Una psicóloga nos da nueve consejos para hacer frente al posparto de la mejor manera posible

No podemos olvidar que el posparto es una etapa a través de la cual transitamos hacia la maternidad y que hay que prepararse para él igual que nos preparamos para el embarazo.
Las 12 cosas que cambian tras ser madre por primera vez

Estamos en un momento en el que cada vez las mujeres nos preparamos e informamos más para el parto y para la crianza. Leemos más, preguntamos más, escuchamos podcast, queremos saber qué esperar y cómo hacerlo de la manera más respetuosa posible con nosotras y con nuestras criaturas. Tratamos de hacer una especie de “caja de herramientas” para enfrentarnos a lo que viene por delante, pero muchas veces nos olvidamos de entrenar o adquirir “herramientas” para hacer frente al posparto y el boom emocional y hormonal que lo acompaña.

  - Getty Images

Ser madres es una crisis vital. Un cambio muy abrupto para el que puede que no nos sirvan las estrategias que en otros momentos vitales hemos usado.

Tips para hacer frente al posparto

Hoy queremos compartir algunos tips que pueden ayudarte a sentirte algo mejor durante el posparto:

  • Anticipa la ambivalencia y el malestar emocional. Estás haciendo frente a un cambio vital increíble, en una situación de mucha vulnerabilidad y en el que además tienes que conocer a tu bebé y conocerte a ti como madre. La probabilidad de tener ratos de luz y otros de mucha oscuridad es muy alta, y no implica que haya nada malo en tí, implicada que estás adaptándose a tu nueva realidad.
61f1649c5bafe8dde8c0b361
  • Naturaliza la culpa: la culpa y las mujeres. La culpa y la maternidad. Dedicamos mucho tiempo (y esfuerzo) a tratar de evitar la culpa, y si algo he observado acompañando en terapia a madres es que la culpa por más que queramos siempre está ahí, haciéndonos creer que nunca es suficiente, que no lo estamos haciendo bien o que directamente, somos unas malas madres. El tiempo que invertimos en “pelearnos” con la culpa nos desgasta, así que intentar hablar con nosotras mismas y recordar mantras que nos ayuden a bajar el volumen de la culpa. Algunos de los mantras que solemos usar en terapia son “lo estoy haciendo lo mejor que sé y puedo”, “hago lo que puedo con lo que tengo”, “soy la mamá que mi hijo necesita”.
  • Aceptar que en muchas ocasiones lo mejor que podemos hacer es elegir la opción más viable, quizá no es la ideal, pero sí la mejor entre las opciones que tenemos a nuestro alcance. Y esto lleva con ello aprender a renunciar a hacer todo tal y como pensabas que lo harías antes de ser madre.
  • Expresa cómo te sientes, sin miedo, sin temor a ser juzgada. Hazlo con aquellas personas que te sientas segura y que sepas que el decir “no puedo más” o “estoy agotada” no te va a hacer sentir incorrecta, incapaz o mala. Si no tienes con quién expresarte así, prueba a escribir y responderte como te gustaría que otros lo hicieran.
  • Busca tiempo para tí, comprendiendo que necesitas coger aire y respirar, recargar energía y que aunque tu bebé necesite estar contigo, de poco le va a servir una mamá que está agobiada, estresada y harta de no poder tener unos minutos para ella. Los demás tienen que estar ahí para asegurar que tú puedes recargar las pilas.
método montessori - Getty Images/iStockphoto
  • Es probable que hayas pensado en el tipo de crianza o madre que te gustaría ser, quizá te ha supuesto demasiados objetivos que te están generando tensión, busca aquellos mínimos que sí o sí necesitas para sentirte cómoda y a la vez, que te ayuden a no tener tantos requisitos que cumplir que generan mucho malestar.
  • Presta más atención a lo que sí estás haciendo que a lo que queda por hacer. Alimentar a tu bebé, ser su lugar seguro, acariciarlo, ayudarle a regularse. Todo esto tiene mucho valor, es importante y son cosas que estás haciendo.
  • Entrena la gratitud, repasa aquellos aspectos del día que te han hecho sentir bien o agradecida.
 
  • Busca personas aliadas que te ayuden a poner límites (y que los respeten), que te den tiempo para ti, que te escuchen y te comprendan, que te descarguen de tareas y, sobre todo, que te recuerden que lo estás haciendo muy bien.

Recuerda, no solo eres la mamá de tu criatura. Eres una mujer que está aprendiendo a ser mamá y que además, es muchas más cosas.

No tienes que poder con todo, ni con todo sola, ni con todo feliz y sin quejarte. 

Recomendamos en