Dentro de los problemas que pueden aparecer durante la lactancia materna, —tales como las grietas en los pezones o la mastitis— la perla de leche, un punto blanco en el pezón, es uno de los que puede llegar a ser muy molesto y doloroso para la madre. La causa principal de este punto blanco es una obstrucción de un conducto de la glándula mamaria, lo que genera una pequeña bolita de piel que sobresale. Te contamos más.
¿Cómo identificar un punto blanco en el pezón?
Durante la lactancia materna pueden surgir problemas que afectan tanto al bienestar de la madre como al proceso de alimentación del bebé. Uno de estos problemas es el punto blanco en el pezón, también conocido como perla de leche. No es tan conocido como las mencionadas grietas o cualquier otro dolor habitual en el pecho derivado de la lactancia materna, pero conviene conocerlo porque puede aparecer durante este período.
Apariencia y características
Si no lo conoces, para ubicarlo, te diremos que es un punto blanco y pequeño, brillante, que parece un grano que aparece en el pezón. A diferencia de los granos, lo blanco en este caso es leche que se acumula en un conducto de la glándula mamaria, generando una bolita pequeña de piel que sale hacia afuera que es lo que se conoce como perla de leche o punto blanco en el pezón.
El punto blanco en el pezón se distingue fácilmente por su apariencia única. Se manifiesta como un pequeño punto blanco y brillante, que puede ser confundido con un grano debido a su aspecto. Este punto es de tamaño reducido, similar al de un grano, y suele tener una textura lisa y brillante.
Síntomas asociados
La perla de leche puede aparecer de forma aislada o en combinación con otros síntomas de la lactancia, como el dolor o la sensibilidad en el pezón. Precisamente uno de los síntomas más comunes es el dolor agudo, que puede sentirse como una quemazón o escozor en el pezón. Este dolor puede intensificarse durante la succiona, ejerciendo presión sobre la perla de leche. En algunos casos, el dolor puede irradiarse a otras áreas del pecho.

Causas de la aparición de puntos blancos en el pezón
Su aparición se puede deber principalmente a dos motivos: algún gesto del bebé que lo provoca al mamar o a consecuencia de una infección. Como veremos más adelante, en líneas generales, el tratamiento es distinto en ambos casos, si bien son más habituales las causadas por el primero de los dos motivos expuestos.
Tracción del bebé durante la lactancia
Si es el bebé el que lo causa, suele ser por un tirón con fuerza de la piel del pezón, por morder o por despistarse por algo que le haga girar la cabeza sin soltarse del pecho de su mamá. Estos movimientos pueden causar pequeñas lesiones en la salida de las glándulas mamarias, lo que lleva a la formación de una perla de leche. La succión inadecuada o el mal agarre del bebé también pueden contribuir a este problema, ya que aumentan la presión sobre el pezón y favorecen la acumulación de leche.
Infección bacteriana y otras causas
En caso de ser una infección en el pecho lo que lo cause, el origen está relacionado con alguna bacteria. Las bacterias pueden infiltrarse en las glándulas mamarias y causar inflamación, lo que resulta en la obstrucción de los conductos y la formación de perlas de leche. Este tipo de infección puede estar asociado con una mastitis subaguda, una condición que se caracteriza por la presencia de bacterias en los conductos mamarios. Además, el uso de ropa ajustada o la presión excesiva sobre el pecho pueden contribuir a la obstrucción de los conductos, favoreciendo la aparición de puntos blancos.

Tratamiento y cuidados para los puntos blancos en el pezón
En ocasiones pueden darse complicaciones, sobre todo si el origen es infeccioso o inflamatorio, en cuyo caso se requiere la actuación de un especialista médico para que diagnostique si efectivamente es así y pueda actuar en consecuencia. Cuidar el pecho es una de las claves para una lactancia materna exitosa.
Medidas iniciales y tratamiento casero
El tratamiento de los puntos blancos en el pezón puede comenzar con medidas caseras. Por ejemplo, el calor ayuda a dilatar los conductos mamarios, facilitando el drenaje de la leche acumulada. Se puede utilizar una compresa caliente o una toalla humedecida en agua tibia, aplicándola sobre el pezón antes de la lactancia. Asimismo, frotar suavemente el punto blanco con una toalla después de aplicar calor puede ayudar a deshacer la perla.
Cuándo acudir a un especialista
En algunos casos, las medidas caseras pueden no ser suficientes para tratar el punto blanco en el pezón, especialmente si el dolor es intenso o si hay signos de infección. Si la perla de leche persiste durante más de una semana o si los síntomas empeoran, es aconsejable acudir a un especialista en lactancia o a un médico. Un profesional de la salud puede evaluar la situación y, si es necesario, realizar un drenaje del punto blanco. Además, en caso de infección, el médico puede prescribir un tratamiento o recomendar el uso de probióticos específicos para restaurar el equilibrio microbiano.

Prevención de futuros problemas durante la lactancia
Sabemos que la lactancia materna es muy buena para el bebé, pero también que hay crisis de lactancia que tendremos que ir enfrentando a lo largo del proceso. Por eso, es mejor prevenir futuros problemas con algunas acciones.
Consejos para un buen agarre del bebé
Prevenir la aparición de puntos blancos en el pezón es posible mediante la adopción de buenas prácticas de lactancia. Uno de los aspectos más importantes es asegurar un buen agarre del bebé al pezón. Un agarre adecuado reduce la presión sobre el pezón y minimiza el riesgo de lesiones que puedan conducir a la formación de perlas de leche. Para conseguirlo, el bebé debe abrir bien la boca y tomar una parte significativa del pezón y la areola. Además, es recomendable probar diferentes posturas para amamantar.
Importancia de la higiene y cuidado del pezón
Hay que evitar el uso de jabones o productos perfumados en la zona del pezón, ya que pueden irritar la piel y aumentar el riesgo de obstrucciones. Asimismo, es recomendable utilizar ropa interior de algodón y evitar los sujetadores ajustados para permitir una adecuada ventilación del pecho y reducir la acumulación de humedad.