Las alergias e intolerancias alimentarias en la infancia son cada vez más frecuentes y, aunque pueden variar en gravedad, todas requieren atención y cuidado. Desde reacciones leves como enrojecimiento o malestar digestivo, hasta cuadros severos de anafilaxia, conocer sus causas, síntomas y tratamientos es clave para proteger la salud de los niños.
La alimentación en los primeros años de vida es una etapa crítica en la que el sistema inmunitario y digestivo están en pleno desarrollo. Durante este tiempo, la introducción de nuevos alimentos puede desencadenar reacciones inesperadas, especialmente en niños con predisposición genética o antecedentes familiares de alergias. Por eso, la detección temprana y el manejo adecuado no solo previenen riesgos inmediatos, sino que también contribuyen a una mejor calidad de vida a largo plazo.
En esta guía completa encontrarás información detallada sobre los alérgenos más comunes en la infancia, las principales intolerancias, cómo identificar sus síntomas, el proceso diagnóstico y las mejores estrategias para la prevención y el manejo diario. Además, te ofreceremos enlaces a recursos útiles para profundizar en cada tema y mantener una alimentación segura, variada y nutritiva para los más pequeños.

Alimentos más comunes que provocan alergias en niños y cómo identificarlos
Desde hace ya 7 años, la normativa de la Unión Europea en materia de seguridad alimentaria exige que se informe al consumidor de manera oral, escrita o digital, aquellos ingredientes de la comida que se sirve, elabora y manipula -dependiendo del negocio- que susceptibles de provocar reacciones alérgicas en el ser humano.
En total son 14 alérgenos alimentarios los que componen la lista de alérgenos alimentarios, que a su vez pueden estar presentes en multitud de elaboraciones distintas. En todas ellas de debe especificar su presencia:
- Cereales con gluten: trigo, espelta, kamut, centeno, cebada y avena.
- Frutos de cáscara: almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, panes, postres, helados, galletas, mazapán, salsas, aceites.
- Crustáceos: cangrejos, langosta, gambas, langostinos, carabineros, salsas, cremas y cualquier otro producto preparados que los incluya en su composición.
- Apio: ensaladas preparadas, productos cárnicos, sopas, salsas y demás preparados que lo incluyan.
- Huevos: tartas, productos cárnicos, mayonesa, mousses, pastas, quiches o salsas, entre otros productos.
- Mostaza y sus derivados: panes, currys, marinados, productos cárnicos, aliños, salsas y sopas.
- Pescado: pizzas, cubos de sopa, aliños para ensaladas o salsas, entre otros productos.
- Granos de sésamo: muy habituales en pastas, aceites, harinas y panes.
- Cacahuetes y sus derivados: Mantecas, aceite, harina, galletas, chocolate, currys, postres, salsas o la famosa crema elaborada con este ingrediente.
- Sulfitos / Dióxido de azufre: conservantes en crustáceos, frutas desecadas, productos cárnicos, vegetales, vino y cervezas.
- Soja: su presencia es común en salsas, pastas, aceites, tofu, postres, pasta de miso, productos cárnicos y productos para vegetarianos.
- Altramuces: fundamentalmente pan, pasteles y pastas.
- Leche y sus derivados: mantequilla, queso, nata, yogures... pero también preparados como las sopas y las salsas que la lleven.
- Moluscos: mejillones, almejas, caracoles, ostras, bígaros, chirlas, berberechos, cremas, salsas y platos preparados que los incluyan en su elaboración.
De todos modos, las alergias alimentarias infantiles suelen estar provocadas por un grupo reducido de alimentos, aunque sus reacciones pueden ser muy distintas de un niño a otro. Identificarlas implica observar tanto los síntomas inmediatos como los que aparecen horas después, y siempre contar con diagnóstico médico.
Alergia a la leche de vaca: síntomas, diagnóstico y alternativas como la leche de soja
La alergia a la proteína de la leche de vaca es una de las más frecuentes en bebés y niños pequeños. Puede provocar síntomas digestivos (diarrea, vómitos), cutáneos (urticaria, eccema) y respiratorios. El diagnóstico se realiza mediante pruebas específicas y, una vez confirmada, la eliminación total de la leche y sus derivados es fundamental. Alternativas como la leche de soja pueden ser una opción bajo supervisión médica.
Más información:
- Lo que opina un pediatra sobre si es adecuado dar leche de soja, avena o arroz a tu bebé
- ¿El bebé puede tomar leche de soja?
Frutos secos: riesgos de alergia y cómo prevenir atragantamientos en niños pequeños
Los frutos secos son uno de los alérgenos más potentes y pueden provocar reacciones graves incluso con pequeñas cantidades. En niños pequeños, además del riesgo de alergia, existe un alto peligro de atragantamiento, por lo que es clave retrasar su introducción en forma entera y optar por cremas o harinas en edades tempranas
📎 Más información: 10 alimentos que pueden provocar atragantamientos infantiles
Pescados y mariscos: desde la alergia al pescado blanco hasta los riesgos con mariscos concretos
El pescado y el marisco son fuentes de proteína de alto valor biológico, pero también pueden desencadenar alergias graves. Algunas se manifiestan desde la primera ingesta, mientras que otras surgen tras una exposición repetida. Es importante saber qué especies pueden introducirse antes y cuáles conviene retrasar.
📎 Más información: Qué mariscos pueden comer los niños y a qué edades
Alergia al trigo y sensibilidad al gluten: qué alimentos evitar y cómo sustituirlos
La alergia al trigo y la sensibilidad al gluten no celíaca son distintas de la enfermedad celíaca, pero comparten la necesidad de eliminar ciertos cereales y derivados. El reto está en ofrecer alternativas que mantengan una dieta equilibrada sin perder valor nutricional
📎Más información: Dieta sin gluten: ¿qué alimentos pueden tomar los celíacos y cuáles no?
Soja y otras legumbres: cuándo pueden causar alergias y cómo detectarlas
Aunque las legumbres son muy saludables, algunas como la soja, los cacahuetes (también legumbre) o las lentejas pueden desencadenar reacciones alérgicas. Observar síntomas cutáneos, digestivos o respiratorios tras su consumo es clave para detectarlas a tiempo.
Más información: ¿Las madres que dan el pecho pueden tomar legumbres?

Principales intolerancias alimentarias en la infancia y cómo diferenciarlas de las alergias
Las intolerancias alimentarias no implican una respuesta del sistema inmunitario como las alergias, sino una dificultad para digerir o procesar ciertos componentes de los alimentos. Sus síntomas suelen ser digestivos y menos graves, aunque afectan la calidad de vida si no se manejan correctamente.
Te contamos todo lo que debes saber sobre las intolerancias alimentarias y cómo identificarlas.
Intolerancia a la lactosa: síntomas digestivos más comunes y opciones de alimentación segura
La intolerancia a la lactosa es causada por la falta de lactasa, la enzima que descompone este azúcar presente en la leche. Los niños pueden presentar hinchazón, gases, diarrea o dolor abdominal tras consumir lácteos. La leche sin lactosa o las bebidas vegetales enriquecidas son alternativas seguras.
📎 Más información: Síntomas que pueden alertarnos de una intolerancia a la lactosa en bebés
Enfermedad celíaca y dieta sin gluten: cómo adaptarla a niños y adolescentes
La celiaquía es una enfermedad autoinmune que requiere la eliminación total y permanente del gluten. Adaptar la dieta de un niño implica revisar etiquetas, prevenir la contaminación cruzada y buscar opciones nutritivas que sustituyan al trigo, cebada y centeno.
📎 Más información: Dieta sin gluten: ¿qué alimentos pueden tomar los celíacos y cuáles no?

Síntomas y señales de alerta que deben encender las alarmas en los padres
Los padres deben estar atentos a síntomas como hinchazón de labios, erupciones, vómitos, dificultad para respirar o cambios repentinos de comportamiento tras comer. La detección temprana puede prevenir complicaciones graves.
Estas son las claves al respecto.
Cómo se diagnostican las alergias e intolerancias alimentarias en niños
El diagnóstico incluye historial clínico, pruebas cutáneas, análisis de sangre y, en algunos casos, dietas de eliminación y provocación controlada. Todo debe realizarse bajo supervisión médica.
📎 Más información: Cómo tratar y prevenir las alergias más frecuentes en niños durante el verano
Tratamiento y manejo diario de la alimentación infantil con alergias
Gestionar la alimentación diaria de un niño con alergias requiere planificación, vigilancia y una comunicación constante con todos los entornos en los que el menor se desenvuelve. No se trata solo de eliminar los alimentos que provocan la reacción, sino de garantizar que la dieta siga siendo variada, equilibrada y rica en nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo.
Además, la prevención de exposiciones accidentales pasa por aprender a identificar alérgenos ocultos en las etiquetas, adaptar recetas y menús, y educar a familiares, cuidadores y compañeros sobre las necesidades del niño. Cada comida, desde el desayuno hasta la merienda, debe planificarse pensando en su seguridad sin que ello signifique renunciar al sabor ni al placer de comer.
Este apartado te ofrecerá pautas prácticas para organizar menús seguros, leer e interpretar correctamente la información nutricional, y establecer protocolos claros que minimicen los riesgos en casa, en el colegio y en actividades fuera del hogar.
📎 Más información: Cómo enseñar a los niños a leer las etiquetas de los alimentos para tomar decisiones saludables
Cómo leer etiquetas y detectar alérgenos ocultos en los productos
Los alérgenos pueden aparecer en alimentos procesados bajo nombres técnicos o como trazas. Aprender a identificarlos en las etiquetas es fundamental para evitar reacciones.
📎 Más información: Descubre el azúcar oculto en los alimentos que les das a tu hijo
Planificación de menús seguros para niños con alergias o intolerancias
Elaborar menús semanales adaptados ayuda a garantizar la variedad y el equilibrio nutricional, evitando alimentos de riesgo y asegurando un aporte adecuado de nutrientes.
📎 Más información: El menú ideal para un niño a partir de un año
Cómo informar al colegio y al entorno para evitar accidentes alimentarios
Es importante que profesores, cuidadores y familiares conozcan las alergias del niño, los síntomas de reacción y el protocolo de actuación en caso de emergencia.

Prevención de nuevas alergias y reducción de riesgos en el día a día
Prevenir la aparición de nuevas alergias y minimizar los riesgos diarios es una tarea que combina hábitos saludables, vigilancia y educación alimentaria. Aunque no siempre es posible evitar que un niño desarrolle una alergia, sí existen estrategias que pueden reducir las probabilidades y, sobre todo, prevenir reacciones graves.
La introducción gradual y supervisada de nuevos alimentos, la correcta manipulación y almacenamiento de los productos, y la prevención de la contaminación cruzada son medidas clave. Estas prácticas, sumadas a una comunicación fluida con todos los cuidadores y al seguimiento médico, ayudan a crear un entorno más seguro para el niño.
En este apartado encontrarás pautas para integrar la prevención en la rutina familiar, consejos para educar al propio niño en el reconocimiento de riesgos, y recomendaciones para mantener una alimentación variada y nutritiva sin comprometer su seguridad.
📎 Más información: Cómo tratar y prevenir las alergias más frecuentes en niños

Gestionar una emergencia alimentaria en niños con alergias
Saber cómo actuar ante una reacción alérgica grave puede marcar la diferencia entre una situación controlada y una urgencia de alto riesgo. La rapidez, la calma y el conocimiento de los protocolos adecuados son esenciales para proteger la vida del niño. Este apartado te proporcionará una guía práctica para actuar en caso de emergencia, desde reconocer los primeros síntomas hasta contactar con los servicios médicos.
En primer lugar, es fundamental que padres, familiares, cuidadores y personal escolar sepan identificar los signos de una reacción alérgica severa (anafilaxia): dificultad para respirar, inflamación de labios y lengua, erupciones generalizadas, mareos o pérdida de conciencia. Estos síntomas requieren intervención inmediata.
Si el niño tiene prescrito un autoinyector de adrenalina, debe administrarse sin demora siguiendo las indicaciones del pediatra. Tras su uso, es obligatorio llamar a los servicios de emergencias para que el menor reciba atención hospitalaria y supervisión médica. Mantener la calma y comunicar de forma clara la situación —incluyendo el alérgeno implicado— facilitará la respuesta de los profesionales sanitarios.
También es recomendable que el niño lleve siempre una identificación médica (pulsera, tarjeta o colgante) con la información de su alergia, y que el entorno esté entrenado para usar el autoinyector y seguir los pasos básicos de actuación. Una preparación previa puede salvar vidas.
📎 Más información:
- Primeros auxilios en caso de anafilaxia
- El hábito para que los niños aprendan el teléfono de emergencias que enseñan bomberos, sanitarios y policías

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