Álvaro Bilbao se ha ido de vacaciones. Así lo ha dicho él en la leyenda de su última publicación prevacacional. No sabemos si su equipo habrá dejado programado nuevos consejos y experiencias del neuropsicólogo, “casi familia” para muchas mamás y papás con niños pequeños e hijos e hijas adolescentes. Precisamente sobre un menor en la adolescencia, de doce años (el comienzo de la misma) y su padre versa la anécdota con la que el experto ha ilustrado una vez más las claves de la crianza.
“Hoy empiezo mis vacaciones pero quería compartir esta historia que me contó un padre hace dos días justo cuando él regresaba de las suyas”, dice Álvaro Bilbao a modo de introducción de una anécdota que puedes extrapolar a tu relación con tus hijos e hijas, tanto en la adolescencia con en la niñez.
Cuenta el neuropsicólogo que el adolescente de doce años tiene muchos problemas de comportamiento. “(El padre) está muy preocupado porque no sabe qué es lo que hace que su hijo, desde Navidad aproximadamente, tenga todo ese enfado y esa toda esa rabia interior”, expone Álvaro Bilbao.
Sin embargo, continúa el especialista en el cerebro de los niños y adolescentes, este verano, durante las vacaciones, padre e hijo disfrutaron de un día de playa jugando juntos a las palas. “Como están fresquitos, estuvieron jugando dos horas jugando. Y fue justo después de ese rato en el que estaban conectados cuando su hijo les contó por primera vez qué era lo que le hacía sentir tanto enfado y rabia”, apunta Bilbao.
La moraleja de la anécdota
La anécdota no es más que eso, una experiencia cotidiana en la relación entre padres e hijos, pero le sirva a Álvaro Bilbao para explicar y remarcar cuál es la clave en una crianza positiva, donde los adultos puedan acompañar y ayudar a los hijos e hijas cuando estos lo necesiten.
“La única manera de que nuestros hijos nos cuenten sus cosas es que conectemos y a la vez es la mejor manera de que nos puedan escuchar”, recuerda Álvaro Bilbao a raíz de esta historia personal. El neuropsicólogo incide en la importancia de jugar con nuestros hijos y pasar tiempo de calidad con ellos desde que son pequeños. “Juega con tus hijos, conecta con ellos desde que son bien pequeños y mantén esa conexión a lo largo de toda vuestra vida”, dice.

Esta y no otra, subraya Álvaro Bilbao, es la clave para que confíen en nosotros y podamos echarles una mano cuando sea necesaria, lo cual ocurre a menudo en la adolescencia. “Será un salvavidas para que puedas ayudarles cuando te necesiten”, concluye el neuropsicólogo.