Si tu bebé tiene muchos mocos puede que un fisioterapeuta respiratorio le ayude

La fisioterapia respiratoria es una de esas técnicas quizás demasiado poco conocidas hasta ahora y que sin embargo puede ser de gran ayuda para mejorar la respiración de los niños, incluso de bebés.
Los mocos en la infancia

Uno de esos momentos en los que más nos angustia ver que nuestros bebés están pasándolo mal es cuando llegan los mocos y ellos aún no tienen edad como para saber limpiarse. Son demasiado pequeños para haber aprendido a sonarse y los mocos les incomodan de día y de noche.

Una opción que cada día es más elegida por los padres y las madres ante una situación como esta, es la de pedir ayuda a un fisioterapeuta respiratorio.

De hecho, muchos de ellos trabajan incluso en hospitales, con neonatos ya que es un problema que puede afectar a niños y bebés recién nacidos.

Eso sí, a partir de los 4 años de edad, uno de los frentes en los que trabajan los fisioterapeutas respiratorios es el de enseñar a los niños a respirar bien, haciendo respiración diafragmática, sobre todo en niños con enfermedades crónicas como puede se el asma o la fibrosis quística, patologías que afectan a la función pulmonar.

¿Qué puede hacer un fisioterapeuta respiratorio contra los mocos?

Lo primero que va a hacer es ayudar a tu hijo a expulsarlos, para que empiece a respirar mejor cuanto antes.

Mediante técnicas manuales que el profesional aplica sobre el tórax y el abdomen, va a ir modificando los flujos de las secreciones que se producen en los procesos catarrales más comunes.

Los flujos son la velocidad con la que el aire entra y sale de los pulmones al respirar. Cuando el moco es más denso por culpa de una gripe o un resfriado común, los pulmones no consiguen mover esas secreciones, esto sumado a la menor capacidad pulmonar que tienen los bebés y los niños pequeños, hacen que la intervención del fisioterapeuta respiratorio sea de gran ayuda.

No se trata de que vayamos con el bebé a la primera de cambio, lo que recomiendan los profesionales es esperar si el moco es aún muy líquido y acudir a consulta cuando el niño tiene tos que no termina de arrancar flema o cuando se despierta por la noche por culpa de la acumulación de mocos.

El fisioterapeuta respiratorio hará una exploración para diagnosticar el estado de la zona y para decidir cómo tratar las secreciones, sobre todo aquellas que están más profundas, en torno a la tráquea o la cavidad nasal.

Normalmente se suelen necesitar de 3 a 5 sesiones aunque dependerá de la evolución del paciente y tendrá que ser decisión del profesional tanto el número de sesiones como la frecuencia entre ellas.

Los mocos pueden ser muy complicados de gestionar en niños muy pequeños. - Getty Images/iStockphoto

TAMBIÉN LEE:

Recomendamos en