oídos. Sin embargo, es posible, muy probable, de hecho, que estemos “enfocando mal el tiro”, ya que no son los mocos a quienes debemos “odiar”. Los mocos, aunque no lo creas, son aliados de nuestros peques por mucho que se les acompañen durante todo el invierno.

Es difícil que los mocos se terminen de ir de una casa con niños durante los meses de frío. Pero la razón de que aparezcan no es esta, el frío –una verdad no lo es por mucho que nos empeñemos en repetir cien millones de veces algo, como por ejemplo que nos ponemos malos porque “hemos cogido frío”–. La razón es, casi siempre, un virus del que nos contagiamos los unos a los otros. Como asegura la pediatra Mar López Sureda, “no es por el frío, enfermamos porque nos contagiamos. En invierno lo hacemos más porque pasamos más tiempo encerrados y ventilamos mucho menos”, explica.

Lo hace en un post de Instagram que ha inspirado esta pieza. En la publicación le da la vuelta a la tortilla con los mocos, demostrando que no debemos temerlos porque, en realidad, lo único que hacen es proteger a nuestros peques (y a nosotros mismos) y ayudarles a que expulsen el virus del que se han contagiado.

Niño con mocos

Señala la doctora López Sureda que esta secreción viscosa de la mucosa respiratoria –definición de moco– “Nos defienden de infecciones porque van cargados de leucocitos (defensas)”. Es una realidad que conviven durante casi todo el invierno con los niños pequeños, que pueden llegar a pasar hasta cinco meses al año acatarrados con mocos. “Pueden durar 15 días, y los niños tienen de 8 a 10 catarros al año”, asegura la pediatra.

Dependiendo del tipo de virus y de su evolución, pueden quedarse solo en la nariz, pueden inflamar también la garganta, o bien pueden inflamar los bronquios. Casi siempre se curan solos los catarros, y es entonces cuando los mocos, una vez eliminan todo el virus, desaparecen. Lo que el cuerpo hace es crear estas secreciones mucosas cargadas de defensas para que el virus se adhiera a ellos y así, cuando los expulsamos, tosiendo o estornudando, lo expulsamos. “Cuando nos tumbamos, el moco gotea sobre la garganta y tosemos. Si está en los bronquios, tosemos para sacarlo. Tosemos para sacar al moco de la vía respiratoria”, afirma la doctora López Sureda.

El color de los mocos

No tiene que importarte si los mocos son verdes, transparentes (blancos) o amarillos. La pediatra recuerda que el color depende de “una sustancia rica en hierro que segregan las defensas”, por lo que no quiere decir que el virus esté haciendo más daño. Lo único que tienes que hacer es intentar tomar medidas para facilitar la respiración y el confort de tu peque, y al mismo tiempo, ayudarle a expulsar los mocos y, en consecuencia, el virus.

Para ello, la doctora López Sureda incide en que los antibióticos no tienen efecto sobre los virus y sus respectivos mocos. Sí funcionan, en cambio, los “lavados nasales a demanda” con suero fisiológico. Eso sí, la Asociación Española de Pediatría (AEP), que los compara con “los pañuelos de los niños pequeños”, inciden en que se evite el uso de aspiradores de secreciones. Siempre se deben hacer con suero fisiológico.

Lavados nasales

Las otras medidas que puedes adoptar en invierno para mitigar el efecto de los mocos, según la pediatra Mar López Sureda son evitar los ambientes con humo y ofrecer líquido y alimentos sin forzar. Además, también aconseja facilitar el descanso nocturno con un sencillo gesto: inclinar un poco la postura de tu hijo o hija. Eso sí, depende de si tienes más o menos dos años, tienes que hacerlo de un modo u otro. Te lo contamos aquí.

Y recuerda, por último, que no existe evidencia científica de que haya algún jarabe que sea eficaz para eliminar los mocos, según la doctora.

Recomendamos en