¿Existe la madre alfa?

La maternidad es compleja, caótica, imperfecta. Y, aún así, muy bonita.
La madre alfa
La madre alfa - Liana Dudnik/Freepik

¿Sueles cargar sobre tus hombros las tareas del hogar, el cuidado de tus hijos y las responsabilidades laborales? ¿Cumples con todo en tu trabajo, encuentras tiempo para dedicar a los niños y para disfrutar de las cosas que te apasionan? ¿Te preocupa tu salud e imagen personal y, a pesar de todas las tareas que debes realizar cada día, encuentras espacio para cuidarte y mimarte? Seguro que estás pensando que eso es imposible, y efectivamente lo es. Es lo que se considera ser "madre alfa", y suele derivar en el síndrome de Burnout: mamás agotadas y estresadas por exigirse demasiado.

No existe la perfección en ningún ámbito, y mucho menos en la maternidad, donde ya de por sí cargamos con una gran cantidad de preocupaciones, miedos y cosas que se escapan de nuestro control. Vivimos una época donde la productividad ha acaparado todo nuestro tiempo (incluso el tiempo libre) y nos sentimos mal solo por descansar un rato, cosa absolutamente necesaria. De hecho, que los padres (y los niños) tengan tiempo para aburrirse o no hacer nada es necesario. El autocuidado también es importante.

¿Qué se supone que es una madre alfa?

El concepto de madres alfa surgió en 2015 a través de un estudio de My Word Social and Market Research y se refiere a aquellas mujeres que son capaces de gestionar de forma óptima su vida cotidiana: no solo logran conciliar muy bien su trabajo y la vida familiar sino que también encuentran tiempo para sí mismas.

Destacan por su seguridad personal y su capacidad de emprendimiento, toman decisiones de forma autónoma, sin dejarse influenciar por quienes las rodean, y que tienen muy claro hacia dónde quieren dirigir su vida y cuáles son sus prioridades, tanto en el ámbito profesional como personal. Tener claras las prioridades es algo bueno, pero querer llegar a todo no tanto.

La realidad es que las madres en general suelen vivir bajo una tensión constante ya que tienen que seguir una agenda muy intensa, gestionar varias tareas y encontrar soluciones para los problemas a los que se enfrentan a diario. 

La realidad es que muchas de estas mujeres no tienen más opción que cargar sobre sus hombros todas las responsabilidades del hogar y su profesión por una falta de corresponsabilidad y de ayudas a la conciliación.

El concepto de las madres alfa omite un gran problema social: la falta de corresponsabilidad, el estrés de la autoexigencia, la brecha de cristal. Y mucho más. Vivimos en una sociedad compleja y hay cosas que están en nuestra mano y otras que no. No es necesario ser alfa, la maternidad (como la vida) es imperfecta.

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