El embarazo se caracteriza, casi sin ninguna duda, por convertirse en una etapa maravillosa e inolvidable para la mujer, marcada por momentos únicos que difícilmente podrán volver a repetirse (no debemos olvidarnos de que cada embarazo es único), en el que a la ilusión, la alegría y la felicidad por lo que supone dar vida a un nuevo ser, se entremezclan también ciertos sentimientos de miedo y preocupación porque todo esté bien, y todo vaya en definitiva como se espera.
Aunque todo comienza con una prueba de embarazo positiva, la realidad es que la gestación empieza un poco antes. Justo en el momento en el que un óvulo y un espermatozoide se juntan, y finalmente el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero. No obstante, sí es cierto que esa primera prueba se convierte en uno de los hitos más grandes de todos, principalmente porque supone el comienzo de esta gran y maravillosa aventura.
Si bien es cierto que el embarazo podría parecer un hito en sí mismo, la verdad es que a lo largo de las 40 semanas que suele durar aproximadamente se producen muchos “mini hitos”, algunos más obvios y otros que se caracterizan sin embargo por no serlo tanto. A continuación, te descubrimos algunos de los más destacados.
1. Prueba de embarazo positiva
Como te hemos comentado brevemente en las líneas anteriores, la realidad es que tener una prueba de embarazo positiva se convierte posiblemente en uno de los primeros hitos del embarazo, porque supone el comienzo de algo tan bonito como maravilloso.
Es normal sentirse abrumada y expectante al principio, al normal que temerosa e incluso, por qué no, ligeramente preocupada. Es más, es perfectamente posible experimentar una amplia gama de emociones, tanto si lo deseabas como si se trata de algo inesperado.
2. Las primeras náuseas matutinas (y los primeros síntomas de embarazo)
Hay mujeres a las que no les gusta mucho sentir ciertos síntomas del embarazo, especialmente cuando estos tienden a volverse demasiado intensos y problemáticos. Sin embargo, otras pueden incluso estar emocionadas y felices cuando al comienzo de la gestación empiezan a sentir algunas molestias o señales comunes.
Un buen ejemplo lo encontramos en las náuseas matutinas. Aunque es cierto que no se trata de uno de los puntos precisamente más álgidos del embarazo, sí hay algo de especial cuando la embarazada siente que vomita por primera vez o siente esa oleada de náuseas a consecuencia de la gestación. Cuando todavía es demasiado pronto como para que la barriga empiece a crecer, es -junto con la prueba positiva- una de las señales más evidentes de embarazo. Además, puede ocurrir tanto de día como de noche.
3. Los primeros antojos (y la primera aversión a alguna comida o bebida)
De repente te encuentras en casa viendo la televisión y se te antoja un plátano partido a la mitad con crema de cacahuete por encima. Pero recuerdas que no tienes crema de cacahuete, y que el plátano que queda está todavía verde. ¿Solución? Envías a tu pareja al supermercado a comprar plátanos bien maduros y tu mantequilla de cacahuetes favorita.
Los expertos suelen estar de acuerdo en que este tipo de antojos están bien, de vez en cuando, siempre y cuando se mantengan dentro de lo que podría ser considerado como razonable: las embarazadas solo necesitan alrededor de 300 calorías adicionales más al día, por lo que consumir un poco de crema de cacahuete, unas galletas de chocolate o un helado no suele ser muy buena idea.
¿Lo mejor? Optar siempre por antojos lo más saludables posible, para poder así ahorrar algo de espacio cuando te apetezca realizar algún derroche ocasional… menos sano.
A los primeros antojos se le une la primera aversión alimentaria. De un momento a otro, esa taza de café que tanto te gustaba te produce arcadas. Incluso no soportas su olor. Aunque no todas las mujeres experimentan aversiones, nunca te olvidarás de la primera vez que te ocurra.
4. Escuchar los latidos del corazón del bebé

Cualquiera que haya tenido un bebé probablemente uno de los recuerdos es el momento en el que, por primera vez, escuchó los latidos del corazón del feto. Se trata incluso de uno de nuestros hitos favoritos, ya que es cierto que puede sonar distinto a lo que nos podíamos haber imaginado en un primer momento… pero es un sonido tan maravilloso y bonito.
Se convierte en una señal agradable de que todo va como es debido, y que el embarazo está en camino.
5. El momento de anunciarlo
Se trata, es cierto, de un momento tan íntimo como personal, cuyo paso se dará en el instante que la futura mamá y su pareja estimen más oportuno. Ese será el momento más ideal, precisamente porque es el instante escogido por ti o por ambos.
No obstante, hay embarazadas y futuros papás que no pueden esperar y dan la noticia incluso días después de haber tenido en las manos la prueba de embarazo positiva. Mientras que, otros, prefieren esperar a, al menos, escuchar los primeros latidos del bebé. Otras parejas, sin embargo, prefieren ser un poco más precavidas y esperar hasta que el examen prenatal que habitualmente se realiza entre las 18 a 20 semanas confirma que todo va correctamente.
6. El final del primer trimestre
Después de las primeras náuseas matutinas, los primeros antojos y la aversión a alguna que otra comida favorita, ha llegado el momento de dejar atrás el primer trimestre de embarazo. En el pasado ya quedó la prueba de embarazo positiva, el primer ultrasonido y la primera vez que escuchaste los latidos del corazón del bebé.
Y es posible que ya te sientas un poco más tranquila. Es que, para la mayoría de las mujeres con riesgo de aborto espontáneo, la alarma disminuye drásticamente una vez se han superado los tres primeros meses de gestación. Además, es muy posible que las náuseas matutinas ya hayan desaparecido (pero también es cierto que algunas mujeres las tendrán durante todo el embarazo).
7. Comprar ropa de maternidad (y las primeras cosas del bebé)
Tarde o temprano es algo que va a acabar sucediendo: intentas ponerte tus vaqueros preferidos, y de repente descubres que es algo imposible; simplemente no eres capaz de subirte la cremallera. Además, es bastante probable que te incomode muchísimo si haces todo lo posible por llevarlo puesto.
¿Solución? Optar por los primeros artículos premamá, que son ropas especialmente diseñadas para ser utilizadas a lo largo de la gestación.
También existe un momento importante: comprar la primera cosa para el bebé. Puede ser un muñeco de peluche, un atuendo o un mueble para la habitación del pequeño. Cualquier cosa, por mínima o pequeña que sea, será especial.
8. Sentir los primeros movimientos del bebé
Al comienzo las embarazadas coinciden en señalar que lo primero que sienten es una especie de pequeño burbujeo. Y, efectivamente, sentir esos primeros movimientos o aleteos es simplemente increíble. Incluso es bastante probable que, al comienzo, te plantees si eso que estás sintiendo ahora es o no el bebé.
Luego, con el paso de las semanas, ese leve movimiento se convertirá en maravillosas patadas e inquietas volteretas.
9. Averiguar si es niño o niña
Alrededor de la mitad del embarazo es posible averiguar el sexo del bebé a través de un ultrasonido. Se trata de algo que esperan con ansia muchas madres y padres. Aunque es cierto que también otros prefieren esperarse al momento del parto.
Sea como fuere, siempre se recuerda haber escuchado eso de… “¡Es un niño!” o “¡Es una niña!”.
Una vez sabemos cuál es el sexo del bebé, o incluso aunque aún no lo hayamos descubierto todavía, es posible que ya trates de encontrar un nombre (o dos) para la futura descendencia.
Algunas personas tienden a tenerlo bastante claro. Mientras que, en otros casos, es posible que puedan pasar semanas o incluso meses hasta dar con el nombre que más nos gusta.
11. El primer consejo (no solicitado)
Cuando se está embarazada es común que aparezcan por doquier docenas de personas expertas en el embarazo, que -al menos con toda su buena voluntad- te intentarán ofrecer consejos y te darán opiniones sin habérselas pedido.
Puede ser tu madre, tu suegra, algún amigo/a o incluso un completo desconocido en la calle. Seguramente obtendrás muchos consejos y sugerencias sobre todas las cosas que debes o no debes hacer a lo largo de la gestación.
Algunos de ellos serán perfectamente válidos; otros, sin embargo, no lo serán en absoluto. La clave está en saber lidiar con ellos, ya que se trata de algo que siempre acompaña a cualquier embarazo.
12. El final del segundo trimestre
El final del segundo trimestre se une, evidentemente, al comienzo del tercer trimestre, lo que significa que ya te estás acercando a la recta final del embarazo. ¿A que el tiempo ha pasado tremendamente rápido?
Muchas madres tienden a notar que el final del segundo trimestre, y particularmente el comienzo de los últimos tres meses de gestación, se convierte en un auténtico shock, especialmente cuando son conscientes de que dos tercios de su embarazo ya han acabado.
13. Terminando el cuarto del bebé
No hay nada más emocionante durante el embarazo que preparar la habitación del bebé. Y es que se convierte en un gran paso con el que declaramos que nuestra casa está lista y preparada para la llegada del nuevo miembro de la familia.
14. Preparando el bolso para el hospital
A partir de una fecha determinada es común que la embarazada sienta que el bebé puede llegar en cualquier momento, especialmente cuando la fecha probable de parto se aproxima. Debido a ello, es importantísimo preparar el bolso o la bolsa que vas a llevar al hospital el día del parto con antelación.
Algunos expertos aconsejan hacerlo alrededor de las 34 semanas de parto. Y es conveniente armarse con una lista de tareas pendientes a llevar al hospital. Desde documentos importantes hasta ropa de baño, pasando por productos para el cuidado de la piel y el cabello, ropa para dormir, zapatillas y calcetines… y la ropita del bebé.
15. Las primeras contracciones
Al principio puede tratarse de un dolor sordo, o tal vez calambres menstruales severos. Sin embargo, las contracciones tienden a escalar rápidamente a un dolor como ningún otro, de manera que en la mayoría de las ocasiones son fácilmente identificables.