Un reflejo es una respuesta automática, involuntaria y probablemente defensiva que el individuo da ante una supuesta agresión (como cerrar los párpados cuando algo viene hacia nuestros ojos). Cuando esta respuesta está mediada por el pensamiento se convierte en un acto voluntario y deja de ser un reflejo.
Son respuestas primitivas
La mayoría de las reacciones del recién nacido son respuestas primitivas que formaban parte de las habilidades de nuestros antepasados. Hoy no las usamos, pero han quedado grabadas en nuestros genes y se manifiestan precisamente cuando el ser humano aún no se ha completado neurológicamente: en el momento de nacer.
Salvo los de búsqueda y succión, que sí tienen una función específica (alimentarse), los demás reflejos no parecen servir para nada.
La existencia de los reflejos es un indicador de vitalidad y de que el sistema nervioso del recién nacido funciona bien. Tan importante como observar que están presentes al nacer es comprobar que van desapareciendo con el tiempo (la mayoría, durante los primeros meses de vida). Eso es señal de que el bebé está evolucionando correctamente.
La aparición de reflejos que ya habían desaparecido a los pocos meses de vida puede significar que existe alguna patología neurológica y por tanto se debe realizar un estudio exhaustivo.
Principales reflejos del recién nacido
1. De arrastre
Cuando se pone al bebé sobre su barriga, mueve las piernas como si quisiera avanzar arrastrándose.
Desde los primeros días hasta los tres meses.
Hay quien afirma que con este reflejo el bebé ensaya los movimientos que más tarde necesitará para gatear. Pero lo cierto es que, desde los tres meses hasta que empieza el gateo, el niño no vuelve a realizar movimientos de este tipo.
2. De succión
Si se le coloca en la boca el pezón, o incluso un dedo, lo chupa enérgicamente.
Está presente desde el nacimiento, hacia el tercer mes se intensifica y en torno al sexto desaparece. A partir de entonces la succión se convierte en un acto voluntario.
Este reflejo ayuda a nutrirse adecuadamente y muchas familias piensan que es signo de hambre constante. Es muy importante remarcar en las primeras visitas del recién nacido que si el bebé no para de succionar es debido al reflejo y no a hambre ya que hay riesgo de sobrealimentar.
3. De prensión palmar
Cuando algo roza la palma de su mano, el recién nacido lo agarra con fuerza.
Desde que nace hasta los cinco o seis meses.
Es un reflejo arcaico ya que, aunque permite al bebé agarrarse y sujetarse, no lo hace de forma voluntaria. Por otro lado, se cree que puede favorecer el vínculo entre padres e hijos (el pequeño agarra con fuerza el dedo que estos le ofrecen).
4. De paracaídas
Si se le sostiene por los costados y se le inclina bruscamente hacia delante, el bebé abre los brazos como si quisiera agarrarse.
Desde los tres a los doce meses.
Podría serle útil para sujetarse en caso de caída y también para aprender a incorporarse. La realidad es que a esta edad no existe una velocidad ni una fuerza suficientes como para que el reflejo sea efectivo.
5. De búsqueda
Si se le roza la mejilla o la comisura de los labios con los dedos o el pecho, instintivamente el bebé gira su cabeza en esa dirección en busca de comida.
Desde el primer día de vida hasta los cuatro meses. A partir de entonces, el bebé se vuelve automáticamente hacia el pecho porque ya reconoce su tacto y olor.
Es un reflejo de supervivencia, su instinto le guía hacia donde está el pezón para alimentarse. Es fundamental en el momento del parto ya que al ponerlo piel con piel buscará el pezón y al notarlo dirigirá su boca hacia él para iniciar la lactancia.
6. Reflejo de moro
Si está sentado y se le deja caer hacia atrás de repente, el bebé abre los brazos. Luego los tiende hacia delante como si fuera a dar un abrazo y rompe a llorar con fuerza.
Hasta el cuarto mes.
Reacciona como si le hubieran dado un susto, por lo que seguramente responde a un instinto de protección.
7. De prensión plantar
Al sentir un roce o presión en la planta del pie, el bebé flexiona los deditos hacia dentro.
Desde que nace hasta los nueve o doce meses.
Es posible que este reflejo involuntario responda a una herencia antigua, que se remonta a la época en la que los homínidos no solo utilizaban las manos sino también los pies para agarrarse.
8. Reflejo tónico del cuello
Si cuando está tumbado giramos su cabecita hacia un lado, él inmediatamente estira el brazo de ese lado y dobla el contrario.
Desaparece hacia el tercer mes.
Algunas teorías dicen que facilita y desarrolla la fijación visual del bebé, al poder observar su mano, y la toma de conciencia de su propio cuerpo.
9. De enderezamiento
Cuando se sostiene al recién nacido cogiéndole por las axilas y haciendo que pose los pies en una superficie dura, de repente estira las piernas y el tronco, y levanta la cabeza.
Se manifiesta al nacer y desaparece hacia el tercer mes.
10. De la marcha
Si alguien le sujeta por las axilas y le hace apoyar un pie sobre una superficie dura, el pequeño reacciona levantando el otro pie como si quisiera echar a andar, e incluso se puede ver cómo da unos pasitos.
Hasta el segundo mes.
Aunque con este reflejo el bebé demuestra que es capaz de mover las piernas alternativamente, no parece que tenga nada que ver con su futura capacidad para caminar. Este es el que más famoso se ha hecho en vídeos que circulan por las redes como si fuesen "milagros" pero la realidad es que es totalmente involuntario y no tiene otro significado.