Por qué se hinchan los pies en el embarazo y qué hacer

El cuerpo se adapta y cambia de bastantes maneras a lo largo del embarazo. Y aunque uno de esos cambios más evidentes es el crecimiento de la barriga, pueden surgir otros más molestos, como la hinchazón de pies.
Por qué se hinchan los pies en el embarazo y qué hacer

Durante el embarazo, desde prácticamente las primeras semanas, el cuerpo de la futura mamá empieza a cambiar poco a poco: senos más duros, grandes y dolorosos al tacto; pezones más redondeados y oscuros; y, además, pueden surgir algunas molestias típicas, como náuseas o vómitos (aunque es cierto que suelen surgir después de algunas semanas de gestación).

Luego, a medida que avanza el embarazo, pueden aparecer otros síntomas y molestias, como dolores de cabeza, exceso de saliva, sabor metálico en la boca, acidez estomacal o enfermedad por reflujo gastroesofágico, ganas frecuentes para orinar o estreñimiento, entre otros.

Sin embargo, la hinchazón de los pies, que médicamente es conocido con el nombre de edema, tiende a ser bastante común, ya que, se estima, afecta a ocho de cada 10 embarazos. Generalmente, es causado por el aumento de líquidos que circulan por el cuerpo. ¿Por qué ocurre y qué debes saber sobre ello?

¿Cuáles son las causas de la hinchazón de pies durante el embarazo?

Existen varias razones por las que tanto los pies como el cuerpo en general pueden hincharse durante el embarazo. Una de las más comunes tiene relación con el cambio fisiológico normal que se produce al tener un bebé en crecimiento en el interior.

De hecho, el volumen de sangre aumenta de forma constante a medida que avanza la gestación, la cual se caracteriza, además, por ser algo más acuosa, lo que médicamente se conoce como osmolalidad plasmática disminuida.

Cuando la sangre es más acuosa, es más complicado que la parte del agua permanezca completamente en el interior de los vasos sanguíneos. Una parte puede filtrarse a los tejidos circundantes, causando hinchazón.

Aunque la hinchazón puede empezar en cualquier momento del embarazo, incluido el período posparto, suele ocurrir más frecuentemente en el tercer trimestre. Es más, se estima que entre las semanas 27 y 42, el volumen de sangre es casi el doble que antes del embarazo.

Causas de la hinchazón en los pies durante el embarazo - Foto: Istock

No obstante, en lo que a la hinchazón de pies se refiere, es necesario tener en cuenta que puede ocurrir en todas las etapas del embarazo. Y el mayor volumen de sangre no es la única causa. Es más, las causas pueden variar en función del trimestre.

Por ejemplo, durante el primer trimestre de embarazo, el nivel de una hormona llamada relaxina aumentan principalmente durante el embarazo temprano, originando un agrandamiento de los pies, pudiendo hacer que se aplanen y se alarguen. Aunque no se deben confundir los síntomas con la trombosis venosa profunda, que incluyen hinchazón dolorosa y repentina, enrojecimiento y calor al tacto en el área afectada.

No es hasta las 13 semanas de embarazo cuando los pies sí empezarán a hincharse por primera vez. Es posible que los zapatos se sientan más apretados, especialmente por la noche. Esto se debe al líquido que se acumula en la parte inferior del cuerpo, a medida que avanza la jornada. Cuando esto ocurre, es habitual que surjan algunos síntomas típicos, como pesadez, dolor y hormigueo.

Pero si la hinchazón de pies no ha surgido hasta el momento, es más probable que sí lo haga a partir de las 28 semanas de embarazo, que es cuando comienza el tercer trimestre. Y, en caso de haber aparecido ya, lo más común es que se vuelva más severo.

Durante el tercer trimestre de embarazo, el útero en crecimiento ejerce una presión añadida sobre las extremidades inferiores, lo que hace que la hinchazón sea aún más pronunciada en los pies, los tobillos y las piernas.

Y no solo influye el aumento de líquido, también el peso del útero, ya que genera una tensión adicional al sistema cardiovascular, al empujar la vena cava inferior, cuya presión puede ralentizar la circulación sanguínea, dificultando el movimiento de líquido desde las piernas y de regreso al corazón.

Si bien es cierto que las últimas semanas de embarazo tienden a complicarse un poco, hay una buena noticia: el exceso de líquido se pierde en los días posteriores al parto.

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