Hay un abismo entre el modo en el que afrontamos la maternidad en esta generación y la manera en la que lo hacían nuestras madres y no hablemos ya de nuestras abuelas. El mundo ha cambiado y la maternidad con él por lo que no debería extrañarnos que se refleje tanto cambio en el cine y que los Premios Goya de este año vengan con una gran cantidad de películas relacionadas de un modo u otro con la maternidad, como no había ocurrido nunca antes.
El cine es diversión, es ocio, es sorpresa, es emoción; a veces es pura ficción y otras nos ponen un espejo en el que sin darnos cuenta nos encontramos, un espejo que nos hace pensar y a veces nos reconforta.
La próxima edición de los Premios Goya, los premios más importantes del cine español, se celebra el próximo fin de semana y conviene echar un vistazo a algunas de las películas nominadas porque todas tienen un punto en común muy poco común: la maternidad y las infinitas miradas que nos provoca.

La maternidad en la gran pantalla
Empezando por los cortometrajes que optan al premio, de los cinco nominados nos quedamos con dos “Cuarentena” y “Las novias del sur”. Dos cortometrajes que hablan de que el parto es doloroso, que la maternidad no es fácil, que nuestras madres también hablan de sexo con sus amigas cuando pueden y que su voz merece ser escuchada, como sus vidas merecen ser contadas.
Elena López Riera es la directora de “Las novias del sur” un mediometraje en el que se habla de matrimonio, de hijos, de relaciones íntimas, de cómo vivía la maternidad y la pareja una generación de mujeres para las que hablar de sexualidad o de deseo estaba prohibido o era pecado. Una generación de mujeres entre las que se encuentra la propia madre de la realizadora que habla delante de la cámara de su hija de matrimonio, de maternidad y de sexo.
“Cuarentena” es otra demostración de cómo el cine muestra el cambio que supone la maternidad en la vida de una mujer. La directora es también la autora del guion, Celia de Molina, que estaba embarazada mientras lo escribía y vivía en primera persona todo lo que fue plasmando primero sobre el papel y después delante de la cámara.
Ella misma reconoce que es una historia escrita desde el enfado porque en un principio todo parecía muy bonito en la teoría y después, nada fue tan ideal como se supone que debía haber sido porque ser madre te cambia, la maternidad cambia tu círculo de amigos, cambia tus prioridades e incluso cambia la forma en la que te ves a ti misma.
La maternidad no se termina nunca, como queda claro en "La casa en llamas", película dirigida por Dani de la Orden que opta a ocho nominaciones, entre ellas las de mejor película y mejor guión original, aunque la historia del hartazgo de esta madre es una historia conocida por muchas mujeres cuando se dan cuenta del papel que tienen en su familia y de que ellas mismas, sin darse mucha cuenta, se han olvidado por el camino. Hasta que dan un golpe en la mesa.
También hay historias reales con nombres y apellidos como la que se cuenta en "La virgen roja", de Paula Ortiz, una madre y una hija, una maternidad destructiva, una historia tan inverosímil de una maternidad tan aberrante que parece ficción aunque no lo sea.

Luces y sombras
Mar Coll es la responsable de la historia que se cuenta en "Salve María", una película en la que se muestran las luces y las sombras de la maternidad. Una historia que habla del instinto maternal y de su inexistencia, un punto de vista que coincide con libros como el de Darcy Lockman, "Toda la rabia" (Ed. Capitán Swing) para quien “el instinto maternal es falso”.
Salve María, en palabras de su directora, muestra situaciones y pensamientos que parecen únicos y que sin embargo, muchas mujeres han sentido y sienten en sus propias maternidades, experiencias que no son excepciones y que, vistas en la pantalla, sirven de alivio e incluso consuelo y que ayudan a vivir la maternidad sin ansiedad o por lo menos a reducirla.
Situaciones lamentablemente demasiado frecuentes en el entorno familiar son las que se describen en "Rita", otra de las películas nominadas a los Goya este año. Paz Vega debuta en la dirección con esta historia de violencia de género desde el punto de vista de los niños, esa violencia que les toca tan de cerca aunque los golpes no se los lleven ellos.
Una carta de amor a la infancia es como define la película su directora. Otra película centrada en la maternidad, en la familia, en la vida dentro del hogar que opta a llevarse uno de los premios más importantes del cine europeo y por supuesto, el más importante para el cine español.

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