Según un estudio los niños que reciben dispositivos electrónicos para calmarse gestionan peor su ira

Son los conocidos como "chupetes digitales" a los que se recurre cuando el niño tiene alguna rabieta; sin embargo esto no les permitirá gestionar sus emociones a largo plazo
Una niña desafía a su madre por la tablet

Si echas un vistazo a tu alrededor no es complicado ver niños de cortas edades (algunos incluso ni han cumplido el año) totalmente absortos en teléfonos móviles o pantallas. Un recurso, el de darle un dispositivo electrónico o tecnológico, al que recurren muchos padres por falta de tiempo, para entretenerles o para calmarles si se ponen caprichosos y les da una rabieta

Sin embargo, según un estudio, usar este tipo de aparatos no hace nada por favorecer sus emociones. Todo lo contrario, hace que esos niños no sepan tolerar su ira o su frustración si no tienen una tablet en sus manos. Son los conocidos como chupetes digitales ya que actúan a  modo de calmante. Conclusiones que salen de este informe que recientemente se ha publicado en la revista Frontiers in Child and Adolescent Psychiatry que recuerda que darle un móvil para aplacar una rabieta "puede ser muy útil a corto plazo, porque efectivamente es bastante efectivo de cara a conseguir que el niño pare, pero a largo plazo puede llegar a ser especialmente dañino para el control y regulación de sus emociones, lo que podría redundar en problemas a la hora de gestionar la frustración en su vida adulta".

Fuente: iStock - Bebé con una tablet en sus manos

¿Qué observaron en este estudio?

En este estudio, un grupo de investigación de Hungría y Canadá llevó a cabo un cuestionario en el año 2020 a más de 300 padres de niños entre dos y cinco años para conocer cómo era el uso del teléfono móvil por parte de sus hijos y los resultados fueron claros como afirman estos expertos. "El niño no aprenderá a regular sus emociones negativas si los padres le ofrecen regularmente un dispositivo digital a su hijo para calmarlo o detener una rabieta", asegura Veronika Konok, autora principal del estudio e investigadora en la Universidad Eötvoös Loránd. "Esto le conducirá a problemas más graves de regulación emocional en su vida adulta. Y es que las rabietas no se pueden curar con dispositivos digitales, los niños tienen que aprender a manejar sus emociones negativas por sí mismos", insiste.

Unas palabras refrendadas por la realidad que estos investigadores descubrieron: cuando los padres recurrían de manera más frecuente a la regulación emocional de los niños desde un punto de vista digital, los  niños mostraban peores habilidades de manejo de la ira y la frustración un año después.

Además, esto tiene otra consecuencia negativa ya que se deja de lado la importancia de permitir que los niños experimenten emociones negativas con las que poco a poco aprenderán y les servirá para su desarrollo. 

A juicio de Veronika Konok, “los niños tienen que aprender a manejar sus emociones negativas por sí mismos. Necesitan la ayuda de sus padres durante este proceso de aprendizaje, no la ayuda de un dispositivo digital”. De ahí la importancia de no evitar situaciones que puedan ser frustrantes para el niño. Lo que se debe hacer como padres es guiar a sus hijos cuando se den esas situaciones difíciles, les ayuden a reconocer sus emociones y les enseñen a manejarlas.

Los peligros de un uso generalizado

Afectación en la cognición, las emociones y la salud mental de los menores son algunos de los problemas que trae consigo el uso generalizado y de manera frecuente y sin control este tipo de dispositivos electrónicos. 

Problemas que incluso se siguen observando en adultos como lamenta la autora principal del estudio. Y es que los procesos cerebrales y cognitivos de los niños pequeños aún muy moldeables y vulnerables a estas influencias que pueden ser duraderas con los años. 

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