El aprendizaje es una habilidad que damos por sentada. Desde pequeños, nos dicen que cuanto más crecemos, mejor aprendemos. Sin embargo, un nuevo estudio ha puesto en jaque esta creencia al revelar que los niños de primaria son los más eficientes en el aprendizaje asociativo, superando incluso a los adultos.
Imagina a un padre ayudando a su hijo a estudiar matemáticas. Cree que, como adulto, tiene más facilidad para retener conceptos. Pero, según esta investigación, su hijo probablemente esté aprendiendo de forma más eficiente que él. El estudio, publicado en Communications Psychology y realizado por investigadores de la Ruhr University Bochum, descubrió que el aprendizaje asociativo alcanza su punto máximo en la infancia, para luego disminuir en la adolescencia y la adultez.
¿Qué es el aprendizaje asociativo y por qué es importante?
El aprendizaje asociativo es la capacidad de vincular un estímulo con una consecuencia. Es fundamental para la adaptación al entorno y juega un papel clave en el desarrollo cognitivo y emocional. Desde que nacemos, aprendemos a asociar ciertos sonidos con la voz de nuestros padres o el olor de la comida con la sensación de saciedad.
Existen dos tipos principales de aprendizaje asociativo: el condicionamiento clásico y el operante. El primero, descrito por Pavlov, ocurre cuando asociamos un estímulo con una respuesta automática, como salivar al oler comida. El segundo, estudiado por Skinner, se basa en aprender a partir de recompensas y castigos. Ambos procesos son esenciales en nuestra vida diaria, desde la educación hasta la toma de decisiones.

El estudio: cómo se midió el aprendizaje en diferentes edades
Para evaluar cómo cambia el aprendizaje asociativo con la edad, los investigadores utilizaron un método llamado "eyeblink conditioning". En este experimento, los participantes de diferentes edades —desde bebés hasta adultos— tenían que aprender a asociar un sonido con un soplo de aire en el ojo. Con el tiempo, se esperaba que parpadearan en respuesta al sonido antes de sentir el aire.
El experimento incluyó a infantes (12 a 36 meses), niños de primaria (7-8 años), adolescentes (12-17 años) y adultos (18-29 años). Cada grupo recibió el mismo número de ensayos y se midió cuántas veces anticipaban el parpadeo. La hipótesis inicial del equipo era que el aprendizaje mejoraría progresivamente con la edad, pero los resultados mostraron algo completamente distinto.

Los sorprendentes resultados: la infancia es la edad dorada del aprendizaje
El hallazgo clave fue que los niños de primaria mostraron el mejor rendimiento. Aprendieron más rápido, de manera más consistente y con menos variabilidad en comparación con adolescentes y adultos.
Según los investigadores, “asumimos inicialmente que el aprendizaje asociativo mejoraría con la edad, pero en realidad observamos un claro pico en la infancia”. Este resultado indica que hay una etapa óptima para el aprendizaje asociativo, lo que podría tener implicaciones en la educación y la psicología del desarrollo.
Los adultos y adolescentes, aunque aprendieron más rápido que los bebés, no alcanzaron el nivel de desempeño de los niños de primaria. Además, se descubrió que los infantes podían mejorar significativamente con sesiones de aprendizaje adicionales, algo que no se observó en los adultos.

¿Por qué los niños aprenden mejor que los adultos?
Existen varias explicaciones para este fenómeno. Una de ellas es que, en la infancia, el cerebro está más plástico y abierto a la formación de nuevas conexiones. Las redes neuronales de los niños están en pleno desarrollo, lo que facilita el aprendizaje rápido y eficiente.
Otra posible razón es que, durante la niñez, el aprendizaje está más basado en la exploración y la curiosidad. Los niños procesan la información de manera menos sesgada y con mayor flexibilidad cognitiva, lo que les permite absorber patrones con más facilidad. En cambio, los adultos ya han desarrollado hábitos y conocimientos previos, lo que puede dificultar la adquisición de nuevas asociaciones.

Implicaciones del hallazgo en la educación y la psicología
Este descubrimiento tiene consecuencias directas en la educación. Si el aprendizaje asociativo alcanza su punto máximo en la infancia, es crucial aprovechar esta etapa para optimizar los métodos de enseñanza. La educación primaria debería centrarse más en técnicas que refuercen estas capacidades, integrando el aprendizaje experiencial y repetitivo.
Además, este estudio podría ayudar a entender mejor los trastornos del aprendizaje y su relación con el desarrollo cognitivo. Dado que el aprendizaje asociativo está vinculado con condiciones como el TDAH o la ansiedad, comprender sus patrones en diferentes edades puede mejorar los enfoques terapéuticos.

Limitaciones del estudio y preguntas abiertas
Aunque el estudio aporta datos valiosos, también plantea nuevas preguntas. Por ejemplo, no se exploró si estas diferencias en aprendizaje asociativo se mantienen en otros tipos de tareas cognitivas. ¿Sucede lo mismo con el aprendizaje verbal o espacial?
Otra limitación es que la muestra de niños de primaria era más pequeña en comparación con la de adultos, lo que podría haber influido en los resultados. Futuros estudios podrían ampliar la muestra y analizar si estos efectos se replican en otras culturas y contextos educativos.
Referencias
- Carolin Konrad et al. Associative learning via eyeblink conditioning differs by age from infancy to adulthood. Communications Psychology (2024). DOI: 10.1038/s44271-024-00176-4.