La educación también pasa por la alimentación. Una tarea que llevan a cabo las familias en sus propias casas enseñando a los niños a comer de manera saludable desde que son pequeños y que puede estar perfectamente complementada en el colegio. Y es que como defienden desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) "es muy importante la tarea de los comedores escolares, ya que pueden estimular y fomentar hábitos alimenticios saludables que persistan hasta la edad adulta".
Según el Estudio de Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España de esta entidad (ALADINO) del año 2019 (es el último del que se tienen datos ya que se está en plena realización de un nuevo informe), en nuestro país el 40,6 % de los niños con edades comprendidas entre los 6 y 9 años tienen exceso de peso. Un porcentaje cuanto menos importante si, como insisten desde la AESAN, "la obesidad en la infancia es más alta y con peor evolución en los hogares con menos ingresos". Es más, como se recoge en este informe, el porcentaje de menores que cumplen las recomendaciones de consumo diario de frutas y verduras (400 gramos o 5 porciones de fruta y/o verduras al día) es muy bajo.
De ahí, como explican desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que sea clave también el papel de los centros escolares actuando como motor de cambio para mejorar los hábitos de alimentación de los más pequeños.
Conscientes de ello, desde la AESAN les ofrecen una serie de recomendaciones para promover patrones de alimentación donde no falten los productos frescos, de temporada y de proximidad. "Esto es apostar por el futuro, porque estos alimentos reducen el gasto de combustibles fósiles en su transporte y la huella de carbono", recuerdan desde la AESAN, al tiempo que demandan que los menús escolares sean saludables, sostenibles e inclusivos.
Recomendaciones para unos menús escolares saludables
Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) proponen estos criterios para fijar los menús de todos los centros escolares del país:

- En todo momento se debe respetar la frecuencia de consumo recomendada por las autoridades sanitarias de los distintos grupos de alimentos para que no haya abuso de algunos de ellos o deficiencias en otros.
- Solo emplear aceite de oliva virgen para aliñar; mientras que el aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico reservarlo para las elaboraciones en cocina.
- Es preferible usar sal yodada y evitar el uso de caldos concentrados o potenciadores de sabor. Si no es posible, solo se debe recurrir a ellos de una manera excepcional y mejor si son las opciones existentes en el mercado con un 25% menos de sal.
- Ofrecer agua como única bebida; nada de zumos o bebidas azucaradas.

- Ofertar una amplia variedad integral de cereales desde pan, pasando por arroz y pasta al menos dos veces cada semana.
- Informar puntualmente a las familias sobre los menús mensuales, cuáles son sus ingredientes principales y cómo se han preparado.
- Sugerir menús complementarios para cenar en casa y seguir así con esta pauta saludable.
- Proporcionar menús especiales para quien los necesiten (por motivos de salud (alergias o intolerancias) o éticos y religiosos, o si no fuera posible, los medios de conservación y calentamiento específico para estos menús especiales.
- Asegurarse de que los menús hayan sido supervisados por profesionales que tengan una formación adecuada y acreditada en nutrición y dietética.

- Por último, ofrecer alimentos frescos, de temporada y de proximidad y donde al menos haya un 45% de frutas y verduras de temporada y proximidad y un 5% de alimentos ecológicos.