Los diez mandamientos a la hora de tratar rabietas infantiles, según los expertos

Las rabietas son, sin duda, uno de los momentos más duros de la crianza de un niño pequeño. Aunque ponen a prueba nuestra paciencia, hay ciertas cosas que podemos hacer para evitarlo (según los expertos).
mandamientos para gestionar rabietas

Aunque todos daríamos la vida por nuestros hijos, sabemos que hay ciertos momentos en los que su comportamiento nos saca de nuestras casillas. Especialmente, el momento rabietas que todos (o casi todos) atraviesan sobre los tres y cuatro años.

Un proceso que, aunque sabemos que es totalmente necesario para su desarrollo, es muy complicado de llevar sin perder los nervios ni la paciencia. Ver a un niño pataleando, llorando y pasándolo mal por prácticamente cualquier motivo es cuanto menos frustrante para los padres, que los amamos con todas nuestras fuerzas.

Por suerte, los expertos en el mundo de la crianza y la educación coinciden en admitir que son complicadas de llevar. Y, a sabiendas de ello, dan diferentes tips basados en su estudio y experiencia que ayudan a muchos padres en este proceso.

Tips comunes que, unidos, conforman los diez mandamientos de las rabietas.

Diez mandamientos para tratar rabietas infantiles

  • No ignores la rabieta: tomemos como referencia a Álvaro Bilbao: “No se trata de ignorarlo; debemos estar presentes, cerca suyo para que sepa que estamos a su lado y que nos importa cómo se siente”, afirma en su blog. De acuerdo a sus palabras, las rabietas no son un chantaje, si no la representación de un problema. “Darle la espalda lo pondrá más nervioso”
  • No intentes hacerle reflexionar: olvídate de diálogos largos y de palabras para que entre en razón: cuando está enojado va a ser casi imposible que nos escuche; es mejor poner en práctica otros tips y dejar este para cuando la rabieta haya pasado
  • Dale espacio y tiempo para que exprese lo que siente: pese a lo anterior, tanto este como otros gurús de la educación argumentan que es necesario que el niño pueda expresar el disgusto o el enfado, sea con gritos o con pataletas, por lo que no es bueno ni intentar parar la rabieta, ni tampoco sujetarlo: “Sigue muy enfurruñado, posiblemente necesite tiempo para calmarse”, argumenta también Bilbao
  • Ofrece un abrazo: “agáchate a su altura y ofrécele un abrazo y, si no lo quieres, respétalo”, explica Isabel Cuesta, certificada en Disciplina Positiva. De hecho, ella misma explicaba en un vídeo viral con su propia hija, cómo ofrecer un abrazo y cómo actuar en caso de que el niño no lo quiera
  • No cedas ante sus rabietas; sé firme: “Si la rabieta está originada por un capricho no cedas; mantente firme desde el cariño y el respeto”, prosigue Isabel Cuesta 
  • No intentes que se calme: “Su desajuste emocional no le permite escucharte y mucho menos comprenderte”, asegura la psicóloga infantil Carmen Esteban. Es mejor, de acuerdo a esta y otros profesionales, permanecer a su lado mientras se calma por sí mismos
  • Anticípate a las rabietas: Si conocemos suficiente al niño, podemos predecir los momentos en los que él se desborda emocionalmente; por eso, siempre que sea posible es mejor anticiparse. Eso sí, sin evitar los desencadenantes: “Si al niño le enfada mucho perder a la consola, la solución no es prohibirle jugar porque entonces aprenderá a bloquear su emoción, no a gestionarla”, argumenta Carmen Esteban
  • Ofrece alternativas: esto solo aplica a los momentos previos a las rabietas, o al momento de anticiparse a ellas: si sabemos que nuestro hijo monta rabietas cuando entramos al supermercado porque quiere dulces, podemos anticiparnos antes de entrar: “Cariño, hoy solo tenemos diez euros y son para comprar las cosas de esta lista, ¿me ayudas a buscarlas? Recuerda que no podemos comprar nada que no esté aquí escrito”
  • Ponte a su altura: la experta Isabel Cuesta también explica que agacharse a la altura del niño nos permite hablarle e intentar calmarle desde una posición de igualdad.
  • ¿Y si la rabieta es en públicoy nos está molestando mucho cómo nos mira la gente? Si es necesario, aléjate de la gente hasta que se calme, pero ten en cuenta todos los mandamientos anteriores y no intentes reprimir lo que siente solo por vergüenza

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