Primer baño del bebé en la piscina: consejos y precauciones
¿Vas a bañar por primera vez a tu bebé? Toma nota de estos consejos para que viváis una experiencia inolvidable juntos.
El pequeñín de la casa ya está con vosotros durante las vacaciones de verano y claro, no podéis esperar a daros el primer baño juntos en la piscina. Lo cierto es que meterse un ratito en el agua es beneficioso para los bebés, pero siempre hay que tener mucho cuidado y tener en cuenta algunos consejos y precauciones para que disfrutéis al máximo de la experiencia.
Consejos para el primer baño del bebé en la piscina
El primer bañito del bebé en la piscina es una vivencia que seguro que muchos padres esperan con ansia. Ver a su niño feliz y chapoteando en el agua es un momento irresistible.
Normalmente se aconseja meter en una piscina a un bebé a partir de los 6 meses de edad, pero si se quiere hacer antes conviene extremar las medidas de seguridad y hacerlo en una piscina de poca profundidad. No obstante, siempre podéis mojarlo un poquito o jugar con sus pies en el agua.
En el caso de que consideréis que ya ha llegado la hora de su primer baño, toma nota de estos consejos para disfrutar al máximo con el bebé:
- Cuando vayas a ir a la piscina, elige un momento que no vaya a ser molesto para el bebé, en el que no tenga ni demasiado sueño, ni tampoco hambre. Las mejores horas serán antes de comer o después de dormir su siesta, ya que el objetivo es que disfrute de la experiencia.
- Antes de ir, protege a tu hijo. Ponle un gorrito o gorra, un pañal de agua, gafas de sol si tienes, y en el caso de que tenga más de 6 meses, ponle crema con protección solar.
- A la hora de meterlo en el agua, espera a que no haya otras personas o niños salpicando o gritando, para evitar que el peque tenga miedo.
- Asegúrate de que el agua no está muy fría, los bebés tienen un riesgo mucho mayor de sufrir una hipotermia, por ejemplo.
- Recuerda no meterlo de golpe, sino más bien mojando su cuerpo poco a poco. Para ello, puedes ir mojando sus pies, sus piernas, sus bracitos, su barriguita… Y ya después ir metiéndolo despacito.
- Algo muy muy importante es que debes siempre sujetarlo de forma continua y por las axilas, nunca debes soltarlo (aunque tenga algún flotador), ni dejarlo desatendido ni un solo segundo.
- Debes evitar sumergir su cabecita. Si se quiere se le puede humedecer algo con la mano. No olvides que si le está dando el sol lo mejor es que su cabeza esté protegida.
- No alargues el baño más de 10 minutos porque podría cansarse o coger frío.
- Durante el baño aprovecha para que se divierta. Juega con él y haz que se ría mientras juega con algún juguete o pelota, y deja que chapotee.
- Si en algún momento notas que ya está aburrido o que no lo está pasando bien, y que incluso se pone a llorar, lo mejor es salir del agua y volver a intentarlo después. Recuerda que si para él es una mala experiencia no querrá repetirla más.
- No te olvides de tener preparada una toalla para cuando salgáis del agua, para que así puedas secarlo bien y no tenga nada de frío.
- Una vez seco, cámbiale el bañador y el pañal de agua para que no se le irrite la piel y que tampoco le dé frío.