“No deja de sorprenderme cuando llega el momento de dar la noticia a una familia de que su hijo tiene que repetir. Es curioso, son los progenitores quienes peor lo llevan, piensan que han fallado y se lo toman como algo personal. Vivimos en una época en la que tenemos que ser los mejores en todo, se lo transmitimos a los jóvenes, y es entonces cuando todo se desvanece”. Así explica Pilu Hernández, maestra y experta en educación, una sensación común entre los expertos en la materia: la dificultad de los progenitores para asumir y afrontar que su hijo o hija repita curso.

Sin lugar a duda, la repetición puede ser un desafío para todos los involucrados, pero es importante recordar que el objetivo principal es apoyar y ayudar al niño en su desarrollo académico y personal. En lugar de culparnos a nosotros mismos o a los niños, los padres debemos enfocarnos en comprender las posibles dificultades que enfrenta el niño y trabajar junto con la escuela para crear un plan de apoyo adecuado.
Al centrarnos en las necesidades del niño y ofrecer un ambiente de apoyo y aliento, se fomentará su autoestima y confianza, permitiéndole enfrentar los desafíos escolares con una actitud positiva y una motivación renovada para alcanzar su máximo potencial. Priorizar al niño en este proceso es esencial para ayudarle a superar este obstáculo y lograr un desarrollo académico y personal exitoso en el futuro.
No es una decepción sino otra oportunidad

En estos casos, tal y como añade Pilu Hernández, la actitud positiva y serena de los padres es decisiva. “Hay que dejar que nuestros hijos se expresen y después acudir al centro y mantener una reunión con el tutor para que expliquen el porqué de esa decisión”, afirma la experta en educación, que recomienda a las familias que se lo tomen “como una nueva oportunidad para lograr que el estudiante adquiera unas competencias”.
La repetición de curso no debe considerarse como una decepción, sino más bien como otra oportunidad para crecer, aprender y mejorar. Es importante saber que cada peque tiene su propio ritmo de aprendizaje, y en ocasiones, algunos niños pueden necesitar más tiempo para asimilar los conceptos y desarrollar sus habilidades. En lugar de verlo como un fracaso, los padres y el niño pueden abrazar esta oportunidad para identificar áreas de mejora, fortalecer su base académica y emocional, y construir una sólida plataforma para un futuro éxito. Es un momento para reflexionar sobre los desafíos enfrentados y encontrar formas constructivas de superarlos.
Es importante recordar que el aprendizaje es un proceso continuo y que cada experiencia, incluso la repetición de curso, puede ofrecer valiosas lecciones y oportunidades de crecimiento personal. Pero sobre todo, mantener una actitud positiva y enriquecedora puede hacer una gran diferencia en el bienestar del niño y en su perspectiva hacia el aprendizaje.
Pautas para mejorar
Como es algo que no sucede habitualmente, no aprendemos con la lección sabida como padres, de ahí que sea muy interesante conocer de antemano, por si algún día tenemos que afrontar esta situación, algunas pautas:
- Incrementar la coordinación con los profesores.
- Hacer junto a sus tutores un seguimiento detallado de sus actividades escolares.
- Solicitar orientación a sus tutores respecto a qué materias precisan de más apoyo y refuerzo mediante “clases particulares” y cuáles deben de "abordar ellos solos”.
- Dar confianza.

- Establecer rutinas de estudio.
- Planear objetivos a corto plazo y establecer metas realistas.
- Alabar los nuevos éxitos y pequeños logros.
- Fomentar la autonomía para que asuma mayor responsabilidad de su propio aprendizaje.
- Proporcionar un entorno de estudio adecuado.
- Enfocarse en las fortalezas y áreas de interés del niño.
- Evitar comparaciones.
Peligro de las etiquetas
En estos contextos, existen etiquetas tales como "es que se junta con los repetidores” o “le ha tocado una clase muy mala con muchos repetidores”, teniendo a los “repetidores” como si fueran un virus maligno que influyen y contagian negativamente al resto de los alumnos y que no tienen solución. De hecho, hacer este tipo de etiquetas puede tener consecuencias psicológicas y sociales graves en los menores calificados como tal.
Trabajo colaborativo escuela-casa
Es fundamental vincular el trabajo académico a los hábitos establecidos en el ámbito familiar, fuera del centro escolar, tal y como hemos visto en las pautas mencionadas anteriormente. Asimismo, como hemos recalcado, la actitud positiva de los padres con sus hijos ante una situación así es importante para darles confianza.