Cómo y cada cuánto tiempo hay que girar a un bebé mientras duerme
Los expertos recomiendan prestar atención a este detalle para evitar problemas como la tortícolis o el síndrome de la cabeza aplanada.
A la hora de acostar al bebé en su cuna hay que prestar atención a varios detalles: que esté abrigado en su justa medida dependiendo de la época del año que sea y la temperatura que haya en casa, que duerma bocarriba como medida preventiva del síndrome de muerte súbita en lactantes, y también en prevenir el síndrome de cabeza plana girándole la cabeza cuando lleva mucho tiempo durmiendo sobre uno de los lados.
La postura que el recién nacido adopta al dormir es la principal causa de este síndrome que se produce cuando se aplana el área que apoyan más al descansar. También lo es de patologías similares como las tortícolis en los recién nacidos. Al pasar tantas horas durmiendo bocarriba, suelen tener tendencia a apoyar su cabeza de uno de los dos laterales, y les suele ocurrir igual en el carrito, la silla de bebé y hasta en la hamaca.
Aunque los bebés p rematuros son más proclives a tener la cabeza aplanada, no hay ningún recién nacido que esté libre de sufrir dicho síndrome, que es el mismo que se produce en partos en los que se requiere el uso de algún material homologado que se apoya en la cabeza del bebé para ayudarle durante el final del expulsivo.
Cambios de postura
Girar la cabeza del pequeño de vez en cuando cuando duerme es una de las medidas recomendables para evitar este problema, igual que lo es, por ejemplo, tenerle bocabajo después del primer mes de vida a ratitos cortos y siempre bajo supervisión de un adulto.
En la cuna, los adultos tienden a dejar al pequeño siempre igual: apoyando el peso del bebé sobre su brazo izquierdo y dejándoles en la cuna con su cabeza apoyada en el mismo lado, el izquierdo. Lo ideal es intentar alternar esta postura de inicio porque marcará mucho la tendencia que luego el bebé tendrá a la hora de dormir.
Además, es recomendable cambiar la posición de la cabeza del bebé mientras descansa de forma periódica. Siempre debe estar boca arriba, esto no varía por mucho que tuerza su cabeza sobre la izquierda o sobre la derecha. Es responsabilidad de los padres que se alternen dichas posiciones, pero no hay que obsesionarse con ello ni ponerse una alarma ni nada parecido. Basta, por ejemplo, con cambiar su cabeza después de cada toma, por ejemplo. Se trata de hacerlo con regularidad, de forma natural. En cuanto pasen dos o tres días prestándole atención, habréis asimilado la tarea y la llevaréis a cabo de forma natural.
¿Con qué frecuencia hay que hacerlo?
Algunas pistas para saber si hace falta girar más al bebé es que detectes una zona de la parte trasera cabeza ligeramente aplanada con respecto al resto de su cabeza, que tenga menos pelo en un área concreta o que, al mirarlo desde arriba, la oreja del lado aplanado se vea más adelantada que la del lado opuesto. En caso de sospecha de que el niño puede sufrir el síndrome de la cabeza aplanada es aconsejable consultar al pediatra por si fuera necesario tomar medidas específicas para tratarlo, aunque es muy habitual que mejore de manera natural con el paso del tiempo.
Además, es importante tener en cuenta que no se deben usar almohadones ni cojines ni nada similar en caso de que tenga alguna zona aplanada el pequeño porque puede ser muy peligroso para la seguridad del recién nacido.