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Así vive tu bebé dentro de la bolsa de aguas

El feto crece y se desarrolla seguro dentro de la bolsa de aguas. ¿Quieres saber cómo es su primer hogar? Te invitamos a descubrirlo.

Desde el inicio del embarazo, en el interior del útero materno se forma una especie de bolsa hermética compuesta por dos capas llena de líquido que contiene al feto, le protege y regula su temperatura, además de permitirle el movimiento y el desarrollo de sus pulmones. Esta es la bolsa de aguas.

¿Cómo se forma?

La bolsa amiótica se compone de dos capas: la membrana externa, corion, de células derivadas de la placenta y la capa interna, amnios, a partir de tejido embrionario. A partir del tercer mes de embarazo, el amnios se funde con el corion, ofreciendo al feto un espacio estéril.

Estas membranas son bastante elásticas y pueden expandirse hasta el doble de su tamaño normal durante el embarazo.

En los mellizos diferentes, cada niño tiene su propia placenta y su bolsa amniótica. Cuando los gemelos tienen los mismos genes, lo habitual es que los niños compartan la placenta y haya dos bolsas, aunque también es posible que compartan placenta y bolsa.

El líquido amniótico

Es transparente, inodoro y de sabor ligeramente salado. Al comienzo del embarazo es un filtrado del plasma materno, pero, a partir del 2º trimestre, se compone principalmente de orina fetal (los riñones del feto empiezan a producir orina en la semana 12 de gestación).

También contiene células fetales, que son las que permiten el estudio genético en la amniocentesis, y líquido pulmonar.

Sus funciones son:

  • Regular la temperatura fetal.
  • Permitir el desarrollo de los pulmones.
  • Favorecer el movimiento y el desarrollo del esqueleto.
  • Evitar la compresión del cordón umbilical.
  • También tiene cierta función nutritiva.

La cantidad de líquido varía a lo largo de la gestación: de 20 ml en la semana 7, a 400 ml en la semana 20 y a casi un litro en la semana 36, aunque luego va decreciendo hasta llegar a menos de 200 ml en la semana 42.

¿Y si hay mucho o poco líquido?

La cantidad de líquido amniótico es un dato importante que se vigila mediante ecografía.

La disminución, por debajo de 500 ml, se denomina oligohidramnios e impide un correcto desarrollo de los pulmones, restringe el crecimiento uterino y ocasiona problemas durante el trabajo de parto. En el primer trimestre tener poco líquido suele ir asociado a malformaciones fetales, como obstrucción de las vías urinarias o ausencia de ambos riñones.

La presencia de más de 2 l de líquido amniótico se denomina polihidramnios. En el 50% de los casos no hay ninguna causa que lo justifique. También puede deberse a anomalías fetales o a diabetes materna. Ante cualquiera de estas circunstancias, el ginecólogo valora si conviene adelantar el parto o mantener a la madre bajo vigilancia y esperar.

Útil para las pruebas de diagnóstico

La bolsa amniótica es protagonista en la biopsia corial y en la amniocentesis, las dos pruebas más importantes para diagnosticar o descartar defectos congénitos, cromosómicos, genéticos o del tubo neural.

La biopsia corial 
Se realiza entre las semanas 9 y 12 de gestación.
Para tomar la muestra de las vellosidades del corion, que forma parte de la placenta, se puede llegar al útero por el cuello uterino (utilizando un catéter delgado) o a través del abdomen (con una fina aguja), según sea la posición del feto. Implica un riesgo de aborto del 1,5%.

La amniocentesis
Se realiza entre la 15 y la 18 semana de gestación.
Se puede realizar antes en determinadas circunstancias, aunque es menos satisfactoria. Da más información que el examen de las vellosidades. Se hace introduciendo una aguja fina y larga en el abdomen de la madre, guiada por el ecógrafo. Se extraen unos 15 ml de líquido amniótico, se centrifuga para separar las células y éstas se cultivan durante un periodo entre 3 y 5 semanas. Implica un riesgo de aborto del 1%.

Asesora: Dra. Estefanía Nicolás Montero, Hospital Universitario de Getafe, Madrid.

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