Durante las últimas décadas, en todo el mundo desarrollado, las parejas han ido postergando la maternidad a una edad cada vez más tardía.

El aumento del empleo femenino, el deterioro económico de los adultos jóvenes, la educación universitaria en las mujeres, y el retraso en abandonar la casa de los padres, en parte por el déficit económico de los jóvenes, figuran en muchos países como las causas del aumento de la edad media al primer parto.
Como consecuencia de posponer los intentos de búsqueda de embarazo hasta una edad reproductivamente más avanzada, se asocia con un riesgo elevado de infertilidad, aumento del tiempo necesario para lograr un embarazo y una serie de resultados adversos, entre los que se incluyen embarazo ectópico, abortos espontáneos, prematuridad y alteraciones cromosómicas así como defectos congénitos.

El aumento del riesgo de aborto espontáneo con la edad está bien documentado tanto en concepción natural como con técnicas de reproducción asistida.
La tasa de abortos espontáneos tras una concepción natural son del 40,1% a la edad 40-44 y 74,7% con ≥45 años .
La edad materna también es un factor de riesgo de muerte fetal intraútero. Los estudios muestran que el riesgo de abortos espontáneos se mantiene relativamente estable hasta los 35 años. A partir de esta edad, aumenta alrededor del 15-30% de los 35 a los 40 años, y se alcanza una tasa del 50% alrededor de los 42 años.
Está bien establecido que la edad materna avanzada está asociada con mayor riesgo de trisomía 21 o síndrome de Down (SD) , que es la principal causa de defectos de nacimiento.
Se han descrito numerosas alteraciones a nivel de las células, como consecuencia del envejecimiento de los ovocitos, lo cual afecta de manera negativa a las tasas de fecundación y el potencial de desarrollo del embrión. Además, la incidencia de alteraciones de los cromosomas aumenta claramente a partir de los 35 años, pudiendo llegar a un 80% a los 45 años .
¿Cuál es el manejo del aborto espontáneo?

El aborto espontáneo puede provocar hemorragias, infecciones y en aquellos contextos en los que no hay una atención sanitaria adecuada, puede provocar la muerte.
El aborto espontáneo se puede tratar de forma expectante, de forma médica o de forma quirúrgica.
Actitud expectante
El tratamiento expectante consiste en esperar a que sea el cuerpo el que naturalmente desencadene la eliminación de los restos.
En diversos estudios , el tratamiento expectante mostraba un riesgo mayor de aborto espontáneo incompleto, necesidad de intervención quirúrgica para vaciar el útero, hemorragia y necesidad de transfusión. No obstante es menos costosa, aunque puede tardar varios días e incluso semanas en eliminarlo del todo.
Tratamiento médico
Consiste en la administración de una medicación intravaginal u oral para generar contracciones y dilatar el cuello del útero y de ese modo facilitar la expulsión de los restos del aborto. Hay diferentes pautas de administración de los diferentes medicamentos utilizados, según los datos de la organización Mundial de la Salud .
Legrado uterino
Es una intervención quirúrgica en la cuál, bajo anestesia general o sedación, se procede a la evacuación del útero para la extracción de los restos del aborto.
Punción o perforación del útero
Cicatrización o adherencias de las capas internas del uterino (Síndrome de Asherman, que puede llevar a esterilidad posteriormente).
Desgarro o ruptura del cuello uterino
Infección
Hemorragia
Dada la falta de una clara superioridad de uno u otro enfoque, la preferencia de la mujer, una vez haya sido adecuadamente asesorada e informada, debe ser importante en la toma de decisiones.