Los mocos son una preocupación muy frecuente para los padres. Y es que… ¡nos parece que los niños se pasan todo el invierno con mocos! Esto es un motivo frecuente de consulta con el pediatra, pero normalmente no hay por qué alarmarse: es normal que los niños sanos presenten varios procesos respiratorios los primeros años de su vida, ya que su sistema inmune está madurando. Estos episodios pueden durar hasta 10-15 días, dándonos la sensación de que “siempre están enfermos” durante el invierno.

Pero… ¿qué pasa con los niños pequeños, que no saben sonarse los mocos? ¿Es preocupante? ¿Es posible que, debido a esto, los mocos “bajen al pecho”?
¿Cómo funcionan las vías respiratorias superiores?
La mucosa nasal tiene como función calentar y humedecer el aire que inspiramos, y también fabricar el moco, que actúa como una primera línea de defensa ante muchos microorganismos. Las vías respiratorias superiores tienen unas células con una especie de “pelitos” llamados cilios, que se ocupan de ir arrastrando el moco, y casi todo este moco llegará hasta la nasofaringe, y de ahí a la vía digestiva.
Es decir, tu peque tiene su propio sistema de autodrenaje del moco, de forma que no es preocupante que no sepa sonarse: probablemente la mayor parte de los mocos se los trague y sean expulsados en las heces, por lo que no supondrán mayor problema.
¿Y si está acatarrado y no puede respirar bien?
Durante un catarro, se inflama la mucosa de las vías respiratorias superiores, y se produce un aumento del moco. Esto puede provocar que el niño no pueda respirar bien. Podemos notar que come menos o está irritable debido a esto. ¿Qué hacemos en esta situación?
Lo más recomendable si está incómodo es ayudarle con lavados nasales. Se trata de aplicar solución salina (como sprays de agua de mar) o suero fisiológico a través de las fosas nasales. Los lavados deben ser suaves. Hay que recordar que las vías respiratorias están conectadas al oído medio a través de la trompa de Eustaquio, y si introducimos el líquido con mucha presión, podemos dañar el oído y provocar una otitis.
Entre spray nasal y suero monodosis... ¿qué método es mejor?
No se ha demostrado que uno de ellos sea superior al otro. Parece ser que los lavados con spray nasal puedan ser más efectivos debido a que las gotitas de líquido son más pequeñas y penetran en más profundidad, y además son menos molestos para los niños que los lavados “a chorro”.
¿Es verdad que si no le limpio la nariz a mi hijo, los mocos "bajarán al pecho"?
No, no es verdad. Se trata de un mito muy popular, pero que no tiene ninguna base científica: los mocos “no viajan” por el aparato respiratorio desde la vía superior hasta los pulmones. Los mocos de la nariz, como mucho, pueden bajar hasta la garganta; una vez aquí no pueden acceder a los bronquios, ya que la tos lo impide.
Lo que sí es posible es que nuestro hijo tenga una infección de los pulmones (neumonía) o que sus bronquios se inflamen también debido a una infección, de forma que se estrechan y pueden aparecer “pitos” (broncoespasmo). Pero nunca va a ocurrir esto debido a que los mocos “bajen” desde la nariz y la garganta.