Llagas en la boca del bebé, ¿cómo se tratan?

El bebé no quiere comer, duerme mal, está irritable y tiene llagas en los labios, las mucosas de la boca, el paladar y la lengua. Sufre una infección llamada gingivitis herpética. ¿Sabes cómo debes tratar este problema?
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Qué nombre más complejo, ¿verdad?. Muchos no sabréis de qué se trata pero los que lo sepáis ya conocéis a una de las infecciones más fastidiosas en la infancia (probablemente por experiencia propia). La gingivoestomatitis herpética (GH) es la primera infección por virus herpes tipo I que se pasa y es una de las infecciones más frecuentes de la cavidad oral. 

Según un artículo publicado en la revista Canadian Family Physician (CFP), esta infección afecta principalmente a niñas y niños menores de 6 años

Bebé llorando

Esta infección fastidiosa en la infancia se caracteriza por:

  • Fiebre prolongada de hasta 7-8 días y de regular control
  • Irritabilidad en bebés y malestar general en niños más mayores
  • Dificultad para tragar por intenso dolor de garganta: aparecen múltiples llagas (aftas) en toda la boca, afectando a las encías, el paladar y la lengua. Es MUY doloroso
  • Esos problemas para comer y tragar debido al dolor en la boca pueden causar deshidratación en los pacientes. 

¿Cómo se contagia y cómo evolucionan los síntomas?

Es una enfermedad muy contagiosa y se transmite por contacto con las secreciones de la persona infectada (es una transmisión a través de las gotas de saliva) o por contacto con utensilios contaminados (en escuelas infantiles podemos imaginarnos que son todos los objetos que hay en el aula). Tiene un periodo inicial en el cual se puede confundir con un simple catarro ya que habrá mucosidad, tos y fiebre. Pero a los días esa fiebre persiste y los niños empiezan a comer mal, a estar más irritables o incluso a vomitar. Todo esto es debido a la aparición de múltiples llagas que ocupan toda la cavidad bucal (lengua, paladar y encías) además de provocar inflamación de las encías con sangrado.

¿Cómo se diagnostica?

Niño con su pediatra - Getty Images

El diagnóstico lo realizará el pediatra y es fundamentalmente clínico, es decir, no hace falta hacer ningún tipo de prueba complementaria. Será fácil de diferenciar de las aftas o llagas aisladas que pueden aparecer en otros procesos infecciosos más leves ya que no suelen ser tan abundantes ni tan dolorosas.

¿Cómo se trata?

El tratamiento será fundamentalmente la analgesia con paracetamol/ibuprofeno para reducir el dolor, la fiebre y facilitar una adecuada hidratación. Hay además geles con ácido hialurónico que calman las molestias y ayudan a recuperar las lesiones de la mucosa. Se recomienda su uso antes de las comidas (alrededor de media hora) para calmar el dolor y crear una película protectora que evite que los alimentos molesten tanto y así el niño pueda alimentarse e hidratarse con el menor dolor posible. Es importante recomendar alimentos bajos en sal, que no sean ácidos y que no estén muy calientes porque pueden empeorar el dolor.

En casos moderados/graves se pueden utilizar antivirales que ayudan a reducir la afectación de las encías y la fiebre, siempre bajo prescripción médica.

Aunque un brote agudo de GHP puede ser muy inquietante, sobre todo para un niño o niña, es importante recordar que estas infecciones virales se pueden tratar con la ayuda de un profesional de la salud. Por ello es clave consultar siempre a tu médico y a tu odontólogo familiar para asegurarte de recibir el diagnóstico correcto y un plan de tratamiento efectivo.

Después de padecer GHP por primera vez, el virus permanecerá en estado latente en el cuerpo de la o el paciente, incluso después de tomar medicamentos antivirales. Aunque en la actualidad no existen vacunas para prevenir la GHP causada por el VHS-1, existen formas de mantener los brotes del virus bajo control y evitar la transmisión de esta enfermedad tan contagiosa.

¿Se puede complicar?

Bebé llorando

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