Diez frases que no son motivadoras para los niños y que es mejor evitar

Motivar a los niños en su aprendizaje es uno de los mejores legados que podemos dejarlos. Pero hay frases que no ayudan a ello y que son más comunes de lo que creemos.
Diez frases que no son motivadoras para los niños y que es mejor evitar

Dicen que los padres educamos como mejor sabemos y como mejor podemos. Pero, lo cierto es que, aparte de ellos, ser conscientes de nuestros errores e intentar remendarlos cada día es el mejor legado que podemos dejar a nuestros niños.

Diez frases que no son motivadoras para los niños y que es mejor evitar - Getty Images

Si estás aquí, leyendo esto, es porque te preocupas por la educación que estás dando a tus pequeños y eso ya te hace el mejor padre o la mejor madre del mundo.

Existen frases que todos tenemos interiorizadas, bien sea porque creemos que son positivas, o bien porque están arraigadas en la tradición, y que más que beneficiar la motivación de nuestros niños, promueven su desmotivación por el aprendizaje constante.

Frases que pueden provocar en ellos sentimientos de frustración, de desmotivación o de falta de autoestima y que pueden conseguir que, incluso, se crean fracasados en algunos aspectos.

Veamos cuáles son algunas de esas frases y cómo podemos corregirlas.

Frases desmotivadoras para niños: retíralas de tu lenguaje

  • Deberías aprender más de tu primo/hermano/amigo: podemos provocar un rechazo hacia la persona con la que estemos comparando su comportamiento o forma de ser y, además, aflorar en el niño sentimiento de culpa y poco amor hacia sí mismo
  • Así no vas a llegar a ningún sitio (o con esa actitud no vas a aprobar nunca)
  • Que llorón eres… ¡no es para tanto! Debemos tener muchísimo cuidado con la validación de las emociones. Llorar no es negativo y no podemos hacerles sentir mal por hacerlo
  • Como sigas así te voy a castigar: ya hemos explicado en más de una ocasión que los castigos no mejoran el comportamiento infantil y que no tienen ningún tipo de beneficio a corto, medio ni largo plazo
  • Yo no sé cuándo vas a aprender a hacerlo bien: cada niño aprende a hacer las cosas a su ritmo; a algunos les resultará más sencillo que a otros, pero debemos tener paciencia
  • Por ese camino no vas a llegar a ningún sitio: en vez de decirles estos, deberíamos estar presentes y ser sus guías para que aprendan, poco a poco, a entender cuál es el camino a tomar
  • Deja de molestar ya, por favor: ya hemos explicado en anteriores ocasiones por qué la curiosidad de los niños no debería molestarnos.
  • Cada día te portas peor: estaremos poniendo la etiqueta de ‘rebelde’ o ‘desobediente’ y, con el paso del tiempo, la asumirá y se portará peor. Mejor poner límites que sepan por qué deben respetar
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  • Te lo he dicho: los niños necesitan aprender de sus errores y con esta frase estamos provocando su miedo a fallar, así que es mejor evitarla y transmitirles que no pasa nada por equivocarse
  • Déjalo, ya lo hago yo: mejor cambiar por ‘no te preocupes si no sabes hacerlo, yo te puedo ayudar’. De lo contrario, estaremos propiciando un sentimiento de poco valor hacia sí mismo

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