La terapia génica administrada precozmente puede ayudar a niños con una enfermedad neurodegenerativa rara a conservar sus funciones motoras y cognitivas, según nuevo estudio. La leucodistrofia metacromática (MLD) es una enfermedad neurológica rara y progresiva que afecta principalmente a niños pequeños. Se trata de un trastorno hereditario causado por la deficiencia de la enzima arilsulfatasa A (ARSA), lo que lleva a la acumulación de sulfatidos y daño severo en el sistema nervioso. Hasta hace poco, no existía un tratamiento eficaz para frenar su rápido avance.
Una nueva terapia génica basada en células madre hematopoyéticas ha cambiado ese panorama. Investigadores italianos y británicos evaluaron el uso de atidarsagene autotemcel (arsa-cel) en 39 pacientes con MLD, en comparación con 49 niños no tratados. El seguimiento abarcó hasta más de 12 años.
Los resultados muestran que, administrada en fases presintomáticas o al inicio de los síntomas, esta terapia puede detener el deterioro motor severo y prolongar la vida.
El hallazgo podría transformar el abordaje de enfermedades genéticas neurodegenerativas pediátricas.
Resultados que cambian la historia natural de la MLD
El estudio comparó niños tratados con arsa-cel frente a un grupo de referencia sin tratamiento. Los pacientes fueron clasificados según la forma clínica de MLD (infantil tardía o juvenil temprana) y el momento de intervención (presintomática o sintomática temprana).
En todos los subgrupos analizados, el tratamiento redujo de forma significativa el riesgo de discapacidad motora severa o muerte.
Por ejemplo, en la forma infantil tardía, el 100% de los niños tratados antes de los síntomas alcanzó los 6 años sin deterioro motor, frente al 0% en el grupo no tratado.
Para los niños con MLD juvenil temprana, el 87,5% (presintomáticos) y el 80% (sintomáticos tempranos) llegaron a los 10 años sin discapacidad grave, comparado con solo el 11,2% en el grupo de referencia.

Una terapia que detiene la pérdida de funciones motoras
El criterio principal del estudio fue la supervivencia libre de deterioro motor severo, definida como la pérdida de la capacidad de caminar o sentarse sin ayuda, o la muerte por cualquier causa. Este es uno de los indicadores más críticos en enfermedades neurodegenerativas.
El seguimiento medio fue de casi 7 años, y en algunos casos superó los 12. Esta duración permitió observar los efectos sostenidos del tratamiento y establecer diferencias claras con la evolución natural de la enfermedad.
Estos datos confirman que arsa-cel no solo prolonga la vida, sino que preserva funciones motoras fundamentales, mejorando de forma radical la calidad de vida de los niños afectados.
Perfil de seguridad y reacciones adversas controladas
Uno de los principales retos de la terapia génica es garantizar su seguridad a largo plazo. En este estudio, no se observaron casos de oncogénesis por inserción del vector, un riesgo potencial en terapias basadas en modificación de ADN.
La reacción adversa más frecuente fue la neutropenia febril (grado 3 o superior), un efecto esperado tras el trasplante de células madre. Se presentó de forma transitoria y fue manejada con tratamiento convencional.
Solo tres pacientes fallecieron durante el seguimiento, y en todos los casos los investigadores concluyeron que las muertes no estaban relacionadas con el tratamiento.

Impacto del momento del tratamiento en la eficacia
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la importancia del momento de administración del tratamiento. Cuanto más temprano se administre arsa-cel, mejores son los resultados. Los niños tratados antes del inicio de síntomas tuvieron tasas de supervivencia y preservación motora sustancialmente más altas.
Este dato refuerza la necesidad de incluir a la MLD en los programas de cribado neonatal, especialmente en familias con antecedentes genéticos, para permitir una detección y tratamiento tempranos.
Asimismo, el estudio demuestra que incluso en niños que ya presentan síntomas leves, la terapia puede ralentizar la progresión de la enfermedad.
Hacia un nuevo paradigma en medicina de precisión pediátrica
Los resultados de este estudio marcan un hito en el tratamiento de enfermedades raras infantiles. Atidarsagene autotemcel representa una forma altamente personalizada de medicina regenerativa, basada en la corrección del defecto genético subyacente.
El respaldo de datos de seguimiento a largo plazo y la ausencia de complicaciones graves fortalecen su valor terapéutico. Este avance también abre la puerta al desarrollo de terapias similares para otras patologías lisosomales y neurometabólicas.
Con apoyo de instituciones como Orchard Therapeutics y ensayos clínicos rigurosos, la terapia génica para MLD podría consolidarse como tratamiento estándar en los próximos años.

Una oportunidad para cambiar el destino de los pacientes con MLD
El tratamiento ofrece una esperanza concreta para los niños con leucodistrofia metacromática. Cuando se administra a tiempo, puede prevenir la discapacidad severa y prolongar la vida.
Aunque el diagnóstico temprano sigue siendo un desafío, los resultados de este estudio allanan el camino para una transformación radical en la atención pediátrica de enfermedades raras.
Este es un ejemplo de cómo la medicina de precisión puede ofrecer soluciones efectivas y duraderas, incluso frente a patologías consideradas incurables hasta hace pocos años.
Referencias
- Fumagalli F, Calbi V, Gallo V, et al. Long-Term Effects of Atidarsagene Autotemcel for Metachromatic Leukodystrophy. N Engl J Med. (2025). doi:10.1056/NEJMoa2405727