Una experta en neuroeducación nos explica cómo influyen las pantallas en el desarrollo del lenguaje

Elvira Perejón, neuroeducadora y experta en estimulación temprana del lenguaje, recomienda evitar el uso de móviles y tablets de 0 a 6 años
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Según recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay que evitar exponer a las pantallas a los niños menores de dos años. La neuroeducadora Elvira Perejón va más lejos y extiende esta prohibición a la franja de edad comprendida entre los cero y los seis años.

Esta experta en estimulación temprana y desarrollo del lenguaje a través de la música y los cuentos explica en conversación telefónica a Ser Padres como el uso de pantallas influye negativamente en los niños en lo que respecta al ámbito del lenguaje y del desarrollo cognitivo.

“Se ha demostrado que a mayor tiempo de exposición de pantallas en los primeros años de vida se produce un retraso en el desarrollo del lenguaje y, por ende, del desarrollo cognitivo general de los niños”, sostiene Perejón.

Para corroborar esta afirmación la experta remite a estudios internacionales, como el realizado por la Academia de Pediatría de Estados Unidos. Los datos de una investigación realizada con una muestra de 900 niños revelaban que dos de cada diez niños, con edades comprendidas entre los seis meses y los dos años, pasaban una media de 28 minutos al día viendo pantallas. Los investigadores midieron de qué forma ese tiempo afectaba al desarrollo del lenguaje y llegaron a la conclusión de que por cada incremento de 30 minutos con una pantalla móvil existía un 49% más de riesgo de sufrir retraso en el lenguaje efectivo.

Otro estudio realizado en Japón durante cinco años determinó que el uso de pantallas por parte de los menores de seis años no solo retrasa su desarrollo en el lenguaje y su desarrollo motor, sino que también implica que los más pequeños sufren mayores dificultades a la hora de desarrollar funciones ejecutivas cerebrales y habilidades como la resolución de problemas.

La neuroeducadora nos explica que hay unos requisitos básicos que son fundamentales para que durante los primeros años de vida se sienten las bases para un adecuado desarrollo del lenguaje. Estos requisitos son contacto visual, atención, imitación, permanencia del objeto, medios y fines, toma de turnos, causa efecto y el juego: “Y las pantallas de los teléfonos móviles y de las tablets influyen negativamente en estos ámbitos”

Perejón, además, ha sido testigo directo de los efectos de las pantallas en los más pequeños en el contexto del lenguaje. “He ejercido como maestra de Educación Infantil durante más de trece años. Tras la pandemia, comprobé el retraso cognitivo y del lenguaje que tenían los niños de 3 años de mi aula. Aunque, en un primer momento, este retraso se achacó al uso de mascarillas y a la falta de interacción social sobrevenida por la crisis del coronavirus, también se demostró que, durante ese periodo, los niños pasaron gran parte del tiempo utilizando pantallas y este hecho tuvo gran repercusión negativa en su expresión verbal.”, explica la experta.

La especialista en estimulación temprana insiste en la idea que conviene evitar el uso de pantallas entre los 0 y seis años (la Academia Canadiense de Pediatriá, así lo indica) “porque es en esta franja de edad donde se conforman el 90% de las estructuras cerebrales de la persona y el exceso de tiempo pasado detrás de un teléfono móvil o una tablet supone retrasos en el desarrollo del habla y del vocabulario, dificultades a la hora de expresarse de forma verbal, una menor comprensión del lenguaje oral y una interferencia en la interacción social y comunicativa”

Y más allá del desarrollo del lenguaje, apunta Perejón, hay una inhibición del crecimiento cognitivo y del desarrollo en general del niño o la niña. “Puede influir negativamente en su aprendizaje pues las pantallas repercuten negativamente en la capacidad de prestar atención. Y si no hay atención, no hay memoria, con lo cual va a repercutir en el éxito o en el desarrollo académico de nuestros niños”.

Por si fuera poco, además, apunta: “Si no estamos pendientes de que haya un desarrollo óptimo del lenguaje puede darse una disminución de la función cerebral, como diversos estudios han demostrado. Se produce menos actividad de los circuitos neuronales, problemas de atención y concentración que comentábamos y, por supuesto, dificultades socioemocionales".

La franja de edad de los cero a los seis años es la etapa que los neuroeducadores denominan como la etapa sensoriomotora. Es decir, que los niños aprenden a través de lo que tocan y a través del movimiento: “Una pantalla obnubila y emboba, lo que los niños necesitan es tocar y experimentar”

Alternativas al uso de móviles y tablets

Hay una gran variedad de alternativas que los padres pueden utilizar para ayudar a desarrollar la conciencia fonológica y las habilidades lingüísticas de sus hijos, incluso, desde que son bebés, según esta experta en neuroeducación:

Describir el entorno y hablar con nuestros hijos desde que nacen: Lo primero de todo que recomienda esta experta es hablarles, incluso desde recién nacidos, describirles el entorno. Por ejemplo, cuando vas con ellos paseando con el carrito (es lo que ella hacía con su bebé de pocos meses para sorpresa de muchos viandantes, nos cuenta divertida). “En vez de dar órdenes a los niños, conviene hablarles con preguntas, a la vez que describimos el entorno: “Gonzalo, ¡cuántos pájaros!”. “¿Cómo hace el pajarito? Pio, pío” “¿Y el perro?…”, así hablaba ella a su bebé. “De esta forma, los niños aprenden a comprender. Describir el entorno les ayuda a adquirir vocabulario y a relacionar las palabras que decimos con objetos y situaciones concretas”.

Trabajar los  pre-requisitos del lenguaje: El habla se puede trabajar desde que son bebés, explica: “La gente se cree que el lenguaje no explosiona hasta que aparece la primera palabrita: papá, mamá, agua… pero esto no es así. Conviene trabajar con los niños los pre-requisitos del lenguaje (contacto visual, atención, imitación, permanencia el objeto, medios y fines, toma de turnos, causa efecto y el juego) desde recién nacidos, lo que estimulará entre otras cosas, el desarrollo de futuras habilidades como la lectoescritura”.

El poder de la música: Como experta en estimulación temprana musical, Perejón recomienda no sólo hablar, sino cantar mucho a los niños y bebés. Los cuentos cantados tienen el poder de atraer la atención de los niños (gran recurso frente a las pantallas). Pero a los padres y madres les dice: “No le pongas mi video del gallo Bartolito, ¡haz el gallo tú!"

Perejón facilita todos estos recursos a través de su cuenta de instagram. Además, organiza congresos online sobre educación de forma gratuita.

Un montón de alternativas sencillas: Además de los cuentos cantados, las canciones y el cantar, Perejón recomienda como alternativa a las pantallas: juegos con rimas, juegos de regazo, juegos de mesa, juego al aire libre… “Hay alternativas muy fáciles. Los niños no necesitan pantallas, ni cosas materiales; lo que necesitan es nuestra atención y adultos dispuestos: no presentes en modo avión, sino presentes en cuerpo y alma”.

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