Tres recursos a evitar para fomentar la empatía en los niños según la disciplina positiva

La experta en disciplina positiva Isabel Cuesta, Una madre molona, comparte tres recursos o hábitos que debemos evitar si queremos fomentar la empatía con nuestros hijos e hijas.
Claves para ser una familia feliz

Por querer ayudar, a veces nos pasamos de la raya y entramos en el terreno de la invasión de la privacidad, del agobio. Y otras, todo lo contrario: le quitamos hierro al asunto con la mejor intención y lo que estamos haciendo es empatizar cero con la otra persona. Por eso, el equilibrio y la atención a los detalles son tan importantes en la crianza. Y eso pasa por saber cómo actuar, cómo acompañar y, en definitiva, cómo gestionar cada situación con niños y adolescentes en casa. Y no hay otra forma de hacerlo bien que teniendo recursos para ello… y sabiendo también qué recursos es mejor evitar.

En uno de sus muchos post divulgativos, la especialista en disciplina positiva Isabel Cuesta, Una madre molona, se centra en esto último, ya que comparte los que para ella son recursos que se repiten mucho y que conviene evitar a la hora de empatizar con nuestros hijos e hijas. “La empatía es fundamental para mejorar el ambiente familiar porque nos ayuda a conectar con nuestros peques”, argumenta.

Esto, la conexión sana con los hijos, es uno de los grandes objetivos de la disciplina positiva. Como lo son también la mejora de la comunicación, la creación de un ambiente sano y de cooperación o el fomento de la autonomía personal desde el respeto. En la consecuención de todos estos objetivos (y de muchos otros) que se propone la disciplina positiva, la empatía tiene un gran impacto.

Una familia feliz. - Evgeny Atamanenko

Tres recursos para fomentar la empatía

De todos los recursos y hábitos propios de la disciplina positiva que podemos poner en práctica para desarrollar la empatía, como estos recursos para ayudarles a relajarse, Isabel Cuesta, Una madre molona en las redes, recomienda evitar especialmente tres. Porque hacer no siempre es la mejor decisión. Son los siguientes:

  • Evita la frase “No pasa nada”

El primer hábito recomendado por Isabel Cuesta es precisamente evitar un recurso tan manido como decir la típica frase “no pasa nada” cuando está claro por la reacción de nuestro hijo o hija que sí pasa. “No infravalores la emoción de tus hijos, amigos, conocidos… Hacerlo nos aleja”, apunta la experta en crianza.

Para Cuesta, “solo escuchar con atención, acompañar, y decir ‘te entiendo’ o ‘estoy aquí’ marca la diferencia”.

  • Evitar dar consejos no pedidos

El segundo recurso a evitar que recomienda Isabel Cuesta es el de dar consejos que no nos han pedido. Ya lo dice el refrán, “consejos vendo que para mí no tengo”. No es tanto esto porque abuen seguro tenéis consejos muy útiles que compartir con vuestros peques, sino el hecho de hacerlo cuando la otra persona lo necesita y solicita.

“Aunque demos consejos con la mejor de las intenciones, los consejos no pedidos desalientan a la otra persona”, apunta Una madre molona al respecto. “Sin ser conscientes, nos situamos en una posición de superioridad”, agrega. En su opinión, “es preferible preguntar si acepta que le demos un consejo o sugerencia”.

Una familia, conectada. - Getty Images
  • Respeta su espacio

El tercer recurso que se suele repetir a menudo en el acompañamiento durante la crianza es la invasión del espacio privado de nuestros hijos e hijas. De igual forma que intentamos enseñar a nuestros hijos a respetar el espacio personal de los demás, Isabel Cuesta aconseja respetar el suyo. “Quizás ahora no quiera decir cómo se siente. Quizás necesite tiempo y espacio”.

La experta en disciplina positiva recomienda evitar interrogatorios. “Respetando sus tiempos estás ayudando. Lo importante es que sepan que estamos ahí cuando nos necesiten”, concluye. 

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