Diez consejos de pediatra para aliviar síntomas a un bebé que está resfriado

Para unos padres preocupados un exceso de mucosidad puede parecer más serio de lo que es. Lo cierto es que cualquiera puede sufrir un catarro, incluido un recién nacido. ¿Qué hacer en estos casos?
Niño con catarro

El hecho de que las fosas nasales del recién nacido sean más estrechas y su sistema inmunológico esté aún inmaduro hace que los bebés sean un blanco perfecto para los resfriados y los catarros sobre todo con la vuelta al cole y la llegada del frío. Pero sus defensas se fortalecen en cada encuentro con un nuevo virus, pues aumenta su inmunidad. Aunque no hay que hacerse ilusiones: hay unas 250 clases de rinovirus susceptibles de enfermarle por un período medio de una semana.

El catarro, molesto para el bebé

Cualquiera puede sufrir un resfriado, incluido un recién nacido. Tal vez el bebé tenga suerte y no coja un solo catarro en su primer año, pues recibe anticuerpos a través de la placenta, y la leche materna también aporta anticuerpos contra las enfermedades y es la mejor vacuna. Pero también puede que pase media docena de catarros, sobre todo si hay algún hermano mayor que traiga los virus de la guardería.

Un resfriado ordinario es ya de por sí muy molesto para un bebé. Los adultos podemos sonarnos la nariz y, si es preciso, respirar por la boca; sin embargo, los bebés no pueden limpiarse la nariz y, cuando están chupando del pecho o del biberón, deben respirar a través de ella, o al menos intentarlo. 

El tratamiento debe ser acorde a la intensidad del resfriado y a cómo se sienta el niño. Si come y duerme con normalidad, probablemente no se pueda hacer otra cosa que esperar que el catarro siga su curso, y estar alerta ante cualquier cambio que pueda significar algo más serio.

Botiquín necesario

No debemos esperar a que coja un resfriado para tener a mano las provisiones necesarias:

  • Suero fisiológico para los lavados nasales.
  • Gasas para limpiar la mucosidad que se extrae.
  • Antitérmicos como el paracetamol para el control de la fiebre.
  • Una buena dosis de paciencia hasta que la enfermedad siga su curso y remita.

Cómo lograr que el bebé esté más cómodo

Es bueno mantener el cuarto algo fresco sin pasarse: si el bebé nota frío, se quejará. Es más fácil respirar con aire húmedo y fresco. Lo ideal son 22 grados de día y de 18 a 20 por la noche. Hay que evitar el exceso de humedad ya que es el caldo de cultivo idóneo para los microorganismos como virus y bacterias que pueden afectar al pequeño. Aunque se haya oído mucho eso de que el "humidificador es mano de santo" hay que limitar su uso únicamente a cuadros de laringitis aguda.

A menudo, las infecciones de ojos se producen cuando las manos del pequeño transportan los virus desde su nariz o su boca a los ojos. Por eso, mantenérselas limpias puede evitar una infección, y también que sus virus se transmitan a los adultos.

Debemos extremar nuestra higiene ya que podemos transmitir virus y bacterias, de forma involuntaria, al recién nacido. Por supuesto, si se trata de un recién nacido hay que ser "bordes" y rechazar las visitas salvo que sean estrictamente necesarias y más en los meses de otoño e invierno.

Si el niño no come adecuadamente deberemos fraccionarle las tomas de biberón haciendo más tomas al día pero de menor cantidad, de esta forma no se cansa. Si la alimentación es con lactancia materna serán los propios bebés los que se regulen cuando se fatiguen.

Aliviar la congestión nasal del bebé

Si el tapón nasal del bebé dificulta seriamente su alimentación y su sueño se puede usar suero fisiológico para mejorar su respiración. Nunca hay que usar gotas vasoconstrictoras: alivian de inmediato, pero tienen efecto rebote y en poco tiempo la mucosa está más inflamada que antes. Las gotas y sprays descongestivos tampoco se aconsejan.

No se debe elevar la cabeza del bebé colocando una almohada para tratar de mejorar su respiración en el sueño. Puede crear un peligroso hueco a través del cual podría rodar. Es mejor elevar la cabecera de la cuna metiendo algo debajo del colchón.

El uso de aspirador nasal se debe limitar a casos en los que los lavados sin inefectivos y hay bastante congestión nasal que dificulta la alimentación y la respiración. El riesgo de los aspiradores nasales es producir lesiones en las fosas nasales y que a la mucosidad se una un sangrado.

Control de temperatura

Algo de fiebre no es necesariamente síntoma de peligro; solo indica que los mecanismos de defensa de su cuerpo están luchando contra la infección. Una significativa subida repentina sí puede ser importante de igual modo que lo es una bajada brusca por lo que utilizaremos antitérmicos pero no baños de agua templada o fría (aumentaríamos sin quererlo el riesgo de convulsiones febriles).

¿Cuándo debería acudir a urgencias?

Debemos acudir a urgencias hospitalarias en caso de que aparezca alguno de los siguientes signos o síntomas de alarma:

  • Fiebre en lactante menor de 3 meses.
  • Fiebre acompañada de dificultad respiratoria.
  • Fiebre acompañada de vómitos incontrolables.
  • Fiebre acompañada de lesiones en la piel que no desaparecen a la presión (petequias).
  • Fiebre acompañada de convulsiones.

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