Medicamentos para las náuseas: ¿son seguros en el embarazo?

Si estás embarazada y tienes naúseas, sabrás que es un malestar bastante típico de tu estado de gestación. Puedes probar algunos remedios caseros como los que te contamos para intentar aliviarlas. En el caso de no funcionar, lo mejor es acudir al médico, podría recetarte algún medicamento adecuado.
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Tener náuseas.

Cuando esta situación se convierte en algo que sucede por costumbre a diario y la futura madre tiene ganas de vomitar todo el día, es normal que intente encontrar soluciones para intentar aliviarlo. Existen algunos remedios que pueden ayudar, pero en el caso de no funcionar, también hay medicamentos que sirven específicamente para ello. Veamos cuáles son tanto unos como otros y algunas consideraciones.

Remedios caseros contra las náuseas

No está claro a ciencia cierta por qué se producen las náuseas, aunque su aparición podría deberse por algunas causas como las siguientes: motivos hormonales (como el aumento de la gonadotropina coriónica humana (GCH) y los estrógenos) y también por razones psicológicas.

En un primer momento, la embaraza puede recurrir a algunos trucos que funcionan a muchas mujeres:

  • Tener algunas galletas o bizcochos (en cantidades pequeñas) cerca de la cama, para tomarlas antes de levantarse por la mañana.
  • Desayunar adecuadamente.
  • Comer preferiblemente en pequeñas porciones y de forma frecuente. Evitará que el estómago se vacíe (ya que esto puede agravar las náuseas).
  • Reducir el consumo de grasas y alimentos que tengan olor fuerte y aumentar el de alimentos ricos en carbohidratos y proteínas.  Tomar bebidas frías entre comida y comida puede ser beneficioso.
  • No comer alimentos picantes y no acostarse de manera inmediata después de las comidas.
  • Evitar olores, sabores y sensaciones que de por sí desencaden náuseas.
Un estudio liderado por la genetista Marlena Fejzo e investigadores de la universidad de Cambridge demuestra por qué hay mujeres que padecen cuadros clínicos graves de náuseas y vómitos en el embarazo.

No obstante, aunque estos remedios pueden ser muy efectivos para algunas embarazadas, para otras no les suponen ningún avance y sus náuseas siguen sin disminuir. Lo mejor es acudir al médico, ya que este puede que según su caso le prescriba algún medicamento con el que tratarlas. Uno de los más utilizados es el Cariban.

¿Qué es este medicamento?

Se trata de un fármaco que se ingiere en cápsulas justo antes de acostarse y su fin es paliar los síntomas de las náuseas. Lo debe recetar siempre un médico y normalmente solo lo hace cuando estas molestias aparecen de forma continua y provocan vómitos.

Es un medicamento eficaz que combina antihistamínico doxilamina con piridoxina y es uno de los más recomendables porque no aumenta el riesgo de producir malfomaciones en el feto, por tanto, que es seguro en el embarazo. No obstante, repetimos que debe ser prescrito por el médico porque él será el encargado de tener en cuenta algunas consideraciones como las que vemos a continuación.

Consideraciones antes de tomar Cariban

En los siguientes casos no se puede tomar este fármaco:

  • Si se es alérgica a la doxilamina, piridoxina o cualquier componente del medicamento.
  • Si se es hipersensible a algún otro antihistamínico del grupo H1.
  • Si se sufre de crisis de asma, es decir, si la embarazada es asmática.
  • Si se padece algún tipo de porfiria, enfermedades en el metabolismo provocadas por una deficiencia de enzimas que participan en la biosístesis del grupo hemo.

Además, tener enfermedades intestinales, cardiovasculares, hipertiroidismo, glaucoma, de riñón, de hígado o que padezcan epilepsia, será algo que deba tener muy en cuenta el médico antes de prescribir dicho medicamento.

Asimismo, algo que debe considerarse es que al igual que todos los fármacos, el Cariban también puede producir efectos secundarios, tales como: sequedad de boca, retención de orina, estreñimiento, somnolencia o visión borrosa. Y en casos más extraños, puede provocar astenia, tinnitus (sensación de pitidos en los oídos), edema periférico, hipotensión, diarrea, vómitos, fotosensibilidad o visión doble, entre otros.

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