Un pediatra nos cuenta las causas que están detrás de que los niños rechinen los dientes por la noche

Muchos niños rechinan los dientes por la noche y esto es un síntoma inequívoco de lo que se conoce como bruxismo, un hábito negativo de presionar de forma exagerada las mandíbulas una contra la otra. Te contamos más sobre porqué ocurre, qué consecuencias puede tener y cómo resolverlo

Erupción de los primeros dientes

Es posible que por las noches hayas notado que tu hijo o hija hace un ruido extraño y molesto con la boca. Esto es algo que llama la atención y que preocupa a aquellas personas que desconocen su causa. Pero debes saber para tranquilizarte que el bruxismo afecta a un porcentaje de la población del 10 al 20%.

Vemos, por tanto, que la frecuencia es bastante alta, pero aunque se trate de algo tan habitual, no es bueno que así sea, pero sí es normal dentro de lo que cabe que rechine sus dientes mientras duerme.

No ocurre solo en los niños ni tampoco de noche exclusivamente. El bruxismo puede darse de día también, pero si es cierto que es por la noche cuando somos más conscientes de ello porque generalmente todo está en silencio y porque miramos continuamente al pequeño para ver si está bien. Si está nervioso, sueña, nos llama o simplemente vas a arroparle y darle un beso notarás como aprieta sus mandíbulas la una contra la otra y oyes a sus dientes chirriar o rechinar.

¿A qué es debido este problema?

Una vez detectado el problema no buscaremos sólo una solución sino que también trataremos de entender qué está motivando el bruxismo. No es fácil dar con la tecla en este sentido porque son múltiples los factores que pueden incidir en ello: dientes que no encajan bien debido a que las mandíbulas no están alineadas, un episodio de nerviosismo pasajero o el estrés (época de exámenes, por ejemplo, o una mala situación en casa) pueden causar el bruxismo. También puede ser una combinación de estos factores, por supuesto. Además, puede ser una consecuencia derivada de un problema médico como la parálisis cerebral, la hiperactividad o la ingesta de algún medicamento que pueda provocarlo.

¿Qué consecuencias puede tener?

No se trata de un problema médico grave, pero lógicamente puede tener consecuencia si no se le pone remedio y se da de forma habitual y continuada. Los principales riesgos tienen que ver con la salud bucodental, aunque estos dependen de la frecuencia, el comportamiento y la intensidad. También pueden repercutir en otros síntomas relacionados como el dolor de cabeza y de oído en algunos casos más graves. Tras una valoración por el pediatra será el odontopediatra quien recomiende el tratamiento específico para cada caso.

¿Cómo se resuelve el problema?

Acertar con la causa que provoca el bruxismo es clave en su tratamiento. Pero mientras esto ocurre, el odontólogo pediátrico se asegurará de limitar los daños derivados del rechinamiento de dientes y la presión de las mandíbulas al juntarse en exceso.

Puede optar por un tratamiento oclusal alterando previamente la mordida de los dientes si están las piezas dentales muy desalineadas, recomendar una férula de descarga para que el niño o niña la use por la noche (es parecida al protector bucal que usan los boxeadores y otros deportistas) o simplemente, si el bruxismo es puntual, puede controlar la situación y hacer seguimiento del caso, entre otras posibles decisiones al respecto.

Detectar las posibles causas será una labor muy importante y más si se trata de estrés ya que se tendrá que hacer una labor de acompañamiento y apoyo para mejorar no sólo la salud bucodental sino el día a día del niño o adolescente.

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