Dicen que los padres educamos como mejor sabemos y como mejor podemos. Pero, lo cierto es que, aparte de ellos, ser conscientes de nuestros errores e intentar remendarlos cada día es el mejor legado que podemos dejar a nuestros niños.

Si estás aquí, leyendo esto, es porque te preocupas por la educación que estás dando a tus pequeños y eso ya te hace el mejor padre o la mejor madre del mundo.
Existen frases que todos tenemos interiorizadas, bien sea porque creemos que son positivas, o bien porque están arraigadas en la tradición, y que más que beneficiar la motivación de nuestros niños, promueven su desmotivación por el aprendizaje constante.
Frases que pueden provocar en ellos sentimientos de frustración, de desmotivación o de falta de autoestima y que pueden conseguir que, incluso, se crean fracasados en algunos aspectos.
Veamos cuáles son algunas de esas frases y cómo podemos corregirlas.
Frases desmotivadoras para niños: retíralas de tu lenguaje
- Deberías aprender más de tu primo/hermano/amigo: podemos provocar un rechazo hacia la persona con la que estemos comparando su comportamiento o forma de ser y, además, aflorar en el niño sentimiento de culpa y poco amor hacia sí mismo
- Así no vas a llegar a ningún sitio (o con esa actitud no vas a aprobar nunca)
- Que llorón eres… ¡no es para tanto! Debemos tener muchísimo cuidado con la validación de las emociones. Llorar no es negativo y no podemos hacerles sentir mal por hacerlo
- Como sigas así te voy a castigar: ya hemos explicado en más de una ocasión que los castigos no mejoran el comportamiento infantil y que no tienen ningún tipo de beneficio a corto, medio ni largo plazo
- Yo no sé cuándo vas a aprender a hacerlo bien: cada niño aprende a hacer las cosas a su ritmo; a algunos les resultará más sencillo que a otros, pero debemos tener paciencia
- Por ese camino no vas a llegar a ningún sitio: en vez de decirles estos, deberíamos estar presentes y ser sus guías para que aprendan, poco a poco, a entender cuál es el camino a tomar
- Deja de molestar ya, por favor: ya hemos explicado en anteriores ocasiones por qué la curiosidad de los niños no debería molestarnos.
- Cada día te portas peor: estaremos poniendo la etiqueta de ‘rebelde’ o ‘desobediente’ y, con el paso del tiempo, la asumirá y se portará peor. Mejor poner límites que sepan por qué deben respetar

- Te lo he dicho: los niños necesitan aprender de sus errores y con esta frase estamos provocando su miedo a fallar, así que es mejor evitarla y transmitirles que no pasa nada por equivocarse
- Déjalo, ya lo hago yo: mejor cambiar por ‘no te preocupes si no sabes hacerlo, yo te puedo ayudar’. De lo contrario, estaremos propiciando un sentimiento de poco valor hacia sí mismo