Hay un dato que seguramente te sorprenda si no eres un experto en traumatología o alguna actividad relacionada con ella: casi la mitad de las fracturas que se dan lugar en la población infantil están localizadas en el antebrazo, zona del cuerpo en la que se ubican el cúbito y el radio.
Esto es así porque en los peques las caídas son muy habituales. Juegan, corren, saltan, brincan, chocan… y se caen. Entonces no siempre colocan bien las manos y sus brazos al caer, produciéndose lesiones a menudo en cúbito, el hueso más interno de los dos, y el radio, el que más se rompe por su proximidad a la articulación de la muñeca.
Dependiendo de qué hueso se rompa y cómo lo hagan, así se llamará la fractura del antebrazo. Esta es su clasificación:
- Fractura de Torus. También se conoce como «fractura en rodete». La capa más superior del hueso en un lado del hueso es comprimida, causando que el otro lado se doble hacia afuera del cartílago de crecimiento. Ésta es una fractura estable y los pedazos rotos del hueso no se han separado (desplazado).
- Fractura metafisaria. La fractura cruza la porción superior o inferior del cuerpo del hueso y no afecta al cartílago de crecimiento.
- Fractura en tallo verde. La fractura se extiende a través de una porción del hueso, haciendo que se doble en el otro lado.
- Fractura de Galeazzi. La lesión afecta a los dos huesos del antebrazo. Por lo general hay una fractura con desplazamiento en el radio y una luxación del cúbito en la muñeca, donde el radio y el cúbito se unen.
- Fractura de Monteggia. La lesión afecta a los dos huesos del antebrazo. Por lo general hay una fractura en el cúbito y la parte superior (cabeza) del radio está luxada. Ésta es una lesión muy severa y requiere atención urgente.
- Fractura del cartílago de crecimiento. Ésta también es llamada fractura epifisaria y ocurre en el cartílago de crecimiento o cruzándolo. Por lo general estas fracturas afectan al cartílago de crecimiento del radio cerca de la muñeca.
Indicios de una fractura
Conviene estar vigilantes después de una caída de un niño porque no tiene por qué ser muy brusca para que se produzca una lesión en el cúbito o el radio. Es más, a menudo aparecen los síntomas de que es más grave de lo que parece cuando pasa un poco de tiempo. Algunos de los indicios de que puede sufrir una fractura ósea en esta zona el niño son la deformidad en la zona, el dolor severo y la incapacidad de mover o girar el antebrazo, entre otros.
En caso de detectar estos o cualquier otro síntoma compatible con una lesión grave debemos llevar al niño a urgencias. “El especialista podrá comprobar que los nervios y circulación de la mano y dedos no estén afectadas. No es raro que el médico pida realizar unas radiografías del codo, la muñeca y el antebrazo para determinar qué lesiones han ocurrido con la caída, ya que suele ser común lesiones asociadas de mano, muñeca, brazo y codo”, explican desde Camde, clínica de traumatología y fisioterapia en Málaga.
Qué tratamientos existen
Las fracturas óseas en los niños comienzan a soldar antes que en la población adulta, afortunadamente. Pero el tratamiento de una lesión en el cúbito y en el radio no es una cuestión baladí; es fundamental que sea la adecuada porque “Un abordaje incorrecto en estos huesos podría ocasionar secuelas graves como dolor crónico e incluso pérdida de movilidad”, apuntan desde Camde.
Dependiendo del tipo de fractura y del grado de desplazamiento del hueso así será el tratamiento elegido por el médico para una fractura de cúbito y/o radio. “El tratamiento conservador estará recomendado para fracturas leves como las ya mencionadas fracturas en rodete, suelen requerir solo el soporte de una férula o yeso hasta que el hueso se consiga soldar”, señalan los especialistas de Camde. En las fracturas más severas, el tratamiento conservador es compatible si el médico puede manipular la zona para alinear los huesos sin cirugía, “siempre y cuando los huesos no hayan pasado a través de la piel”, añaden desde Camde. En ambos casos será necesario inmovilizar la zona con una escayola durante varias semanas, si bien el tiempo variará en función de la gravedad de la lesión y su evolución.
La cirugía se reserva para fracturas más graves, que son aquellas que han provocado un desplazamiento de los huesos y estos deben ser alineados y fijados en su lugar. Este tipo de fracturas son inestables y solo con manipulación por parte del traumatólogo no se puede eliminar el desplazamiento de los huesos lesionados. “Cuando el médico consiga alinear los huesos, se podrá utilizar clavos, implantes de metal o un yeso para facilitar la fijación mientras consiguen soldarse”, concluyen desde Camde.