Ser Padres

¿Tu hijo ha empezado a cojear de repente? Esta es la enfermedad frecuente que puede estar detrás

Algunos niños comienzan a cojear, de repente, sin una causa aparente. Los padres, asustados, acuden al pediatra en busca de una respuesta. Lucía Galán explica la causa común que suele estar detrás de este síntoma.

Marta Moreno

Todo lo que tiene que ver con la salud infantil asusta muy (mucho) a todos los padres. Es algo completamente normal. Y más cuando el niño experimenta algún síntoma que, aparentemente, no tiene ninguna causa detrás.

Aunque muchos padres no habrán escuchado hablar nunca de esta patología (por suerte) son muchos los niños que, de repente, se niegan a apoyar el pie en el suelo, quejándose de un dolor en la parte de la cadera. Algo que llega, casi siempre, sin que haya habido un golpe o traumatismo que sea causa de este síntomas. Los padres, asustados, acuden a la consulta de pediatría en busca de un diagnóstico a esta cojera inesperada.

Sinovitis transitoria de cadera, posible causa de cojera infantil

Por suerte, son muchos los pediatras que intentan tranquilizar a las familias alzando su voz a través de las redes sociales. Y una de las más consolidadas en Lucía Galán (más conocida como Lucía mi pediatra). Ella, una vez más, ha salido al paso de muchas consultas que le llegan con el mismo síntoma. “Con mi hijo mayor me pasó dos veces: lo saqué del coche y, de pronto, se negó a apoyar el pie”, cuenta en su publicación, ya viral.

Tal y como argumenta la profesional, en muchas ocasiones la causa que está detrás de esa cojera es la sinovitis transitoria de cadera: “Es una inflamación del tejido sinovial que recubre la articulación. Como consecuencia se produce un derrame que hace que el niño cojee porque le duele y se niegue a apoyar el pie”, explica en Instagram.

Tal y como explica la Asociación Española de Pediatría, lo habitual es que se dé entre los tres y los diez años de edad, siendo más frecuente en varones.

¿Por qué tu hijo cojea y cómo solucionarlo?

De acuerdo a la AEP, la causa de esta afección es desconocida, aunque desde su experiencia, Lucía completa diciendo que en dos tercios de los casos hay antecedentes de catarro en los días previos al síntoma.

Después de diagnosticarlo (explorar detenidamente al niño y ecografía, en caso de ser necesario, sería suficiente) el tratamiento es reposo e ibuprofeno. “Sé que en niños muy pequeños el reposo es difícil, pero hay que intentarlo: mucho carro, mantita, peli y sofá”, dice la pediatra Lucía Galán. “Es importante el reposo porque así se resolverá antes”.

Eso sí, explica de igual forma que, en caso de que no remita el síntoma en dos semanas (que es lo que tarda en desaparecer, más o menos), habrá que volver para descartar otras enfermedades más graves como alguna enfermedad reumática o enfermedad de Perthes.

Y sí, para tranquilidad de los padres, es posible que el niño o la niña sufra más de un cuadro a lo largo de su niñez.

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