“La autonomía permite a los niños conocer el mundo que los rodea, mientras que la vinculación con sus padres les permitirá tener una figura de seguridad cuando haya un peligro potencial o cuando sea capaz de protegerse a sí mismo”. Estas palabras sobre la autonomía, pronunciadas por el psicólogo infantil Rafa Guerrero, deberíamos tenerlas presentes diariamente en nuestra rutina con los niños.
Hemos de darles la autonomía que necesitan para autoconocerse y conocer el entorno, pero sin dejarlos de proteger y otorgar los límites necesarios que conforman el apego seguro y la protección. Y todo ello, sin caer en la sobreprotección, pues les haremos inseguros y débiles (emocionalmente hablando).

Dar autonomía a los niños es tan importante para su desarrollo que podemos considerarla como uno de los pilares fundamentales en los que se sustenta el método Montessori. “La función del adulto, según Montessori, es ser principalmente un observador; mediante la observación se conoce mejor al niño además de fomentar su autonomía y que aprenda por él mismo”, dicen desde la escuela especializada International Montessori School. “El adulto debe estar presente en cada necesidad que presente el niño y saber en qué ocasiones se debe intervenir y cuándo hay que dejarle vía libre”, aclaran.
Autocorregirse: la mejor manera de que los niños aprendan de sus errores
Los expertos en este método, basándose en este principio, trasladan la teoría a la práctica para hacer un poquito más sencilla la rutina con los niños sin interferir en su autonomía. Ejemplo de ello es Marta Prada, guía Montessori, quien en sus redes sociales comparte constantemente trucos y métodos muy sencillos que pueden ayudar a las familias.
En una publicación de su Instagram explica cómo podemos ayudar a los niños a aprender a través del error: “La mejor forma de aprender de los errores es poder ser capaces de verlos por nosotros mismos y autocorregirnos”, dice. Esta es la base sobre la que el método Montessori crea siempre materiales autocorrectivos que ayudan a los pequeños a darse cuenta por sí mismos de los errores que cometen y, así, autocorregirse.
El truco Montessori para fomentar cada día la autonomía infantil
A raíz de esto, propone un truco muy sencillo y efectivo para forjar con pequeños detalles la autonomía de los más pequeños de la casa. Está enfocado a aprender a ponerse correctamente los zapatos, solito y sin ayuda.
Si al peque le cuesta ponerse los zapatos y todavía no distingue bien cuál va en cada pie, una buena idea es cortar una pegatina por la mitad y poner cada mitad en el zapato correspondiente. Así, cada vez que se tenga que calzar, tendrá en mente que la pegatina debe verse completa en sus pies.
Además de implementar este truco de forma diaria, la experta Montessori recomienda empezar con zapatos que lleven broches muy sencillos, como el velcro, para que a los niños no les cueste ponérselos sin ayuda.
Eso sí: recordad que si le veis confundido, la mejor forma de aprender de sus errores es dándose cuenta por sí mismo: armaos de paciencia y reprimiros si lo único que os apetece es ir reducir tiempo poniéndole tú mismo los zapatos.