Ceder el asiento a las embarazadas en el transporte: "es tu responsabilidad levantar los ojos, estar pendiente y cederlo”
Es difícil encontrar a una mujer que haya estado embarazada o a una familia que utilice el transporte público con niños pequeños que no acumule varias experiencias negativas con personas que no ceden sus asientos, sean preferentes o no.
María Pombo abrió hace unos días un melón que que tiene su trascendencia: la educación de la sociedad a la hora de ceder asientos en el transporte público o en espacios públicos a las mujeres embarazadas o familias con bebés. La influencer se hizo eco de un vídeo del pódcast '¿Quieres ser mi amigo?' en el que se trataba el tema porque uno de los presentadores criticaba que solo las "señoras de 55 años" dejaban a su pareja embarazada el asiento. "Empiezo a pensar que lo de dejar el sitio a las embarazadas es un mito. Jamás en mis dos embarazos nadie en un sitio público me ha ofrecido su sitio", publicó Pombo en un Stories.
No se trata de demonizar ni de generalizar el comportamiento de la sociedad, pero cualquier persona que haya viajado con una mujer embarazada a su lado o con un bebé, y ya no con un niño pequeño, que también, en el transporte, acumula varias experiencias negativas en este sentido.

embarazada
Curiosamente, en líneas generales, parece que no ocurre tanto con las personas mayores, las que están lesionadas o aquellas que tienen alguna limitación de la movilidad o discapacidad. Salvo excepciones, que las hay en todas las “casas”, creo que estaremos de acuerdo en que solemos ceder el asiento o el ascensor a estas personas que lo necesitan. Pero con las embarazadas y familias con bebés y niños pequeños la cosa cambia. El porcentaje de quienes dejan su sitio y quienes no lo hacen se equilibraría mucho más si se hiciera un análisis de ello, estoy seguro.
Y hablo en primera persona porque es imposible no hacerlo sobre este tema en base a mi doble experiencia reciente. He viajado bastante en el transporte público (madrileño en nuestro caso) con mi pareja, embarazada en dos ocasiones, y posteriormente también con mis hijas, que siguen siendo pequeñas. Al menos, lo suficientemente pequeñas para lo que el sentido común me dice que es una edad inapropiada para que ellas vayan de pie en el Metro o en el autobús mientras un adulto sin necesidades específicas lo hace. Tienen, por cierto, 6 y 4 años respectivamente.

Embarazada
Es verdad que se puede disculpar el egoísmo y la falta de empatía del personal en que queda un poco a la libre interpretación de cada persona cuál es el límite de edad para ceder un asiento a un niño pequeño, pero solo hay que agacharse en el vagón de Metro cuando va con mucha gente a la altura de una niña de 4 años para entender el agobio y peligro que supone, y eso que nosotros tenemos la estabilidad y fuerza de un adulto, no la suya.
Dicho esto, donde no hay disculpa alguna es con las mujeres embarazadas. Aquí no hay trampa ni interpretación que permita escapar de una mala conducta social a quien no ceda su asiento. Y no me vale la excusa, porque lo es, de que iba mirando el móvil y no vi a la mujer que necesitaba el asiento. A ti, que piensas así, te digo, como persona que ha tenido que pedir a viajeros que cedan su asiento a personas embarazadas, lo siguiente: si viajas en asientos con preferencia para personas como las embarazadas, es tu responsabilidad (social) y tu deber levantar la mirada del móvil o del libro cada vez que entran nuevos viajeros en el vagón o en el autobús. Y de este burro no me bajo.
De hecho, después de escribir el párrafo anterior, pura opinión, he buscado otras opiniones de voces más autorizadas y me he topado con la siguiente reflexión de protocolo.org, portal de referencia en cuestiones de protocolos sociales: “ No hay excusas. Aislarse colocándose unos auriculares o mirando el teléfono móvil/celular para ignorar lo que ocurre a su alrededor no es una excusa. Vivimos en el mundo real y como tal hay que saber convivir con los demás. No se puede mirar a otro lado para ignorar estas situaciones”. Pero claro, el que no lo hace educación será difícil que lo empiece a hacer porque es lo correcto desde el punto de vista de las normas, aunque esta no esté escrita en una ley en vigor.

Embarazada (Foto: iStock)
De nuevo, entra en juego el matiz del “es que…” para aquellas personas que no se sientan en lugares con preferencia en el transporte público. Nadie es perfecto, pero si tenemos un poquito de empatía, la justa, no cuesta nada tener conciencia de dónde estamos, y saber que es posible que haya alguien que viaja de pie y necesite hacerlo sentado. No vas a estar cotilleando el dni de las personas ni mirando barriga a barriga a todas las mujeres que suben al autobús, pero echar un vistazo general de vez en cuando no cuesta nada.
De verdad, te recomiendo experimentar la sensación de ceder un asiento a quien lo necesita de verdad. Su gracias te reconfortará el autoestima y compensará con creces que tengas que viajar de pie hasta tu destino. Además, con un poquito de suerte, el karma te lo recompensará con algún asiento libre en la siguiente parada…

Viñeta Stand Up For the Pregnant
Ya lo dijo en el año 2015 el diseñador Shiyang He, responsable en el año 2015 de la campaña viral ‘Stand Up For the Pregnant’, a través de sus viñetas: “Cede tu asiento a alguien que lleve algo más importante”.
Y si eres de las muchas persona, jóvenes y no tan jóvenes, que sí cede su asiento en el transporte público, gracias por dar ejemplo