Siempre decimos que las pizzas son una de las recetas más versátiles y, ¡no nos falta razón! Las pizzas nos permiten mezclar sabores y alimentos y disfrutar, así, de una elaboración muy sabrosa y llena de nutrientes. Eso sí, siempre que sean caseras y elaboradas por nosotros mismos (a poder ser, incluida la masa también).
Nutriente y sana es el caso de la pizza que proponemos hoy, cuyos ingredientes estrella son el calabacín y la berenjena, dos verduras de temporada que darán mucha fuerza y energía a nuestros peques para volver al cole después de las vacaciones de verano.
El calabacín es una hortaliza que nos ayuda a bajar los niveles del colesterol. Su alto contenido en vitaminas A y C contribuyen también en la disminución del riesgo de la aterosclerosis. Por su parte, la berenjena posee una gran cantidad de fibra y minerales como el potasio, el calcio y el hierro. Está compuesta principalmente por agua y nos aporta una gran cantidad de antioxidantes.
Dos alimentos muy saludables que le darán un sabor muy original a la pizza. Os prometemos que quedará deliciosa y que es muy sencilla y rápida de preparar.
Ficha
Tiempo de preparación min
Tiempo de preparación min
Tiempo de cocción min
Porciones
Tipo de receta (n/a)
Ingredientes
- Para la masa:
- 300 gramos de harina de fuerza
- 200 ml de agua templada
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- 10 gramos de levadura fresca
- Para la pizza:
- Salsa de tomate
- 100 gramos de queso mozzarella
- Media berenjena
- Medio calabacín
- Champiñones laminados y ligeramente sofritos
Preparación
Comenzamos preparando la masa. En primer lugar, añadimos la harina, la levadura desmenuzada y la sal en un recipiente. Después, añadimos los ingredientes líquidos (el aceite y el agua) y mezclamos bien hasta que queden completamente integrados.
Llega el turno del amasado. Para ello, enharinamos ligeramente la encimera de la cocina y comenzamos a trabajar la masa sobre ella. Tendremos que plegar la masa sobre sí misma, con fuerza, una y otra vez, hasta que obtengamos una masa homogénea y fina. Después, le damos forma de bola a la masa y la colocamos en un recipiente. Lo tapamos con un paño y dejamos reposar hasta que doble su volumen. Mientras que nuestra masa reposa, podemos aprovechar para cortar en rodajas muy finas las verduras que, posteriormente, añadiremos a la pizza.
Pasado el tiempo de reposo, extendemos la masa sobre la bandeja del horno, que previamente tenemos que forrar con papel vegetal. Para ello, podemos ayudarnos de nuestras manos o de un rodillo. No obstante, hay que tener en cuenta que esta segunda opción puede provocar que la pizza quede menos esponjosa.
A continuación, ponemos el horno a precalentar a una temperatura de 200 grados. Mientras, preparamos la pizza. Para ello, en primer lugar, extendemos la salsa de tomate sin llegar a los bordes de la masa. Después, esparcimos por toda la pizza las verduras y los champiñones. Por último, incorporamos el queso y ponemos nuestra pizza a hornear. Bajamos la temperatura a 180ºC, horneamos durante unos 15-20 minutos y, ¡lista para comer!
Receta elaborada por los expertos cocineros de Levital