La industria del té, a nivel mundial, es una de las más importantes, sobre todo para países menos desarrollados económicamente ya que es un producto que se cultiva mayoritariamente en zonas remotas y con economías más precarias.
Detrás del agua, el té es la segunda bebida más consumida a nivel mundial y su consumo está muy arraigado en numerosos países de todo el mundo, en ocasiones porque se le han atribuido beneficios y propiedades que no son del todo reales.
Para Andrea Calderón, profesora de Nutrición de la Universidad Europea, “el té es una de las mejores bebidas que podemos consumir por la altísima cantidad de compuestos bioactivos antioxidantes que contiene y cada uno de ellos tiene beneficios diferentes”, eso es innegable pero por otra parte, ella misma señala que “se le han atribuido unos beneficios y unas capacidades de prevenir enfermedades por encima de las posibilidades de cualquier alimento por sí solo, aunque tenga una cantidad enorme de antioxidantes.”
¿A partir de qué edad se puede beber té?
“Prácticamente todo el mundo puede tomarlo, menos algunas personas que tengan una medicación concreta que deben consultar con su médico”, señala Andrea Calderón.
Sobre si los niños pueden tomar té y sobre todo, a partir de qué edad pueden tomarlo, el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría, José Manuel Moreno señala de forma clara que “por debajo de los tres años las bebidas de los niños deben ser leche, agua y pueden tomar pequeñas cantidades de zumo exprimido de fruta”.
La portavoz del grupo de Gastro-Nutrición de la AEPap y además, pediatra de Atención Primaria, la doctora Teresa Cenarro afirma que un niño “el único líquido que debe beber para hidratarse es el agua. Otros líquidos que bebe el niño con fines nutricionales son la leche y zumos naturales y estos últimos se deben tomar en poca cantidad.”
No existen estudios que especifiquen una edad a partir de la cual los niños pueden empezar a tomar té. Los expertos tienen claro que los bebés no deben tomarlo y que pasada esa etapa de crecimiento, los niños que toman té deben hacerlo de forma moderada y teniendo en cuenta por parte de los adultos que no se sobrepasen las cantidades de cafeína o teína recomendadas por la Organización Mundial de la Salud que son:
- de los 5 a los 9 años, no más de 55 mg
- de los 10 a los 14 años, no más de 75 mg
Y ahí entra el consumo de refrescos de cola tan frecuente en la infancia y el consumo de café en la infancia o el café descafeinado, que también a veces se ofrece como bebida a los menores.
Beneficios a cualquier edad
Lo que está claro, para la profesora Calderón es que “el té ha demostrado científicamente tener beneficios contrastados y a largo plazo, pero no compensa una dieta insana.”
Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, sí existen beneficios para la salud relacionados con el consumo de té siempre que este se produzca dentro de una dieta equilibrada.
Siempre podemos buscar para los niños, variedades de té bajas en teína como puede ser el té blanco o incluso, infusiones como el rooibos, una planta de origen sudafricano que no tiene teína pero sí un sabor agradable.
En cualquier caso, el té tomado con moderación y frío, es un gran aliado para estos días de calor. Lo podemos elaborar con hojas de hierbabuena, con cáscara y zumo de limón o con trocitos de fruta para que no necesite ningún tipo de edulcorante.

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