¿Qué ocurre si tengo la placenta baja?

La placenta baja puede dar lugar a complicaciones en el embarazo, te contamos qué es y sus síntomas.
embarazada en el hospital

La placenta baja o placenta previa es una condición en la que la placenta se implanta cerca del cuello uterino en lugar de en la parte superior del útero, es una preocupación común durante el embarazo. Aunque no es inusual, puede dar lugar a complicaciones potencialmente graves tanto para la madre como para el feto. 

Según el artículo Prevalencia de placenta praevia por región mundial: una revisión sistemática y un metanálisis publicado en la revista médica TMIH, la incidencia de placenta previa es de aproximadamente 5/1000 nacimientos. Si la placenta previa se descubre durante la primera parte del embarazo, en general se resuelve para las 28 semanas a medida que el útero se agranda.

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Síntomas

Una placenta baja puede manifestarse con diversos síntomas, aunque en muchos casos no se presenta ningún signo evidente. Algunas mujeres pueden experimentar sangrado vaginal indoloro durante el segundo o tercer trimestre del embarazo. Este sangrado puede ser leve o abundante y puede ocurrir de forma intermitente. Es crucial que cualquier sangrado vaginal durante el embarazo se comunique de inmediato al médico, ya que podría indicar una placenta baja u otros problemas.

Riesgos para la madre y el bebé

La placenta baja puede aumentar el riesgo de complicaciones tanto para la madre como para el feto. Entre los riesgos potenciales se incluyen:

  • Hemorragia: La placenta baja aumenta el riesgo de hemorragia durante el embarazo y el parto. Esta hemorragia puede ser grave y poner en peligro la vida de la madre y el bebé.
  • Parto prematuro: La placenta baja a menudo se asocia con un mayor riesgo de parto prematuro, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud del bebé.
  • Problemas de desarrollo fetal: Si la placenta cubre completamente el cuello uterino (placenta previa total), puede interferir con el crecimiento adecuado del bebé.
  • Cesárea: En muchos casos, las mujeres con placenta baja requerirán una cesárea programada en lugar de un parto vaginal para evitar el riesgo de hemorragia grave durante el parto.

El manejo de la placenta baja dependerá de su gravedad y de la etapa del embarazo. Algunas mujeres experimentarán un desplazamiento de la placenta a medida que el útero crece, lo que resuelve el problema de manera natural. Sin embargo, en otros casos, es necesario realizar un seguimiento cuidadoso y tomar medidas preventivas.

La placenta baja es una condición que puede generar preocupación durante el embarazo, pero con el seguimiento adecuado y el cuidado médico, muchas mujeres pueden tener embarazos y partos seguros. El cuidado prenatal y la atención médica especializada son cruciales para garantizar la salud de la madre y el bebé en casos de placenta baja.

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